En la actualidad, los intereses que se aplican sobre las nuevas hipotecas rozan mínimos históricos, tanto variables como fijos. Sin embargo, esto no siempre ha sido así: por ejemplo, entre 2010 y 2015, los tipos de los préstamos para vivienda casi doblaban a los de ahora. Por fortuna, los que tienen un crédito hipotecario con un precio por encima de la media pueden cambiar de banco para rebajar su interés y pagar unas cuotas más bajas, pero ¿cómo se lleva a cabo ese traslado? ¿Y qué hay que hacer para ahorrar el máximo dinero posible? A continuación resolvemos estas y otras dudas relacionadas con esta operación.
1. Comparar varias ofertas de subrogación
Lo primero que hay que hacer si queremos cambiar de banco es buscar varias ofertas para subrogar la hipoteca, que es como se llama la operación que hay que llevar a cabo para formalizar el traslado. Cada vez hay más entidades interesadas en captar préstamos hipotecarios de clientes de otros bancos, así que no nos debería costar mucho encontrar diversas propuestas.
Una vez tengamos varias ofertas identificadas, nos tocará calcular cuánto nos ahorraríamos (al mes y en total) con cada una de ellas. De este modo, podremos saber qué opciones nos saldrían más a cuenta y podremos mandar nuestra solicitud a los bancos que nos interesen más.
Debemos tener presente, eso sí, que cambiar una hipoteca de entidad tiene unos costes. Por lo tanto, es conveniente pedir a cada banco que nos haga un presupuesto de los gastos que habría que pagar, pues habrá que restar esa cantidad al ahorro que obtendríamos con el traslado.
2. Tramitar la solicitud
Tras haber hecho números, llegará el momento de presentar una solicitud formal de subrogación ante los bancos que cuenten con las mejores propuestas. Para ello habrá que contactar con las entidades correspondientes y mandarles la documentación que necesiten: una copia del DNI, las últimas nóminas, declaraciones de la Renta recientes…
Cada banco analizará nuestra petición y la aprobará si pasamos su análisis de riesgos. La política de aceptación puede variar de una entidad a otra, pero en general es necesario contar con estabilidad laboral y financiera y que el importe pendiente de la hipoteca que queremos trasladar no supere el 80 % del valor de tasación de la vivienda hipotecada (nos pedirán que tasemos el inmueble).
Asimismo, en la mayoría de los casos nos exigirán que llevemos un mínimo de entre dos y tres años pagando las cuotas del préstamo hipotecario. De este modo, los bancos se aseguran de que los solicitantes son solventes y de que han sido capaces de hacer frente a sus obligaciones durante un período de tiempo más o menos largo.
Imagen: Alexas Fotos
3. Firmar la subrogación o aceptar la contraoferta
En caso de que una de nuestras solicitudes sea aprobada (si es más de una, podremos elegir la propuesta que más nos convenga), el banco nos hará una oferta en firme, que nos presentará 15 días antes de la firma. Esta tendrá carácter vinculante, lo que significa que la financiera estará obligada a mantener las condiciones durante ese tiempo.
Y en esos días, la entidad que queramos abandonar (que habrá sido informada de nuestra intención de irnos por parte del otro banco) podrá presentar una contraoferta. Si la aceptamos, la subrogación se paralizará y firmaremos una novación con nuestro banco actual.
Pero el cliente tiene derecho a rechazar esa contraoferta desde el 16 de junio de 2019, cuando entró en vigor la nueva ley hipotecaria. Así que si preferimos trasladarnos a la nueva entidad, solo quedará firmar la subrogación de hipoteca ante notario. Una vez formalizada la operación, el cambio de banco quedará completado y empezaremos a disfrutar de las nuevas condiciones.