Los hogares españoles tienen que hacer cada vez un mayor esfuerzo financiero para hacerse con un piso. En el primer trimestre del año, destinaron el 39,2% de su renta bruta anual disponible a la adquisición de una vivienda, lo que supone la tasa más alta desde junio de 1996, cuando se alcanzó el 41%, según el último boletín del Banco de España. Además, este dato contrasta con el 35,7% de la renta que era necesario destinar en marzo de 2005.
Todo ello es consecuencia del importante encarecimiento que está registrando todavía la vivienda, lo que obliga a las familias a contratar créditos hipotecarios cada vez mayores para comprarse una casa, y a aumentar la renta que tienen que destinar al pago de ese préstamo.
En los tres primeros meses del año, el precio de una vivienda libre -nueva y usada- de 93,75 metros cuadrados construidos era 6,9 veces superior a la renta bruta anual de un hogar mediano, el mayor nivel desde que el Banco de España dispone de estadísticas precisas para obtener esta relación.
La deuda de los hogares para financiar la compra de un piso alcanzó en febrero los 489.174 millones de euros, un 24,4% más respecto al mismo mes del año pasado. Así, la deuda hipotecaria supone ya el 73,3% de la financiación total recibida por los hogares, que asciende a 667.092 millones de euros.
Descontando las deducciones de las que se benefician las familias, los españoles destinaban al cierre de marzo el 27,4% de su renta anual disponible a la compra de un piso, la tasa más alta desde diciembre de 1996. También es superior al 25,1% registrado a finales de marzo del año pasado.