Spotify se ha impuesto en buena parte de Europa como la mejor solución para escuchar todo tipo de música en streaming, si bien en países tan importantes como Alemania no ha podido consolidar su presencia. El servicio ofrece varias alternativas de uso, tanto de pago como gratuitas, y tras un año y medio de funcionamiento, su modelo de negocio se ha cuestionado porque, a pesar del éxito indudable de usuarios, muy pocos han optado por las versiones de pago, que aportan los mayores réditos. Ahora bien, ¿merece la pena pagar por Spotify? Depende de qué quiera cada usuario y también de su perfil musical y tecnológico. Podría decirse que a muchos de quienes no pagan les saldría a cuenta abonar alguna de las cuotas mensuales, si bien para otros las versiones básicas son más que suficientes.
El diario inglés ‘The Independent’ abrió hace dos meses su sección de tecnología con un reportaje que se titulaba «Spotify: Un millón de escuchas valen 108 libras«. El citado artículo se refería al momento en que se superó en Spotify el millón de escuchas de uno de los grandes éxitos de la artista Lady Gaga, «Poker face», pero ésta contabilizaba un beneficio del servicio de tan sólo 108 libras, unos 130 euros al cambio. Así se resumía la paradoja de Spotify: gran popularidad en la versión gratuita, pero muy baja rentabilidad económica, sobre todo, porque el porcentaje de usuarios Premium -que pagan una cuota mensual- no llega al 3%.
Muy pocos usuarios optan por las versiones de pago y continúan con el disfrute de un servicio gratuito, aunque implique oír publicidad
El hecho es que Spotify goza de una enorme relevancia en su versión gratuita bajo invitación y, en realidad, esta fórmula le permitió su rápida expansión en los siete países donde está presente: Finlandia, Reino Unido, Suecia, Noruega, Holanda, Francia y España. Pero muy pocos usuarios optan por las versiones de pago y continúan con el disfrute de un servicio gratuito, aunque implique oír publicidad.
Las opciones de Spotify
La respuesta del servicio para romper con la situación de estancamiento ha sido ampliar el rango de ofertas de uso para intentar captar nuevos usuarios y convertir a otros gratuitos en consumidores de versiones de pago. De este modo, las opciones que en la actualidad se pueden disfrutar son:
Bajo invitación: esta modalidad está condicionada a recibir una invitación de otro usuario previo del servicio y que también se haya dado de alta con invitación. Es la modalidad pionera con la que se expandió el servicio entre los usuarios avanzados y de ella disfruta la mayoría. Permite la escucha ilimitada de todo el catálogo del servicio -comprende a casi todas las discográficas- con la condición de oír publicidad.
También permite compartir con los contactos las listas de reproducción que el usuario elabore -las selecciones de canciones- y el acceso al modo «Radio», donde se emiten programas musicales por géneros. Sólo deja usar Spotify en el extranjero durante catorce días. La modalidad bajo invitación está destinada a no extenderse más, en espera de sustituirla por una modalidad más restrictiva y nueva llamada «Open».
Open: esta modalidad, lanzada hace pocas semanas, busca dar acceso al servicio a nuevos usuarios que no cuentan con invitación. Es menos abierta que la anterior e implica escuchar toda la música del catálogo y acceder a las listas de reproducción de los contactos, aunque sólo durante veinte horas al mes y con publicidad. No da acceso al modo «Radio» y sólo permite usar Spotify en el extranjero durante catorce días. Si se desea más, hay que pasar a la siguiente modalidad, ya de pago: Unlimited.
Unlimited: Implica evitar la publicidad y escuchar todo el catálogo tantas horas al día como se quiera por 4,99 euros, es decir una tarifa plana para ordenador. Por otro lado, cuenta con todas las ventajas de los anteriores servicios, como es la compartición de listas de reproducción y el acceso al modo «Radio». Además, permite escuchar por tiempo indefinido la música de Spotify en el extranjero.
Premium: Cuesta 9,99 euros al mes y tiene como principal valor añadido el poder acceder al servicio desde un teléfono móvil con conexión a la Red. De otro modo, no se pueden usar las aplicaciones de Spotify para móvil, que están disponibles para los sistemas operativos Android, iPhone OS y Symbian. Permite descargar más de 3.000 canciones por mes al ordenador y que éstas se sincronicen vía wifi con el disco duro del móvil, de modo que el usuario pueda escucharlas incluso en la calle sin tener que usar el streaming. Se conoce como modo «offline».
La ventaja es que el tráfico de datos en la música es muy alto y la escucha en streaming en el móvil -cuando no es vía wifi- consume muy deprisa los límites fijados por contrato con las operadoras. En cambio, en el modo «offline», se pueden escuchar cuantas canciones se hayan seleccionado sin depender ni de la cobertura ni de los límites de consumo. Por lo demás, también tiene las ventajas de los anteriores servicios.
Pagar o no pagar, la cuestión
¿Merece la pena pagar menos de diez euros al mes por un catálogo enorme de música, tal vez como nunca antes se haya visto? La respuesta para muchos usuarios sería «sí», de no ser porque hay una alternativa bajo invitación, que como únicas penalizaciones cuenta con la limitación del uso en el móvil y la publicidad. Para muchos usuarios, la publicidad de Spotify no resulta molesta e, incluso, recuerda a las radios tradicionales, lo que quita cierta frialdad al servicio.
El servicio de pago se antoja más indicado para usuarios con conocimientos musicales avanzados, porque la cantidad de música que se ofrece es abrumadora
La gratuidad no impide poder compartir sin problemas las listas de reproducción, que convierten al servicio en único e interesante, ya que la compartición de enlaces con contenido cultural se persigue, en general, desde las industrias culturales bajo la denominación de «piratería», bien sea desde servicios de descarga tipo MegaUpload o desde programas P2P como Emule o BitTorrent.
En los foros que tratan el tema se aduce, además, que el servicio de pago es más indicado para usuarios con conocimientos musicales avanzados, porque la cantidad de música que se ofrece es abrumadora y Spotify tiene pocas herramientas sociales para descubrir nuevas músicas. No tiene un sistema de recomendación como lo tuvo en su día Last.Fm. La única manera de llegar a nuevos artistas y discos es mediante las listas de otros usuarios, que ahora también se pueden compartir en Twitter y en Facebook. Incluso hay páginas externas a Spotify como «Listas spotify«, donde se pueden publicar las selecciones del usuario, que se escuchan y valoran por parte de la comunidad del servicio.
El modo «Open» es útil para que nuevos usuarios tengan la oportunidad de probar el servicio sin necesidad de invitaciones
Para quienes tengan conocimientos musicales, podría resultar interesante la versión «Unlimited», ya que por menos de cinco euros al mes deja escuchar música sin publicidad, con la oportunidad de indagar en el catálogo con un criterio musical formado y descubrir música de otros países o estilos, además de contar con las listas de otros usuarios.
En cambio, la cuota «Premium» sólo sería rentable para los consumidores que dispusieran de un móvil con conexión a Internet, puesto que les permitiría disfrutar del servicio en movilidad gracias al modo «offline». También podría interesar a quienes viajaran con frecuencia y tuvieran un dispositivo portátil donde almacenar sus listas.
Para terminar, el nuevo modo «Open» es útil para que usuarios recientes tengan la oportunidad de probar el servicio sin necesidad de invitaciones mientras se deciden por contratar alguna de las modalidades de pago, ya que sólo veinte horas al mes se antojan muy pocas y se consumen muy deprisa.