El 25 de abril es el Día Internacional contra la Malaria. En esta jornada se lanzan más mensajes que nunca para sensibilizar sobre una enfermedad causada por la picadura de un mosquito y que tiene al 40% de la población como víctima potencial. La OMS cifra en un millón el número de personas que mueren cada año a consecuencia de la malaria, el 75% son niños africanos menores de 5 años. No obstante, el número de muertes ha descencido. Sobre todo, la malaria se ceba con quienes viven en condiciones de pobreza y es la principal causa de muerte en África subsahariana. Un aspecto básico es la formación en salud de la población para frenar los contagios, aunque las opciones para ayudar a combatir esta enfermedad son variadas y todos podemos colaborar.
Combatir la malaria
Alrededor de un 40% de la población mundial es víctima potencial de la malaria, ya que el mosquito causante habita en más de cien países. Por ello, combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades es el sexto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que se marca este fin de cara a 2015. Entre sus metas, las específicas contra la malaria o paludismo pretenden haber detenido y comenzado a reducir durante ese año la incidencia de la enfermedad. Todavía hoy unos 124 millones de personas viven en África en áreas de alto riesgo de contagio de malaria. Farmamundi recuerda que, según el economista Jeffrey Sachs, la malaria acarrea cada año una pérdida de entre un 1% y un 1,5% del PIB de los países afectados, «una fuerte losa que soportar en economías débiles ya de por sí».
La malaria aumenta su prevalencia entre quienes viven en condiciones de extrema pobreza
Entre las personas más vulnerables a la enfermedad, destacan los niños. Pero la malaria aumenta su prevalencia entre quienes viven en condiciones de extrema pobreza en general. Cada día resultan infectados más de 2.000 niños en todo el mundo y en 2010 se registraron alrededor de 655.000 muertes por esta causa. El Informe mundial sobre el paludismo 2011, de la Organización Mundial de la Salud, revela además que ese año se llegó a 216 millones de casos de malaria.
Los datos son esperanzadores porque el número de defunciones ha descendido un 25% con respecto a las contabilizadas en el año 2000, cuando se enunciaron los ODM, pero preocupan porque la mayoría de los fallecimientos ocurren entre niños y en África. En este continente, «cada minuto muere un niño de paludismo y la enfermedad es responsable de un 22% de las muertes infantiles», recuerda Manos Unidas.
Para conocer el nivel de infección y control de la malaria, los Objetivos de Desarrollo del Milenio han desarrollado una serie de indicadores. Entre estos, destaca el aumento de la producción y uso de mosquiteras tratadas con insecticida, sober todo en África, para proteger a la población. La cobertura actual de estas redes ronda el 70% en los países más afectados por la malaria, aunque el objetivo marcado aspira al 80%, recuerda Farmamundi. La OMS concluye que cuando la mayoría de la comunidad duerme bajo mosquiteras tratadas con insecticida, el riesgo de infección se reduce en más de la mitad, subraya World Vision.
Vacuna contra la malaria
La vacuna contra la malaria podría ser una realidad para 2015 y costaría entre 5 y 6 euros
Desde nuestro país, las ONG destinan fondos, tiempo y esfuerzo para reducir las cifras de contagios y muertes, aunque la tarea es compleja. Farmamundi explica que no es fácil vencerla porque está causada por un parásito humano, el Plasmodium, «un agente infeccioso mucho más complejo que los virus o las bacterias». «La noticia más aguardada -prosigue- sigue siendo la llegada de la vacuna contra la malaria, que desarrolla el español Pedro Alonso en Mozambique». Director del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), llegó a este país en 1995, donde el desarrollo de la vacuna está en fase de estudio III, con una eficacia del 45% al 50%.
La investigación de esta vacuna está apoyada por la Fundación Bill y Melinda Gates, aunque es propiedad de la multinacional británica Glaxo, que aporta la mayoría de los fondos. Alonso confía en que para 2015 se confirme la duración de la protección «para que la OMS pueda evaluar los datos y tomar una decisión sobre su aplicación«. Respecto al precio, se espera que oscile entre 5 y 6 euros, como máximo.
