El Comité Financiero y Monetario Internacional, el órgano más importante del Fondo Monetario Internacional (FMI) en materia económica, unió ayer su voz a la del grupo de los siete países más industrializados (G-7) y alertó del peligro de la inflación a nivel mundial.
En un comunicado, señaló que en los países industrializados «la política monetaria tendrá que seguir anclando de forma sólida las expectativas de inflación y equilibrando los riesgos relativos de la estabilidad de precios y el crecimiento». Quiere esto decir que si la inflación no se controla, nuevas subidas de tipos de interés en EE.UU. y la zona euro serán inevitables.
Gordon Brown, el ministro de economía británico y actual presidente del Comité, alertó de que «la inflación mundial está en subida, con revisiones al alza en más de la mitad de los países».
Este mensaje ya lo había transmitido el sábado el G-7, que elevó su alerta sobre el riesgo que supone el aumento de los precios.
El grupo, integrado por EE.UU., Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón, mencionó en una reunión en Singapur el aumento de las expectativas inflacionarias en algunos países como uno de los peligros principales a los que se enfrenta la economía mundial. Este lenguaje contrasta con el que había usado en su comunicado de abril, cuando dijo que «la inflación sigue contenida, a pesar de los altos precios del crudo».
Estas expectativas inflacionarias podrían forzar mayores subidas de los intereses. En este sentido, el gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, constató que las expectativas de alzas de precios a corto plazo han aumentado, aunque no las de medio y largo plazo.
El G-7 volvió a advertir de la existencia de un mercado energético «ajustado y volátil» y destacó que los altos precios del petróleo se deben tanto al aumento de la demanda, como a «la preocupación sobre los suministros actuales y futuros».
Por ello, renovó su petición de que haya más inversión en la producción y el refino, así como mayor conservación de energía.