Los teléfonos móviles son aparatos muy caros. Para construirlos se necesitan elementos raros como el Niobio y el Tántalo, que se extraen de las selvas del Congo, a la vez que se pone en peligro de extinción a los gorilas. Las pantallas, baterías, antenas y otros componentes necesitan procesos industriales precisos. Entonces, ¿por qué las operadoras regalan los teléfonos?
La respuesta es que sale rentable. La operadora subvenciona el precio real del teléfono a cambio de un contrato de permanencia con el usuario. Los márgenes de las operadoras son tan grandes, que el cliente se lleva un teléfono de 500 euros por tan solo 20 y la operadora amortiza la diferencia en el cobro de las llamadas. Es el mismo modelo de negocio de las maquinillas de afeitar: regalar el mango y cobrar por las cuchillas.
Para asegurarse la fidelidad del cliente, además del contrato, la compañía utiliza un cinturón de castidad electrónico para el teléfono llamado código de bloqueo
Para asegurarse la fidelidad del cliente, además del contrato, la compañía utiliza un cinturón de castidad electrónico para el teléfono llamado código de bloqueo. El teléfono es un pequeño ordenador y está programado de tal forma que solo acepta tarjetas de una compañía operadora. Las operadoras españolas Orange, Movistar o Vodafone obligan a los clientes a permanecer como mínimo un año con el teléfono bloqueado.
Por supuesto, los clientes pueden comprar teléfonos libres, que no están bloqueados por ninguna compañía. Una visita a la tienda de electrónica bastará para comprobar que el mismo teléfono móvil puede costar hasta diez veces más si es libre, en comparación con el terminal subvencionado. Además, algunas operadoras disponen de modelos exclusivos que encargan directamente al fabricante y que solo se pueden comprar mediante la suscripción de un contrato.
Las operadoras, obligadas a facilitar la liberación
Pasado un año, la compañía tiene la obligación de proporcionar al cliente los medios para «liberar» el teléfono
No obstante, pasado un año, la compañía tiene la obligación de proporcionar al cliente los medios para «liberar» el teléfono, de forma que, si este lo desea, pueda usarlo con las tarjetas de otras compañías.
La mayoría de los teléfonos se pueden desbloquear con la introducción de un código. Para obtener este código se necesita facilitar el IMEI, la «matrícula» del teléfono, a la compañía operadora. El código IMEI es único para cada terminal y permite, entre otras cosas, desactivarlo cuando se ha robado o, en este caso, liberarlo.
En la actualidad, las operadoras españolas ofrecen el código de desbloqueo de manera gratuita pasado un año desde el inicio del contrato. En el caso de Vodafone, no proporcionan el código hasta pasado este tiempo, ni gratuitamente ni con el pago de la liberación de la parte subvencionada del móvil.
Movistar sí lo hace, pero a cambio de cobrar una cantidad, que depende del modelo del teléfono y ronda los 30 euros. Orange tampoco proporciona códigos de liberación antes del plazo, que con esta compañía se alarga hasta los 18 meses.
Negocio clandestino
No obstante, la liberación de móviles se ha convertido en un gran negocio clandestino. Cualquiera puede comprar un cable y algunos otros dispositivos para conectar el teléfono a un PC y descargar los programas necesarios para desbloquearlo sin necesidad de obtener el código.
Pero estos equipos pueden rondar los 1.000 euros, demasiado dinero para liberar un solo móvil cuando, a menudo, se puede liberar en una tienda por unos 10 euros.
Al liberar el teléfono de modo clandestino, el cliente puede incumplir los términos de su contrato
En otros casos, se pueden encontrar generadores de códigos en la web que permiten obtener la combinación necesaria a partir del IMEI del teléfono. En general, es más fácil localizar estos códigos para los teléfonos más vendidos (Nokia, Motorola, Sony Ericsson, etc).
Al liberar el teléfono de modo clandestino, el cliente puede incumplir los términos de su contrato, pero, en realidad, la operadora lo tiene bastante difícil para enterarse. También es complicado perseguir a las tiendas que liberan móviles, ya que no hay una regulación sobre esta actividad.
A falta de una legislación clara al respecto, las operadoras en otros países definen sus propios términos en el contrato para liberar teléfonos móviles.
En EE.UU., la operadora AT&T nunca libera los móviles, mientras que otros como Cingular lo pueden liberar tras 90 días.
En cambio, en otros países la ley pone límites.
En Reino Unido, los operadores pueden cobrar por liberar el móvil, incluso después de transcurrido el tiempo de permanencia del contrato.
Por el contrario, en Bélgica y Hong Kong la ley prohíbe vender móviles bloqueados, con lo que las operadoras tampoco los subvencionan y salen caros.
En Holanda pueden cobrar por liberarlos antes del primer año, pero deben ofrecer los códigos gratis una vez pasado el plazo.