Mientras llega la vacuna, el trabajo no se detiene. Manos Unidas actúa en varias aldeas indias, donde su socio local, Dumka Social and Educational Society (DSES), respalda programas preventivos y curativos, de concienciación en salud, formación de comadronas y grupos de autoayuda. Durante tres años, DSES ha trabajado en 36 aldeas de Dumka, Pakur y Sahibganj y ha beneficiado a más de 15.000 personas, en especial miembros de las tribus santales y de los primitivos Malto Paharias. Su programa se ha centrado en la formación de animadores y auxiliares sanitarios y en la importancia del diagnóstico precoz. Para ello, ha recurrido a experiencias tan dispares como charlas y teatro callejero.
Formar a la población para controlar y superar la malaria
La realidad de la malaria impacta. En algunas zonas del mundo, como en ciertos lugares de India, la enfermedad es endémica. La mayoría de la población está afectada, con numerosas personas incapacitadas de manera crónica «por los repetidos ataques de malaria» y obligadas a «gastar gran parte de sus ingresos en el tratamiento médico». Un círculo vicioso, según recuerda Manos Unidas, «por la imposibilidad de llevar a cabo ningún tipo de trabajo» debido a las secuelas de la enfermedad.
Pero se puede hacer mucho. Los ciudadanos del Norte tienen una obligación moral con los del Sur porque, en buena parte, deben su calidad de vida a sus recursos y la explotación de sus tierras. La cooperación no es en ningún caso sinónimo de caridad y, además, admite diferentes formas: donaciones a ONG, apoyo a estas mediante trabajo voluntario o difusión de su mensaje entre el resto de ciudadanos.
Habituados a asistir a la consulta médica por una tos, cuesta pensar por qué millones de personas en todo el mundo no reciben la atención necesaria para combatir la malaria, pero hay respuesta: «Afecta desproporcionadamente a los pobres y marginados que no pueden pagar el tratamiento o que tienen un acceso limitado a la atención sanitaria», señala la OMS.
Con el fin de ayudar a su erradicación, el Fondo Mundial contra el Sida, Tuberculosis y Malaria se erigió como el principal financiador internacional de la lucha contra estas enfermedades. Sin embargo, «dudas sobre el correcto destino de los fondos», resalta Farmamundi, han sido la excusa para no destinar fondos suficientes a este fin. Nuestro país congeló sus ayudas, hasta el pasado mes de febrero, cuando anunció que reanudará su apoyo. Médicos Sin Fronteras y Salud por Derecho precisaron entonces la necesidad de «adoptar compromisos económicos en consonancia con el actual déficit de financiación del Fondo», ya que millones de personas en todo el mundo dependen de él para iniciar tratamientos vitales.
Entre las iniciativas desarrolladas para recaudar fondos contra la malaria, World Vision ha ideado “Bye Bye mosquito“, un divertido juego para el móvil cuya finalidad es que los usuarios acaben con la mayor cantidad posible de mosquitos, con tres niveles diferentes. El jugador que obtenga más puntos ganará una guitarra donada por la compañía BT Music.
El juego se puede descargar en Apple Store y Android Market, puesto que se ha aprovechado el tirón de las aplicaciones para smartphones “para intentar que la conciencia sobre el problema de la malaria llegue a la mayor cantidad de personas posible, según explica Marisa García Tablado, directora de World Vision España. Cada usuario que se descargue la aplicación o visite el website podrá comprar por tan solo 10 euros una mosquitera tratada con insecticida para una familia y abonar los gastos que supone la educación para la prevención del paludismo. También es posible colaborar con la erradicación de la enfermedad a través de un SMS al 27070 con la palabra MALARIA.
Médicos sin Fronteras mantiene activa la campaña Pastillas contra el dolor ajeno, que hasta el momento ha vendido más de tres millones de cajas. Cada una tiene un coste de un euro, del cual se destinan 80 céntimos a financiar proyectos de MSF sobre malaria, tuberculosis, enfermedad del sueño, kala zar, sida pediátrico y Chagas. En 2009, se trató a 1,1 millones de personas enfermas de malaria.
La campaña Stop Malaria Now es una iniciativa impulsada por Medicusmundi, en colaboración con nueve ONG de salud y desarrollo de Alemania, Italia, Kenia, Polonia, España y Suiza. La campaña ha desarrollado una Guía de Incidencia para jóvenes activistas y otras publicaciones para ayudar a las personas implicadas en la defensa de esta causa.