La Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) ha creado un nuevo material destinado a sustituir los materiales tradicionales en los sectores de la construcción, el transporte y el embalaje. El Biprocel (acrónimo de «biotechnological process on cellulose») se obtiene del reciclaje del papel y el cartón «mediante un proceso biotecnológico innovador», anunció la institución académica. Los responsables del proyecto estiman que el Biprocel podrá sustituir «a medio plazo» el yeso prensado que se utiliza en la construcción, el poliestireno expandido usado en el transporte de alimentos y medicamentos, o la resina de los paneles interiores de los vehículos, entre otros materiales.
«En un futuro próximo, la ley obligará a los sectores de la construcción, la rehabilitación, el transporte o la logística a utilizar un 20% de materiales reciclados», señaló Margarita Calafell, investigadora que lidera el Laboratorio de Catálisis Enzimática de la UPC en Terrassa, donde ha nacido el Biprocel. El nuevo material, que ya se ha patentado, se obtiene a través de un proceso biotecnológico de residuos de celulosa, es decir, a partir del reciclaje biotecnológico de papel, cartón, madera o tejidos.
«Todo empezó a raíz de una colaboración con una empresa de artes gráficas que tenía que acreditarse con la ISO y, para lograrlo, necesitaba mejorar la gestión de sus residuos», explicó Calafell. «Empezamos a trabajar en la manipulación de residuos de papel hasta que conseguimos la mejora que demandaba la empresa de artes gráficas», añadió. Esta experiencia sirvió a la investigadora de la UPC para darse cuenta de que este proceso se podía mejorar y, en junio de 2008, consiguieron el reciclaje mediante el proceso biotecnológico, es decir, minimizando todo lo que produce un impacto negativo en el medio ambiente. «La biotecnología no es más que un tratamiento de los productos similar al de la naturaleza, pero con intervención humana», señaló Calafell.
Las piezas fabricadas con Biprocel son ignífugas, impermeables, resistentes a impactos, ligeras y permiten el aislamiento térmico y acústico. «Dichas características lo convierten en un material muy atractivo para sectores como la construcción, la automoción, el transporte o el embalaje, que lo consideran una alternativa real y, a corto plazo, necesaria, para su actividad», destacó la UPC. El nuevo material podrá sustituir a las placas de yeso laminado, los tabiques aislantes, las placas de insonorización o los falsos techos. Además, al ser moldeable, permitirá utilizarlo como material de embalaje en sustitución del poliestireno expandido y otros productos derivados del petróleo.
El nuevo material saldrá al mercado dentro de unos seis meses, «cuando se haya automatizado el proceso de producción, ya que hasta ahora las pruebas se han realizado en el laboratorio o artesanalmente», precisó Calafell. La UPC estima que la penetración en los mercados objetivos puede llegar a ser de entre el 2 % y el 10 % en cinco años. Ello supondría una producción de 2.700 toneladas en el quinto año.