Comprar casa, venderla, buscar piso de alquiler… Hay situaciones que siguen siendo necesarias a pesar de que el coronavirus haya trastocado de manera fulminante e irremediable nuestra forma de vivir. Controlada la fase más aguda de la crisis sanitaria, en pleno proceso de desescalada y frente a una más que probable desaceleración económica, Jaime Cabrero, tesorero del Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (CGCOAPI) cree que el mercado inmobiliario resistirá, adaptándose a las nuevas situaciones generadas por la COVID-19, como la demanda de viviendas en las afueras de grandes ciudades o la incorporación de pisos de alquiler turístico al alquiler convencional.
¿Es buen momento para comprar una casa? ¿Y para vender tu piso?
Sí, creo que es igual de buen momento que antes de la pandemia, porque esta crisis no es una crisis financiera, como la que hubo en el año 2008 por el tema de la caída de los mercados y el de las hipotecas… No tiene nada que ver. Esto ha sido muy concreto, una crisis sanitaria debido a un virus que, efectivamente, ha cambiado nuestra vida en muchos sentidos, pero en otros continúa, como en la necesidad de vender y comprar una casa.
¿Qué variará tras esta crisis?
Las necesidades de cambio de casa siguen existiendo. Eso sí, los clientes estarán ahora más preparados porque mirarán mejor sus decisiones de compra o de venta. Y todos tendremos más soluciones para trabajar en el ámbito digital.
El estado de alarma conlleva una crisis que sobrepasa el ámbito sanitario y que puede suponer un gran cambio en la situación económica de muchos españoles. ¿Cree que no tendrá efecto en el mercado inmobiliario?
Parece que el mercado se mantendrá, pero se darán una serie de modificaciones o cambios, pues se adapta a las situaciones nuevas. Respecto a los precios, en vivienda usada la crisis económica puede retener las decisiones de compra durante meses, lo que hará descender la demanda en un mercado con mayor oferta por la menor actividad. En vivienda nueva, los precios están cerrados y, además, parece que la demanda se mantendrá, sobre todo en zonas y municipios fuera de las capitales.
Entonces, ¿ahora los compradores prefieren una casa en las afueras?
Efectivamente. Durante estos días, con tanto tiempo en casa, hay muchas personas que se han dado cuenta de que la vivienda que tienen en la ciudad no les sirve y están pensando en cambiarse a zonas más rurales con otra serie de servicios. ¡Pero también ocurre lo contrario! Hay gente que se ha dado cuenta de que se ha quedado en un aislamiento total. Se han dado las dos situaciones y, sin duda, esto será esencial para mantener los ritmos de oferta y demanda.
¿Habrá cambios en el mercado del alquiler? ¿Podrán bajar al fin los precios?
La bajada de precios —que no es tal bajada, es una desaceleración— se había producido ya, a principios de año, en febrero. Ahora, ¿por esta situación sanitaria van a bajar más? No está claro que los precios puedan bajar porque, además, hay un nuevo factor…
¿A qué se refiere?
A los pisos de los alquileres turísticos. La previsión de los viajes de los turistas ha cambiado y todos esos estudios, esas viviendas que había de alquiler turístico… ahora mismo están cerrados y sus dueños no pueden mantenerlos así. Como parece que a lo mejor hasta 2021 no habrá un tráfico de turismo bastante considerable y habrá que irse adaptando, muchas de esas viviendas igual vuelven a formar parte del parque de alquiler convencional. Aumentarán en zonas urbanas, donde hay mucha concentración de inmuebles, y la demanda puede descender debido a la crisis económica (problemas laborales, menos afluencia en zonas céntricas de negocios…).
¿Cómo considera que afectarán al alquiler las medidas tomadas por el Gobierno?
Las ayudas establecidas y las moratorias en los reales decretos aprobados durante el confinamiento pueden condicionar los términos de los acuerdos.
Si los sueldos bajan (o directamente no los hay porque no hay trabajo), ¿qué posibilidades de alquiler o compra le quedará a una pareja o una familia joven que está empezando?
Eso se ha dado siempre. Nos olvidamos de los años 60, cuando se firmaban miles y miles de letras. Y con las hipotecas, lo que hay que hacer es que los mercados financieros den mayor seguridad para que los bancos puedan volver a dar crédito. Pero además, para comprar, igual hay que pensar que debemos buscar algo asequible… Y si no se puede comprar, se puede alquilar. En este caso, lo que resulta más complicado es alquilar en el centro de las grandes ciudades y a un precio bajo. Pero, por ejemplo, a 40 o 60 kilómetros de Madrid hay unos precios increíbles y casas estupendas, y tenemos muy buenas comunicaciones. Es posible vivir en una casa de un pueblo de la Sierra Norte de Madrid por 400 euros mensuales.