La compra de una segunda vivienda está presente en la oferta hipotecaria de los bancos a través de unos productos más restrictivos en cuanto a financiación y plazos de amortización. Como consecuencia de ello, habrá que contar con una bolsa de ahorro mínima para formalizar la operación y estar dispuesto a devolver el préstamo en menos tiempo. También se pedirán otras condiciones, como domiciliar la nómina y los principales recibos domésticos. Quienes quieran una hipoteca para su segunda casa, en este artículo no solo descubrirán sus particularidades sino entre qué propuestas hoy en día se puede elegir.
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Hipotecas para tu segunda vivienda: ¿cómo son?
Ante la poca rentabilidad que ofrecen los productos bancarios destinados al ahorro, y las dudas que generan los mercados bursátiles, no es de extrañar que muchas familias aprovechen esta situación para comprarse una segunda vivienda para pasar las vacaciones y disfrutar de su tiempo libre u otras motivaciones. Para satisfacer su demanda, las entidades han incluido en su oferta una serie de hipotecas que tienen en cuenta este detalle.
- Hipotecas para una segunda casa. Muestran diferencias sustanciales con respecto a los hogares habituales, pero no en el tipo de interés que aplican, que es el mismo, sino en sus condiciones. Los plazos de amortización que conllevan son más breves, en torno a 25 años, y la financiación se rebaja con respecto a los créditos para la primera vivienda hasta el 75% de su valor de tasación.
- Ligadas a otros productos. Otra característica que aportan es que en la mayoría de casos se comercializan bajo bonificaciones en su tipo de interés, siempre que haya mayor vinculación con la entidad. Esta estrategia comercial pasa por domiciliar la nómina y los principales recibos domésticos (luz, agua, gas, etc.), contar con actividad en las tarjetas, y por último, suscribir una gama de seguros (hogar y vida, sobre todo).
¿Cuáles pueden contratarse?
Hipoteca Santander está entre las propuestas desarrolladas para satisfacer la demanda de adquisiciones de segunda residencia. Se comercializa bajo un tipo de interés variable del 1,25% y se deben cumplir ciertas condiciones: entre ellas, domiciliar la nómina o pensión (por valor a partir de 2.000 euros), vincular tres facturas domésticas al trimestre, uso habitual de cualquier tarjeta de crédito o débito de la entidad y tener contratado y domiciliados los seguros de vida y hogar. Podrá financiarse el 70% de la vivienda a 25 años.
Otro crédito hipotecario que admite esta posibilidad es la Hipoteca Naranja de ING Direct, cuya principal aportación es que está confeccionada sin ninguna comisión. Ofrece financiación por hasta el 75% de su valor de tasación, con un mínimo de 50.000 euros. Contempla un plazo de amortización, con un mínimo de 9 y un plazo límite de 40 años. Se comercializa sin cláusula suelo, es decir, si los tipos de interés bajan, sus demandantes se beneficiarán de esa bajada sin ningún límite prestablecido.
La hipoteca que presenta Openbank se ha añadido a la oferta presentada por los bancos. Está referenciada al euríbor + 1,25%, con un tipo de interés variable del 1,87%, si se cumplen ciertas condiciones: domiciliación de la nómina (a partir de 2.000 euros) y recibos domésticos, vinculación con sus tarjetas y contratación del seguro de multirriesgo para el hogar. De no ser así, se elevaría hasta el 2,25%. No presenta comisión de apertura y genera un plazo para su devolución de hasta 25 años.
Oficina Directa ofrece la Hipoteca Segunda Vivienda. Financia hasta el 80% del precio de compra, que está vinculada al euríbor + 1,25%, con bonificación del 1%. El tipo de interés es variable, al 1,86%. Para aceptar esta propuesta se exigirá contratar otros productos y servicios financieros (domiciliación de la nómina, seguros de hogar y vida…). Los ingresos deberán ser superiores a 4.000 euros. Está exenta de comisiones de apertura y estudio por un importe máximo de 600.000 euros y un plazo máximo de 30 años para devolverla.
Este escenario se presenta con frecuencia entre los demandantes de esta clase de productos: faltan pocos años para finiquitar la hipoteca y las familias tienen la necesidad (o la oportunidad) de comprarse una nueva vivienda para pasar sus vacaciones. ¿Qué pueden hacer? Disponen de dos alternativas para solucionar este problema y, de esta forma, hacer frente a la nueva operación.
- Contratar un nuevo préstamo: en primer lugar, si las condiciones son favorables para sus intereses, podrá formalizarse un nuevo crédito para satisfacer esta demanda, siempre que reúnan las condiciones exigidas para formalizar la adquisición.
- Ampliar la vigente hipoteca: otra estrategia pasaría por extender la ya contratada para conseguir la nueva compra inmobiliaria, a través de unas condiciones que podrán variar en función de las características y condiciones de la segunda casa.