Una proporción importante de los usuarios, aunque cada vez menor, utiliza el navegador que venía por defecto cuando compró su ordenador. En la gran mayoría de los casos es Internet Explorer y en unos pocos es Safari, si el ordenador comprado es un Mac. De todos ellos, una parte nada despreciable es reticente a actualizar el navegador, aunque el sistema operativo se lo aconseje con reiteración. Miedo a hacerlo mal y falta de confianza son a menudo las causas. La actualización continuada es buena por muchas y variadas razones, pero ¿conviene estar siempre a la última? En ocasiones es mejor esperar unas semanas a que la nueva versión se estabilice, si no se quiere sufrir percances en la navegación.
Imagen: Red Mum
En 2008, un estudio de la consultora Security Researchers mostraba que había más de 600 millones de navegadores sin actualizar en el mundo, la mayoría de ellos en aquel momento eran de usuarios de Internet Explorer 6 que se resistían a pasar a la versión IE7. En muchos casos se debía a que usaban el sistema operativo Windows XP y se negaban a pasarse a Vista, un sistema que resultó fallido. Aún así, hubieran podido utilizar IE7, pero sin sacarle tanto rendimiento.
Una parte no despreciable de los usuarios es reticente a actualizar el navegador, aunque el sistema operativo se lo aconseje
Desde entonces ha habido un importante recambio en el parque informático -los usuarios se han cambiado de ordenador y de sistema operativo, sobre todo a Windows 7, aunque también cada vez más a Mac OS X-, pero una parte de ellos sigue enquistada y empeñada en usar el navegador con el que compraron el ordenador y cierran la ventana emergente de actualizaciones cada vez que aparece para aconsejarles la actualización a la última versión. Microsoft lleva años enfrascada en una campaña para que los usuarios accedan a actualizar. Este fenómeno también ocurre en otros navegadores como Firefox, Opera o Safari, sobre todo respecto a la última versión de Firefox. En Chrome, es usual que convivan en el mercado diversas versiones dado su alto ritmo de actualización.
Imagen: StatCounter
Ventajas de actualizar
No obstante, estos usuarios ignoran que con la versión antigua de su navegador, incluso a veces muy antigua, se pierden muchas cosas. Para empezar, en aspectos de seguridad están más desprotegidos frente a los nuevos ataques, ya que cada nueva versión de un navegador que se libera contiene soluciones a las más recientes estrategias del software malicioso y ha corregido las vulnerabilidades que pudiera tener la versión anterior.
Los navegadores no actualizados están más desprotegidos en aspectos de seguridad frente a los nuevos ataques
Además, recoge un historial actualizado de páginas sospechosas de cometer actos dephishing, emitir publicidad no deseada y otras estafas por el estilo. Cuanto más actualizado esté el navegador, más protegido está el equipo del usuario. Por otro lado, hay que tener en cuenta que las versiones más antiguas de los navegadores, que todavía algunos usuarios utilizan, no contemplan ni siquiera tácticas de phishing como un peligro, por lo que dejan a los equipos en franca vulnerabilidad.
Las versiones antiguas tampoco tienen en cuenta aspectos de privacidad y protección de datos, ya que cuando se lanzaron los conceptos y valores respecto a este tema no eran los mismos. El número de internautas era mucho menor y también el de servicios donde nos dábamos de alta. Ahora en cambio dejamos claves en multitud de plataformas, compramos en los comercios on line, usamos servicios de almacenamiento web de nuestros archivos, etc. La privacidad es fundamental y, por tanto, debemos usar un navegador que esté a la última en la protección de nuestras claves frente a terceros.
En los últimos diez años han cambiado mucho las tecnologías usadas y las tendencias, y los navegadores se han adaptado a ellas
Otros aspectos destacados son que el navegador actualizado, si funciona sobre un procesador potente y un sistema operativo más o menos moderno, ejecuta más rápido sus funciones y permite navegar sin tantas esperas en la carga de páginas. Por otro lado, el diseño y la accesibilidad de los sitios web mejora sensiblemente. En los últimos diez años han cambiado mucho las tecnologías usadas y las tendencias, y los navegadores se han adaptado a ellas y han procurado que el usuario vea las páginas web con fidelidad y de manera accesible y sencilla. Los usuarios que no actualizan su navegador ven muchas veces las páginas peor, con módulos descuadrados y enlaces fuera de sitio. Se han acostumbrado a navegar de este modo y no saben que una simple actualización mejoraría enormemente su experiencia.
¿Estar siempre a la última?
Estar siempre a la última en materia de actualizaciones puede, en ocasiones, acarrear algunos problemas. Si bien cuando se lleva a cabo una actualización parcial en una versión determinada conviene ejecutarla sin dilación, los cambios de una versión estable a otra, de Firefox 4 a Firefox 5, o bien de Chrome 10 a Chrome 11, pueden comportar alteraciones, ya sea porque las extensiones del navegador son incompatibles entre versiones o no están actualizadas y hay que esperar a que los desarrolladores las pongan al día.
En caso de actualización parcial dentro de una versión determinada, conviene ejecutarla sin dilación
Este es un problema frecuente en las extensiones de Firefox, que en ocasiones comporta ciertos trastornos y la falta de optimización de la nueva versión, hasta que llegan las actualizaciones para las extensiones que consideramos esenciales. Otro caso reciente es el del desacuerdo entre Google y Firefox, por la competencia del navegador Chrome, que ha desembocado en que la versión de Firefox número 5 no acepte labarra de herramientas de Gooogle, con el consiguiente perjuicio para el usuario que la utilizaba. Por lo tanto, los usuarios de Firefox que no deseen perderla deberán esperar a que se llegue a un acuerdo entre las partes o cambiar de navegador.
Otro inconveniente es que las primeras actualizaciones de las nuevas versiones a menudo contienen algunos fallos, vulnerabilidades y una cierta inestabilidad, por lo que es aconsejable esperar unas semanas, o incluso un mes, para realizar la actualización, cuando se hayan corregido estos defectos. También para los usuarios que no hayan cambiado de ordenador en más de cinco años, las nuevas versiones de los navegadores les pueden resultar poco provechosas e incluso inconvenientes, ya que su procesador no está preparado para ellas y verán cómo muchas veces se ralentiza o se cuelga la navegación. Lo mejor en estos casos es plantearse actualizar el parque informático.
La mayoría de navegadores se actualizan de manera automática en sus últimas versiones, pero si no tenemos instalada una de ellas, deberemos hacer la actualización de modo manual. En Firefox hay que ir al apartado del menú llamado “Firefox; Acerca de; Buscar actualizaciones”. En Internet Explorer habrá que ir a la página del navegador y ver cuál es la última actualización disponible y proceder a descargarla. También Opera tiene un apartado dedicado a las actualizaciones. En cuanto a Chrome y Safari, informan puntualmente de cada actualización.