La diferencia entre una hipoteca peligrosa y otra que no lo es puede suponer mucho dinero. Pero, ¿cómo escoger el tipo de hipoteca para comprar una vivienda? ¿Cómo diferenciar un préstamo hipotecario peligroso de uno seguro? En este artículo se desgranan las claves para distinguirlos, con pautas como elegir hipotecas contratadas en euros y con plazos de amortización cortos y huir de los créditos con cláusula del suelo o demasiadas vinculaciones.
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¿Cuáles son las hipotecas más seguras?
Las hipotecas que ofrecen los mejores niveles en su garantía son las que se contratan a tipo fijo. Por medio de estos modelos se establece una cuota mensual constante todos los meses, sin sobresaltos como efecto de los intereses que se aplican en los formatos variables. Pero no es posible aprovecharse en estos momentos de un tipo de interés más barato, consecuencia directa de la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de abaratar el precio del dinero, lo que está llevando a presentar diferenciales en torno al 1%.
Las hipotecas seguras son contratadas en euros. Es la divisa que produce mayor seguridad entre sus demandantes, ya que no estará influenciada por la cotización de estos activos financieros. Cualquier contrato hipotecario en otras divisas puede provocar serios problemas que pueden elevar el importe de las cuotas mensuales hasta unos niveles muy peligrosos para los intereses de los demandantes de este producto financiero.
Las hipotecas seguras tienen plazos de amortización más cortos. Reducir la duración de una hipoteca supone quitarse antes un problema. Además, es una de las fórmulas más eficaces para ahorrarse bastantes euros todos los años. Se trata de una de las estrategias más habituales para evitar el incremento del nivel de endeudamiento durante los últimos años del contrato.
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¿Cuáles son las hipotecas más peligrosas?
Otros préstamos hipotecarios, por el contrario, conllevan una serie de peligros que pueden generar, no solo su encarecimiento, sino su posible impago.
Es el caso de los créditos hipotecarios con cláusula suelo, por la sencilla razón de que sus titulares no podrán beneficiarse de las bajadas en el tipo de interés que presenta hoy en día el euríbor. Aunque son legales, están consideradas como abusivas por parte del Tribunal Supremo.
Las hipotecas peligrosas con cancelación anticipada también lo son, pues esta es una de las comisiones que penalizan su contratación. Aparte de contar con un porcentaje muy elevado, que pueden alcanzar el 2% sobre el importe demandado, suponen otros inconvenientes que se deben tener en cuenta. El principal, el importante obstáculo para finiquitar la operación con cierta anticipación; algo muy frecuente, por otro lado, entre los usuarios que suscriben esta clase de productos financieros.
Las hipotecas confeccionadas con vinculaciones, aunque parezcan beneficiosas, no lo son tanto, debido a que cualquier incumplimiento en las condiciones del contrato requerirán de su revisión. Esto en la práctica significa que se aplicarían diferenciales mucho más exigentes, obligando a los clientes a generar un mayor esfuerzo económico a partir de ese momento.
El 93,4% de los contratos hipotecarios que se formalizaron hasta octubre de 2016 se realizaron sobre un tipo de interés variable, según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, tan solo el 6,4% está vinculado a un tipo fijo. Esta referencia pone de manifiesto que los usuarios de estos productos financieros cuentan con un modelo de financiación más seguro. Tienen que pagar menos por su crédito hipotecario, como consecuencia del progresivo descenso del índice de referencia europeo (el euríbor) al que están ligadas la mayoría de hipotecas a tipo variable y que en estos momentos está en terreno negativo, hasta el punto de que los bancos que las comercializan están ofreciendo diferenciales por debajo del 1%.
Pero esta situación puede volverse en contra de sus titulares en cualquier momento, si los tipos de interés cambian su tendencia durante los próximos. Tanto es así que pueden verse perjudicados y pagar más dinero del que tenían pensado, si se cumple este escenario. Además, no es habitual que estos movimientos en el interés se establezcan durante muchos más años, configurándose como uno de los peligros que deben prever las personas que tienen hipoteca o tengan la intención de contratar una.