¿Qué cuota de hipoteca puedo pagar?
En primer lugar, el potencial comprador debe calcular la cuota de su futura hipoteca para valorar si podrá pagarla. Pueden usarse para tal fin los simuladores online que ofrecen tanto las entidades bancarias como los comparadores hipotecarios o el Banco de España, por ejemplo, aunque también existe la opción de solicitar una cita con el banco para pedir que haga la simulación.
A partir de ahí, el futuro hipotecado debe tener presente su capacidad de endeudamiento. Según la mayoría de los expertos en finanzas, no es recomendable dedicar más del 30 % de los ingresos mensuales netos al pago de las deudas, es decir, de la cuota de la futura hipoteca más las mensualidades de los otros créditos que se tengan vigentes. En caso de superarse este porcentaje, el deudor podría tener problemas para hacer frente a sus otros gastos.
Un ejemplo. Si una persona tiene un salario neto mensual de 1.500 euros, la suma de las cuotas de su hipoteca y sus otros créditos no puede superar los 450 euros al mes. Y si su sueldo asciende hasta los 2.500 euros netos, la mensualidad de su préstamo hipotecario, sumada a la de sus otras deudas, no puede ser de más de 750 euros.
¿Cuánto puedo pedir de hipoteca?
En segundo lugar, debe calcularse qué importe podrá tener la hipoteca que se solicite para adquirir la casa o el piso. Por norma general, los bancos financian un máximo del 80 % de la compra de la vivienda, aunque en casos excepcionales pueden cubrir hasta el 90 % o el 100 % de ese valor.
¿Qué significa eso? Que en la mayoría de los casos, el comprador debe tener ahorros suficientes para pagar el 20 % restante. Y no solo eso: también tendrá que abonar de su bolsillo los gastos e impuestos asociados a la formalización de la compraventa, cuyo coste suele ser un equivalente al 10 % sobre el precio de la vivienda. Es decir, que hay que tener ahorrado un 30 %, aproximadamente, del coste del inmueble.
Otro ejemplo. Imaginemos que una persona desea adquirir una vivienda que cuesta unos 250.000 euros. Para que la operación pueda llevarse a cabo, deberá tener ahorrados unos 75.000 euros (el 30 % del precio): 50.000 euros para pagar la entrada del 20 % que el banco no financiará y 25.000 euros más para hacer frente a los gastos e impuestos asociados a la formalización de la compraventa.
Otros gastos para tener en cuenta
En tercer y último lugar, hay que valorar si se podrán abonar sin problemas otros gastos asociados a la compra o al mantenimiento de la vivienda.
Así, durante el proceso de adquisición, es probable que haya que pagar la comisión de la inmobiliaria, cuyo coste puede ser de varios miles de euros, y el precio de los cheques o transferencias que el banco hará al vendedor para abonar la compra (hay que preguntar a la entidad por sus tarifas).
Una vez adquirida la vivienda, además, habrá que pagar el impuesto de bienes inmuebles (IBI) anualmente, la prima del seguro del hogar y las tasas municipales que correspondan: la de basuras, la de alcantarillado… Por tanto, es recomendable que el futuro comprador pida un presupuesto a varias aseguradoras y que consulte el precio del IBI y de las tasas de la localidad para cerciorarse de que podrá hacer frente a todos estos gastos sin problemas.