Desde hace una década, las palabras «chollo» e «inmobiliario» formaban una ecuación impensable. Los consumidores, que han estado viendo cómo los precios de los pisos ascendían hasta límites inalcanzables sin poder hacer nada, asisten ahora a la aparición de «gangas» en un sector al que, por fin, han llegado las rebajas. Promotoras e inmobiliarias intentan deshacerse de un excedente de pisos con ventas a bajo precio y campañas de publicidad con descuentos en una época de recesión económica y crisis del sector.
En períodos de crisis toca apretarse el cinturón, pero también afloran los chollos. Es lo que pasó a principios de los años 90, cuando las subastas de inmuebles estaban a la orden del día debido a la ejecución de créditos de morosos. Hoy, las viviendas de morosos suponen tan sólo un 10% de los pisos subastados, pero este modo de venta, en el que las ofertas de particulares son aún minoritarias, ya se está poniendo de moda en un sector que se calcula que tiene un «stock» de 600.000 viviendas sin vender. Algunos compradores ya han empezado a aprovecharse de esta situación. Pero la mayoría espera, porque cree que los precios seguirán bajando. Entre tanto, toda España se resiente del estallido de la burbuja inmobiliaria, aunque la tendencia al alza del Euribor, los altos tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones bancarias tampoco facilitan las condiciones a quienes desean adquirir una vivienda.
Viviendas nuevas en las ciudades
Actualmente y debido a la gran oferta de propiedades, las grandes rebajas inmobiliarias se encuentran en las ciudades, tal y como afirma Pedro Medina, experto técnico inmobiliario. Y los ejemplos avalan su afirmación. En Cataluña, la asociación Corporativa de Empresarios Inmobiliarios (ACd’EI), creada a la raíz de la crisis, ofrece 2.000 pisos a precio de coste, la mayoría de ellos cerca de centros urbanos. Dicha asociación ofrece viviendas de entre 120.000 y 180.000 euros, con descuentos de hasta un 40%.
Las zonas de costa con grandes promociones de obra nueva también se están viendo afectadas por las rebajas. En Huelva, los precios de algunas promociones son hasta un 40% más bajos que cuando salieron al mercado, y en algunas grandes ciudades se pueden encontrar rebajas de hasta 200.000 euros. Basta con conectarse a cualquier portal de venta de pisos en Internet para comprobar hasta dónde llegan los descuentos, y constatar que la palabra «¡Rebajado!» es la más repetida en la mayor parte de las ofertas. Los descuentos se dan sobre todo en la promoción, ya que los promotores han reducido su margen para no tener que afrontar la hipoteca a la finalización de la obra.
Los descuentos se dan sobre todo en la promoción, pues los promotores han reducido su margen para no tener que afrontar la hipoteca a la finalización de la obra
El terremoto de los precios está afectando tanto a la vivienda nueva como a la usada. En el caso de los pisos de obra nueva, los promotores se están viendo obligados a hacer ofertas para adquirir dinero con el que sufragar las hipotecas. Las casas de segunda mano también están notando la bajada; los propietarios de estos pisos que quieren vender a corto plazo no tienen otra salida que rebajar el precio y ofrecer las máximas facilidades a los escasos compradores.
Además, la dificultad de vender en este momento ha hecho florecer también otro fenómeno: cada vez es más fácil encontrar en algunos carteles que permanecen colgados durante meses las palabras «venta» y «alquiler» referidas a un mismo piso.
Nuevas tácticas para vender
Pero las ventas están estancadas y las rebajas, hasta el momento, no parecen surtir efecto. Y mientras tanto, el mercado se encuentra con una demanda que espera a que sigan bajando los precios para comprar y con las restricciones de los bancos para conceder hipotecas, lo que continúa provocando la caída de las ventas de pisos. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística reflejan que las transacciones por vivienda nueva han descendido en marzo un 27%, y las de vivienda usada una 46%. Esta situación ha provocado que promotoras e inmobiliarias desarrollen nuevas fórmulas para intentar vender los pisos, y que todas ellas pasen por una mejora de los precios. Así, debido a la gran oferta, la promoción se ha quedado estancada y se está recurriendo a campañas de publicidad con rebajas y promociones «low cost».
Algunas promotoras utilizan las subastas , en las que los particulares todavía tienen una presencia minoritaria. Otras usan el sistema de sorteo de viviendas que quedan libres en las promociones, que ofrecen pisos de diferentes calidades respecto a las del resto de la promoción, a un precio más económico. Algunas inmobiliarias, como sucede en Vitoria, han optado por utilizar el sistema de la licitación «a la holandesa», donde los interesados van haciendo ofertas a la baja a partir de un valor de tasación. Y otras ofrecen las viviendas con todo el mobiliario de la cocina incluido, el regalo de una plaza de garaje, muebles gratis o el pago de un año de hipoteca sin incrementar el precio.