La era de las tabletas se conoce como la “era postPC”, según una expresión que acuñó el fundador de Apple. Con ella el fallecido Steve Jobs se refería a que, con la revolución de la “nube”, ya no son necesarios los ordenadores con gran capacidad para guardar datos y, por tanto, con grandes dimensiones y peso. Pero también hacía referencia a que la gran mayoría de los usuarios de informática son consumidores de contenidos, pero no productores. En otras palabras, las tabletas resultan idóneas por su ligereza y manejabilidad para el 90% de las tareas que realizamos, sin que se requiera de una gran pantalla o un buen teclado. Sin embargo, hay un 10% de acciones para las que precisamos de un ordenador (escribir correos o textos, editar imágenes, etc.) y hasta en determinados oficios este se hace imprescindible. Para ello, estos ordenadores de sobremesa deben contar con unas características especiales que se definen en este artículo y que ya disponen algunos PC, como los cinco que se detallan a continuación.
¿Cómo es el sobremesa idóneo?
Hay un 10% de acciones digitales para las que sí necesitamos un ordenador de sobremesa
El ordenador personal o PC va a la baja y, con el tiempo, quizás deje de ser tal y como conocemos hoy, para pasar a constituir un conjunto de piezas sueltas que uniremos solo cuando necesitemos; el resto del tiempo permanecerán sobre la mesa del escritorio, en la estantería o en un cajón. Según la consultora Gartner, las ventas de ordenadores de sobremesa descenderán un 7,3% hasta 2017 y se verán compensadas por el alza de las tabletas.
Gartner no especifica qué ocurrirá a partir de entonces, pero deja abiertos dos escenarios hipotéticos. El primero es que el sector no se adapte a la movilidad y se encamine a su desaparición, con su nicho cubierto por accesorios que se unan a la tableta para hacer de ordenador, una posibilidad bastante verosímil. El segundo escenario es la aparición de ordenadores adaptados y competitivos, capaces de, sin ser tabletas, antojarse igual de útiles al usuario. En esta dirección juegan a favor los nuevos modelos que poco a poco aparecen en el mercado.
Según la consultora Gartner, las ventas de ordenadores de sobremesa descenderán un 7,3% hasta 2017
Las características de este ordenador «postPC» serían: ambivalencia (que pueda hacer algunas de las funciones de las tabletas); ligereza y dimensiones reducidas (portabilidad); propiedades de pantalla táctil (para poder actuar como tableta); y un diseño agradable y que concuerde con el ambiente general de una casa, un aspecto que, hasta fechas recientes, era raro en estos dispositivos, casi siempre feos y desproporcionadamente grandes. Además, deberían conservar las principales ventajas tradicionales de los sobremesa: comodidad y ergonomía, ya que como mejor se usa un ordenador es sentado; potencia de procesado, tanto de datos como de imágenes y de videojuegos; y alta conectividad, para aceptar todo tipo de complementos periféricos.
Cinco modelos en la buena dirección
iMac. El sobremesa de Apple, aunque tal vez es el que menos cumple con las condiciones «postPC» estipuladas, merece figurar en este compendio por ser de los primeros modelos pensados con la vista puesta en el futuro. iMac fue el primer ordenador que integró la CPU en la pantalla y resumió el cuerpo del sobremesa en una sola unidad con una peana que lo sujeta. De este modo, y a pesar de que no es un ordenador fácil de mover con sus ocho kilos, ganó en estética y cedió espacio en el escritorio a otros objetos.
Con modelos entre las 21 y las 27 pulgadas, la última edición ha conseguido reducir un 75% su grosor. Se muestra como una fina pantalla que, además, aporta una tecnología antirreflejos para su cristal LED de alta definición. Cuenta con un procesador Core de Intel i5 con cuatro núcleos disponibles que tienen una potencia entre 2,7 y 3,2 gigahercios. Además presenta un amplio rango de puertos para conectar periféricos. Su precio es elevado: entre los 1.379 y los 1.900 euros, según pantalla y procesador.
MSI WindBox DC110. En este ordenador destaca, por encima de todo, su precio y su portabilidad. Es en realidad una CPU sin pantalla ni teclado que pesa menos de 900 gramos y cuesta 370 euros con Windows 8 instalado. Sus dimensiones, menores a un folio DIN A4 y con un grosor de menos de cuatro centímetros, le hacen idóneo como un sobremesa portátil que se puede unir al llegar a un sitio a una pantalla complementaria y a un teclado. Por su alta conectividad, puede utilizarse un televisor de última generación como pantalla. En estética es, además, agradable y su único punto débil es su capacidad de procesado, de solo 1,1 gigahercios, aunque con una memoria RAM de dos gigabytes.
Mountain Smart Dot. Este modelo supone la versión ligera y menos potente de la gama Smart, ordenadores del tramo profesional. Aun siendo una CPU una tercera parte más pequeña que sus hermanos mayores, tiene una potencia nada desdeñable, con un procesador Intel Core i7 que funciona a 3,5 gigahercios. Le acompaña una tarjeta gráfica de gama media, pero acepta bien una Nvidia Geforce Titán, en lo más alto del sector. Consiste en una CPU con todos los puertos para conectarse a una pantalla de alta definición y a un teclado, apropiada para videojuegos, pero de tamaño reducido y que cabe en cualquier rincón, disponible para cuando se necesite y sin estorbar el resto del tiempo. Su importe es 849 euros.
Lenovo ThinkCentre Edge 62z. Este Lenovo es un modelo «todo en uno» en la línea del iMac, pero con consistencia menor y dimensiones también más reducidas. En consecuencia, también lo será su precio cuando salga al mercado. Incorpora la CPU en la pantalla, y esta va montada sobre dos patas delanteras y un soporte trasero, de modo que resulta fácil colocarla en cualquier lugar. También posee teclado y ratón. La pantalla es de 18,5 pulgadas y el procesador es un Core i3, aunque incluye un disco duro de un terabyte y la RAM puede alcanzar los ocho gigabytes. Presenta además dos altavoces, grabadora de DVD y seis puertos USB. Su coste base es 422 euros.
Dell XPS 18. Aunque es un ordenador todavía en planificación, resultará interesante por su ambivalencia, ya que estará dotado de una pantalla táctil de 18,6 pulgadas que se podrá utilizar como tableta gracias a que pesará menos de 2,5 kilos. No es destacable tanto por sí mismo (el peso parece excesivo para manejar con las manos), sino como una posible tendencia del mercado para tener presente. Cuenta con Windows 8 y se espera su salida al mercado a lo largo del año, aunque no se conoce todavía el precio.