El Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco quiere crear un canon autonómico para gravar 26.000 pisos vacíos en la comunidad, de manera que a sus propietarios les salga más rentable ponerlos en alquiler. El objetivo es cobrar al propietario un mínimo de nueve euros por cada día que la residencia permanezca cerrada (3.285 euros al año), pero sólo después de declararla desocupada mediante un procedimiento administrativo. El impuesto aparecerá en el proyecto de Ley de Vivienda, un texto legal que definirá el concepto de piso vacío y será remitido al Parlamento Vasco en abril o mayo de este año.
El borrador de la norma considera que un inmueble está desocupado si el dueño no lo utiliza durante un año. Esa definición de piso vacío excluye las segundas residencias, pues las familias las ocupan durante varios días en vacaciones. También quedan fuera los ciudadanos que han abandonado temporalmente su domicilio por razones laborales o de salud; los que han dejado su casa para cuidar a una persona dependiente, y quienes aleguen otras causas debidamente justificadas.
La futura Ley de Vivienda del País Vasco obligará además a los ayuntamientos a crear un registro municipal de inmuebles desocupados. La lista sólo incluirá aquellos que hayan recibido antes una declaración oficial de piso vacío, un procedimiento administrativo que se realizará «con todas las garantías jurídicas» y permitirá al dueño presentar alegaciones.
Testimonio de los vecinos
La nueva ley admitirá como evidencias los consumos de luz, agua y gas «anormalmente bajos». También considerará sospechoso que el propietario reciba su correo habitual en un domicilio distinto al investigado; que se comunique por teléfono o Internet desde otros lugares, y que declare una dirección diferente para el DNI u otros trámites. Serán válidos los testimonios del vecindario o de inspectores oficiales, y las autoridades actuarán ante «la negativa injustificada del titular de la vivienda a facilitar la comprobación de la Administración cuando no exista una causa verosímil».
Sólo cuando se firme la declaración de vivienda vacía empezarán a contar los días para calcular la cuantía del canon. En principio serían nueve euros por cada día que el inmueble continúe desocupado. Esa tarifa se aplicará durante el primer año, pero si la vivienda aún sigue vacía otro año más, entonces se cobrarán 12 euros diarios. Desde el tercer año en adelante, serán 15.
El dinero obtenido del canon se repartirá al 50% entre el Gobierno Vasco y los municipios, pero antes de hacer las cuentas, los consistorios descontarán los gastos que generen el registro de pisos vacíos y la gestión del impuesto. El dinero restante sólo podrá destinarse a políticas de vivienda.