Autoridades y líderes de opinión de los países de la zona euro están presionando al Banco Central Europeo (BCE) para que no suba los tipos de interés en su reunión del 6 de septiembre. La institución monetario reafirmó el miércoles la plena vigencia de su posición vigilante de la estabilidad de los precios. Los analistas interpretaron que, para contener la inflación, la autoridad monetaria tiene previsto aplicar de inmediato una nueva subida de tipos.
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, mostró su posición favorable a no subir los tipos al calificar de «interesante» la actuación de la Reserva Federal estadounidense -que ha rebajado medio punto el tipo de descuento (dinero que presta a los bancos)-, y ponerla como ejemplo ante la decisión que debe tomar la autoridad monetaria europea.
Según el portavoz del gabinete galo, Laurent Wauquiez, que transmitió estos comentarios, Sarkozy consideró que, ante una crisis como la originada por las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, la peor manera de actuar sería restringir los créditos a los hogares y las pequeñas empresas, por el riesgo que implica de limitar el crecimiento.
En Alemania, por otra parte, ocho influyentes economistas, interrogados por el diario «Handelsblatt», advirtieron al BCE de que no sería aconsejable en estos momentos un alza del precio del dinero. «Tenemos un problema grave de crédito en el sector financiero y una señal de un endurecimiento de las condiciones de crédito está completamente fuera de lugar», estimó Thomas Mayer, economista jefe del Deutsche Bank.