La reforma de la Ley Hipotecaria, aprobada el pasado 7 de diciembre, ha abierto la puerta a nuevos supuestos en los que los bancos y cajas pueden acogerse para proceder a embargar pisos. Esto se convierte en una preocupación más para los miles de españoles con dificultades para pagar la letra mensual de sus préstamos.
Según explicó el catedrático de Derecho Civil Francisco Blasco, la nueva regulación permite la inscripción en el Registro de la Propiedad de todas aquellas cláusulas de carácter financiero que las entidades quieran incluir en los créditos. Algo que hasta ahora no terminaba en el Registro, lo que impedía que los prestamistas pudieran embargar las casas aduciendo incumplimientos que en realidad eran «ajenos» a la propia garantía real del crédito.
Así las cosas, ahora imposiciones como el pago de un seguro de vida o de comisiones fuera de la esencia de la hipoteca quedan a la misma altura que ésta, con lo que ante su impago se puede proceder a ejecutar (embargar) el crédito. Blasco afirmó que los registradores están «mirando con lupa» estas cláusulas para analizar que respetan al pie de letra la legalidad y no resultan abusivas. En caso de encontrar algún problema «se prefiere decir al banco o a la caja que acuda si quiere a los tribunales», dijo.
Procedimiento largo
Antes de la reforma, la violación de esas cláusulas debía de perseguirse ante la justicia mercantil ordinaria en un proceso largo y no siempre beneficioso para las entidades financieras. Si estas ganaban el juicio podían exigir el pago del dinero adeudado con sus correspondientes intereses, pero no podían «ir contra la vivienda». Ahora, si una persona hipotecada incumple alguno de estos requisitos (tan diversos como la venta o el alquiler del piso a un precio que el banco considere oportuno) podría ver cómo se embarga su casa igual que si no hubiera pagado las letras del crédito.
Los registradores están «mirando con lupa» estas cláusulas para analizar que respetan al pie de letra la legalidad y no resultan abusivas
En cualquier caso, Blasco señaló que «es muy difícil pensar que ahora los bancos se lancen a ejecutar las hipotecas en virtud de esa nueva situación». A su juicio, será tremendamente complicado que aparezcan segundas o terceras hipotecas sobre el piso en cuestión, pues las propias entidades financieras estarían expuestas a la eventual ejecución de la primera, en este momento más fácil.
Euribor al 4,999%
Este problema que plantea la Ley Hipotecaria al bolsillo de los ciudadanos viene a sumarse al del Euribor, que ayer marcó un nuevo máximo en su cotización diaria al situarse en el 4,999%, el nivel más alto alcanzado desde el 5 de diciembre de 2000, cuando se colocó en el 5,025%. La media mensual del indicador más utilizado para el cálculo de las hipotecas en España se sitúa en estos momentos en el 4,967%.
En lo que va de mes, el Euribor no ha bajado ni un sólo día del 4,9%. Si finalmente cierra mayo en el 5%, que parece lo más probable, se situaría 0,627 puntos por encima de la tasa registrada en el mismo mes del año pasado, cuando alcanzó el 4,373%, y sería 0,18 puntos más alto que el nivel de abril de 2007, que fue del 4,82%. Esta subida afectará a las hipotecas que se revisen en los próximos días. Para una hipoteca media de 169.320 euros, el aumento será de unos 60 euros al mes o 720 euros al año.
La media mensual del indicador más utilizado para el cálculo de las hipotecas en España se sitúa en estos momentos en el 4,967%
El indicador no bajará hasta que el Banco Central Europeo (BCE) cambie su política monetaria y decida aplicar un recorte en el precio del dinero. Los analistas confían en que el BCE tome esta medida a finales de año. Pero antes, en agosto, el Euribor habrá superado el nivel más alto marcado hasta la fecha (el 5,248% que alcanzó en agosto de 2000), afirman los expertos.
Pese a todo, algunos no descartan que el Euribor termine el año por debajo de los niveles actuales y se sitúe en la banda del 4,5%-4,75%. Eso sí, siempre que no se produzca un hecho que desestabilice los mercados, como ocurrió el verano pasado con las hipotecas «subprime» o de alto riesgo.