La construcción de viviendas vacacionales en España se situará en 90.200 unidades en 2007, aunque se espera que el ritmo de ventas ronde los 113.500 inmuebles anuales hasta 2010, 70.000 a clientes nacionales y entre 42.000 y 45.000 a extranjeros, según un informe de Grupo i.
Estos datos demuestran, en opinión del director de Operaciones de Grupo i, Raúl García, que «los niveles de demanda siguen siendo buenos», por lo que descarta un posible pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Según García, este sector, que aporta unos 31.000 millones de euros al Producto Interior Bruto (PIB) y acapara el 25% de las nuevas construcciones, está experimentando una caída de las ventas orientadas a la inversión ante el menor recorrido de los precios de las segundas viviendas.
Por ello, considera que, en todo caso, se está produciendo un reajuste del sector por el incremento de los precios, la menor rentabilidad de las compras y el aumento de la competencia. «El comprador de uso es el principal objetivo y en este tipo de cliente es en el que tenemos que centrar nuestros esfuerzos», afirma.
La reserva del 30% de la promoción para vivienda protegida o la nueva clasificación del suelo, contempladas en la nueva Ley del Suelo, así como normativas específicas para la construcción de campos de golf y para garantizar el ciclo integral del agua, marcarán, a juicio de los expertos, la nueva forma de construir segundas viviendas.