Una tinta que podría rociarse como un spray en techos, paredes o ventanas para generar energía solar. Parece ciencia ficción, pero varias empresas y grupos de investigación ya cuentan con materiales de estas características. Sus responsables aseguran que en pocos años podrían lanzar al mercado modelos de tinta solar competitiva. Entre sus principales retos, figura lograr una mayor eficiencia en la conversión de la energía solar en electricidad.
Tinta solar: adiós a los actuales paneles
Las nuevas generaciones solares prometen dejar obsoleta en unos años la clásica imagen de tejados con paneles solares con células fotovoltaicas de silicio. Una de estas nuevas tecnologías es la «tinta solar». Esta denominación esconde un grupo de nuevos materiales que pueden pintarse o imprimirse en superficies, como la tinta de los periódicos, y que tienen la propiedad de convertir la energía de los rayos solares en electricidad. Los consumidores podrían generar su propia energía en casa sólo con cubrir sus techos, paredes o ventanas con esta tinta.
Además de su versatilidad, la tinta solar sería más barata y ecológica, según sus impulsores. Las actuales placas solares se basan en un proceso de fabricación bastante caro y unas elevadas temperaturas que requieren unas cantidades importantes de energía. Al final de su vida útil, las placas se tienen que reciclar de manera adecuada porque pueden ser muy contaminantes.
Sin embargo, ninguna nueva tecnología hasta el momento ha logrado acercarse a la competitividad económica de las placas solares tradicionales. La explicación radica en su mayor capacidad de transformar la energía solar en electricidad: algunas de las mejores células fotovoltaicas convencionales del mercado tienen una eficiencia de conversión superior al 25%, mientras que ciertos prototipos de tinta solar se mueven en torno al 2%.
Los consumidores podrían generar su propia energía en casa sólo con cubrir sus techos, paredes o ventanas con esta tinta
La diferencia puede parecer grande, pero los avances también lo son. Así lo aseguran los responsables de varias empresas, universidades y centros tecnológicos de todo el mundo especializadas en la tinta solar.
El negocio parece ir viento en popa, como lo demuestran las noticias del sector. La empresa LDK Solar anunció en fechas recientes un acuerdo por valor de unos 215 millones de euros con el gigante chino de la tecnología BYD, que fabrica desde automóviles hasta baterías de teléfono móvil. El compromiso consiste en la elaboración de tinta solar basada en polisilicio a partir de enero de 2011 y durante dos años. BYD quiere crear en los próximos años una de las instalaciones solares más grandes de China, un país que quiere ser ecológico.
Principales iniciativas
Imagen: Brian Korgel – Universidad de Texas
Brian Korgel, profesor del departamento de ingeniería química de la Universidad de Texas (EE.UU.), es uno de los principales exponentes de esta tecnología. Su equipo ha desarrollado un método de fabricación diez veces más barato que los actuales paneles fotovoltaicos y predice que podría estar listo para comercializarse en unos cinco años. Esta tinta se basa en un material semiconductor denominado CIGS (acrónimo en inglés de cobre, indio, galio y selenio), que tiene unas nanopartículas diez mil veces más pequeñas que el diámetro de un pelo humano.
No obstante, el laboratorio de Korgel experimenta con diversos materiales para dar con el más competitivo. Para ello, calculan que será necesario lograr el 10% de la eficiencia. De momento, la evolución de su tinta solar le da la razón, al haber pasado en menos de un año del 1% a más del 2%. Además de su aplicación en techos, este equipo de investigadores aprecia otro destino interesante en las ventanas. Las células solares serían semitransparentes y filtrarían la luz, a la vez que generarían electricidad.
LDK Solar anunció en fechas recientes un acuerdo de unos 215 millones de euros con el gigante chino BYD
Korgel es también uno de los fundadores, en 2002, de la empresa californiana Innovalight. En este caso, la tinta solar se basa en un material particular, los nanocristales de silicio, unos «puntos cuánticos» de entre dos y diez nanómetros de tamaño. Sus responsables transforman el silicio en un gas y luego acumulan sus átomos en los nanocristales. La compañía cuenta en la actualidad con 60 trabajadores, expertos en esta tecnología, y ha recibido el apoyo de varios inversores, que han inyectado en la empresa unos 42,5 millones de euros.
El director ejecutivo de Innovalight, Conrad Burke, asegura que su tinta solar podría aplicarse a los paneles solares convencionales para aumentar su eficiencia y pasar del 18% al 19% o incluso más. En términos productivos, aumentar un 1% la eficiencia supone un gran avance para las grandes productoras de energía solar. Burke cita el caso de la empresa china Suntech Power, que generó en 2009 un gigavatio de energía solar. Si los paneles de esta empresa se cubrieran con su tinta solar, podrían generar 200 megavatios (MW) más de electricidad.
La compañía dio a conocer hace unos meses que sus dos primeros clientes eran chinos: Yingli Solar, con sede en la ciudad de Baoding, y JA Solar, de Shanghai. No es de extrañar que haya abierto una oficina de ventas en esta última ciudad, en el distrito de negocios de Pudong.
Además de Innovalight, varias empresas trabajan para mejorar la eficiencia de sus tintas solares, como 1366 Technologies. Con sede en Boston (EE.UU.), recibió el año pasado una ayuda de unos dos millones de euros del Departamento de Energía estadounidense. La compañía también basa su tecnología en el silicio policristalino.