Una de las características principales del sistema operativo iPhone OS -ahora rebautizado como iOS- es que todas las aplicaciones que pueden ser instaladas en dispositivos como el iPhone, el iPod Touch o el iPad deben pasar por un proceso de aprobación previo por parte de Apple. Es decir, el fabricante tiene el control del uso que hace el consumidor de su aparato. Además, estas aplicaciones sólo se pueden descargar a través de la tienda de Apple, creada para tal fin. Frente a esta mordaza, algunos usuarios optan por descativar ciertos controles y liberar el teléfono de su propiedad para introducirle los programas que quieren.
El rechazo de una aplicación externa para iPhone por parte de Apple puede estar motivada por diferentes razones. Desde problemas de seguridad y errores en el código, a otras más discutidas y polémicas como que sean competencia de aplicaciones oficiales lanzadas por Apple, incluyan contenidos eróticos o pornográficos, o sean de moral discutible. De este modo, en el entorno Apple la empresa se constituye en juez, parte interesada y policía que controla el uso diario de los dispositivos que vende.
Apple considera que un control exhaustivo del sistema operativo y de las aplicaciones es beneficioso para el usuario
Apple considera que un control exhaustivo del sistema operativo y de las aplicaciones que pueden ser instaladas en sus dispositivos es beneficioso para el usuario en último término, ya que éste en general obtiene así una experiencia más completa y libre de problemas de seguridad, códigos maliciosos y virus. Es decir, que alega que lo hace para proteger a sus consumidores.
Sin embargo, muchos usuarios no están contentos con estas condiciones y reclaman mayor libertad a la hora de decidir las aplicaciones que instalan, así como para poder llevar a cabo las modificaciones sobre el software que crean oportunas, y también en el sistema operativo creado por Apple.
«Jailbreak», romper la mordaza
El término «jailbreak» nació casi al mismo tiempo que el terminal iPhone. En cuanto éste se lanzó al mercado ya hubo hackersdispuestos a abrir el dispositivo y ver hasta dónde podían alcanzar sus posibilidades sin la mordaza que Apple le había puesto. En un principio la técnica fue utilizada para introducir cualquier archivo de audio, como tonos de llamadas, aunque más tarde, y gracias a algún agujero de seguridad descubierto, un grupo de hackers pudo modificar el sistema operativo para permitir la instalación y ejecución de aplicaciones no oficiales y alternativas a las distribuidas por Apple, al mismo tiempo que las disponibles a través de la tienda de aplicaciones del fabricante.
Las empresa ha introducido en sus sucesivas versiones de iPhone algunas de las funcionalidades más demandas por los usuarios, que desde hace tiempo ya estaban disponibles en versiones con «jailbreak»
Incluso la gran cantidad de comunidades de desarrolladores de aplicaciones para iPhone que se crearon al calor del «jailbreak» hizo que Apple cambiara de estrategia y pasara de aceptar sólo las aplicaciones de fabricación propia, a permitir las de terceros desarrolladores externos, pues enriquecían en gran manera el uso del teléfono y le hacían vender más aparatos. Así fue como se produjo la explosión de aplicaciones que hoy día se ha extendido a otros sistemas operativos como Symbian o Android y los teléfonos que los utilizan.
Pero a pesar de la gran apertura, Apple insiste en su veto a ciertos programas, si bien los dispositivos que han sido «jailbrekeados» pueden instalar cualquier tipo de aplicación disponible, esté o no autorizada. Para ello, se disponen de diferentes plataformas de instalación que hacen las veces de la tienda de aplicaciones de Apple, la iTunes Apps Store. Uno de los más conocidos es el instalador , aunque hay algunos más como Icr.
Procesos más habituales
Hay dos procesos habituales de realizar un «jailbreak»: el más utilizado es el proceso «untethered», que aplica la modificación del sistema operativo de forma permanente, mientras que en el proceso «tethered» es necesario volver a aplicar el «jailbreak» cada vez que el dispositivo es reiniciado. En la actualidad, el «jailbreak» se realiza conectando el dispositivo al ordenador y ejecutando en éste una aplicación de software disponible para los principales sistemas operativos.
Se cuentan con diferentes aplicaciones que ejecutan este proceso desde el PC, en función del grupo de hackers encargado de su desarrollo, el tipo de «jailbreak» realizado, la versión del firmware del terminal o incluso el número de serie del mismo. Entre ellos, los más conocidos son «Spirit» para los sistemas operativos Windows, Mac y Linux, «PwnageTool» para ordenadores Mac Ox X, o «blackra1n» para Windows y Mac.
Pérdida de garantía del dispositivo
Realizar un «jailbreak» no es complicado, pero sí delicado, y si el proceso no se hace bien, se puede pagar caro el experimento. Los usuarios deben tener en cuenta que cualquier problema o errores que tengan durante el proceso será bajo su propia responsabilidad y no tendrán soporte oficial de Apple ni del operador de telecomunicaciones contratado para restaurar el dispositivo.
Los usuarios deben tener en cuenta que cualquier problema o errores que tengan durante el proceso será bajo su propia responsabilidad
De igual forma, la instalación de cualquier tipo de aplicación que no ha pasado por los controles de seguridad y calidad de Apple puede poner en riesgo la seguridad del dispositivo y la privacidad del usuario en el caso de instalar una aplicación que incluya código malicioso. Además, los iPhone que han sido antes liberados de su operador de origen no pueden ser «jailbreakeados» sin poner en peligro su estabilidad, por lo que no se recomienda ejecutar el proceso.
La realización de un proceso de «jailbreak» a un dispositivo no es ilegal, pero sí inhabilita el periodo de garantía del terminal al haberse violado las bases de la misma, ya que se ha modificado el dispositivo fuera de un servicio técnico autorizado. De esta forma, los terminales que se estropeen luego no podrán ser reparados por Apple dentro del periodo de garantía. En este sentido, si el «jailbreak» realizado fuera reversible, el terminal volvería a estar en garantía siempre que se instalara de nuevo la versión oficial del sistema operativo desarrollada por Apple mediante la opción «restaurar» disponible en la aplicación «iTunes».
Desde la salida de la primera generación del iPhone, los grupos de desarrolladores de “jailbreak” han emprendido una carrera por encontrar agujeros de seguridad en las diferentes versiones del sistema operativo lanzadas, mientras que Apple se ha asegurado de cerrar estos huecos y dificultar la realización de este proceso. Sin embargo, en la actualidad todas las versiones lanzadas al mercado han sido modificadas más tarde. Hace poco, la última versión del sistema operativo del IPhone, denominada iOS 4, se ha hackeado de forma experimental.
Otra de las formas de luchar contra el “jailbreak” por parte de Apple es mediante la inclusión de algunas de las funcionalidades más demandas por los usuarios, que desde hace tiempo ya estaban disponibles en versiones con “jailbreak”. Entre ellas, están el “copiar y pegar”, el tetheringpara utilizar el dispositivo como un módem, o la posibilidad de ejecutar varias aplicaciones de forma simultánea mediante “multitarea”.