Puede que no sea hoy ni mañana, pero el papel electrónico se convertirá en realidad muy pronto. El libro y el periódico del futuro serán una lámina delgada, flexible y de alta resolución, que conectada a una memoria y un sencillo procesador permitirá leer cómodamente miles de páginas.
El mundo vive sobre una montaña de información digital. Fotografías, canciones, sinfonías, películas y documentos de todo tipo se guardan en forma de ceros y unos. Sin embargo, hay un reducto que aún resiste el avance de la ciencia: el papel. Las pantallas no son buenas para leer. Frágiles, pesadas, con poca resolución y elevados consumos, no es algo que uno se lleve a la cama antes de dormir. La solución podría estar en una pantalla ligera, flexible y de alta resolución, como el papel.
Esta visión puede ser pronto una realidad gracias a las investigaciones para desarrollar el llamado papel electrónico, o también tinta electrónica. Además de ser más cómodos, y de ofrecer nuevas posibilidades como el vídeo o la conexión a Internet sin cables, estos dispositivos ayudarán a reducir los casi 300 millones de toneladas de papel consumidas en el mundo cada año.
En la actualidad están en marcha dos proyectos de papel electrónico desarrollados respectivamente por las compañías E Ink y Xerox, con tecnologías ligeramente distintas.
La clave de E Ink son unas microcápsulas que contienen un líquido transparente y diminutas partículas de color blanco y negro flotando en su interior. Estas cápsulas se aplican sobre una lámina de plástico como si se tratara de pintura. Si se conecta un campo eléctrico en un punto de la lámina, las partículas oscuras se mueven hacia la parte superior de la cápsula y las blancas al fondo, con lo que se hace visible un punto negro. Si se aplica una carga de sentido contrario, son las partículas blancas las que suben a la superficie.
Las cápsulas son muy pequeñas, de apenas una décima de milímetro. En una pulgada se podrían poner 300 en fila, lo que proporciona una resolución de 300 ppp (puntos por pulgada), que es la que obtiene una impresora comercial, y resulta seis veces mejor que un monitor, que se queda en 75 ppp.
El proyecto de Xerox es ligeramente diferente. En su papel también hay cientos de miles de diminutas esferas, pero en este caso son negras por un lado y blancas por otro. Cuando se aplica electricidad las esferas giran para mostrar el lado negro o blanco. Para permitir el movimiento de las esferas, se aprisionan entre dos láminas de plástico con un líquido oleoso entre medias.
Tinta de color
Una mejor resolución es más cómoda para la vista, por lo que además de su uso en libros electrónicos, es probable que este tipo de tecnología termine sustituyendo a las pantallas de ordenador. El papel electrónico es de momento en blanco y negro, pero en el futuro se aplicarán diferentes colores a las esferas, con lo que se podrán desarrollar versiones en color.
Aparte del color hay otros desafíos sin resolver. El más importante es la velocidad de actualización. Una pantalla de ordenador normal tiene una velocidad de refresco de 70Hz, lo que quiere decir que la imagen de la pantalla puede cambiar hasta 70 veces por segundo. Las esferas de la tinta electrónica necesitan mucho más tiempo para cambiar de estado.
E Ink comenzó a comercializar su tecnología en marzo de 2004, y desde entonces algunas aplicaciones ya han llegado al mercado, como un reloj de sobremesa plano y flexible fabricado por Citizen, o un panel con noticias cambiantes presentado recientemente en Tokio.
Hasta el momento, el papel no tiene rival. Es un soporte relativamente barato, duradero y con muy alta resolución. Pero los avances son imparables. Con la aparición del fonógrafo ya no fue necesario contratar a la orquesta entera para disfrutar de la música. Llevar una biblioteca completa en el bolsillo bien puede merecer la pena.