Sofritos para congelar y tener siempre listos

Un buen sofrito necesita de su tiempo de cocinado, un corte fino y regular de las verduras y una preparación controlada. Muchas veces no hay tiempo de hacerlo, y eso le resta posibilidades a los platos. Para evitar esta situación, es recomendable hacer una buena cantidad de sofrito y congelarlo en pequeñas porciones; así podremos usarlo cuando necesitemos.

Los sofritos son muy fáciles de hacer, aunque tienen truco.

Corta la verdura de manera regular y, si es posible, en brunoisse (cuadraditos pequeños) para que se cocinen todos los componentes del sofrito con uniformidad. Conseguirás que la dureza de unos u otros no tenga excesiva importancia y se puedan hacer casi todos los ingredientes a la vez.

• Es importante cocinar en cazuelas amplias y no muy altas para que el cocinado sea uniforme y no se tenga que mover todo el rato durante la preparación, que es lo que pasaría en una cazuela estrecha y alta.
• La cocción con la tapa ayuda a que haya un ambiente húmedo dentro de la cazuela y, de este modo, se cocinen antes los ingredientes del sofrito.

• Hay que agregar una pizca de sal durante el cocinado, pero no en exceso, dado que luego se añade el sofrito a otras elaboraciones que ya pueden tener sal, y uno se podría pasar de salazón en el resultado final.
• Por lo general, la grasa que se empleará para cocinar será aceite de oliva virgen, ya que dará un toque de calidad tanto al sofrito como a la elaboración final.
• El cocinado suave, tapado, con un toque de sal y removiendo de vez en cuando dará como resultado un sofrito dorado, ligeramente caramelizado y sabroso.

• Una vez hecho, cuela y escurre el posible exceso de grasa. Deja enfriar y colócalo en una cubitera (una cucharada de sofrito en cada hueco). Así, una vez congelado, se sacan los cubitos que se necesitan y se mantienen congelados los demás para otras recetas.
• Una vez congelados, guarda los cubitos en bolsas, no en la cubitera. De este modo, si hay un corte de luz cuando no estás en casa, sabrás que se ha roto la cadena de frío y que se deben tirar, porque perderán su forma.
• Cada bolsa con los cubitos debe estar etiquetada con el nombre del sofrito y la fecha de la elaboración, para luego saber todos esos datos que resultarán útiles al agregar a cada plato.

Las siguientes combinaciones sirven para muchas recetas distintas.

• Pica una cebolla y dos dientes de ajo y sofríelos en una cazuela con un par de cucharadas de aceite de oliva.
• Añade un par de tomates triturados, y sofríe todo el conjunto durante 30 minutos.
• Pon a punto de sal y dale un toque de tomillo y laurel.
• Deja enfriar y congela en porciones.

• 💡 Sirve para la elaboración de unas vainas guisadas, arroces caldosos, sopa de pescado o para guisos de legumbres.

• Pica unos cuantos dientes de ajo para sofreírlos ligeramente.
• Antes de que cojan color, agrega un par de cucharaditas de curry y un puñado de avellanas tostadas y trituradas.
• Pon a punto de sal y remueve hasta conseguir un sofrito homogéneo.

• 💡 Se puede utilizar para la elaboración de pasta salteada, fideos chinos, guisos de conejo y de pollo y, por supuesto, para risottos.

• Sofríe una cebolla, un pimiento verde, un pimiento rojo y un par de dientes de ajo, todos ellos cortados en brunoisse, hasta conseguir un toque dorado.
• Añade la carne del pimiento choricero, rehoga y pon a punto de sal.
• Deja enfriar y congélalo.

• 💡 Es apropiado en la elaboración de salsas para guisos de legumbres, guisos de carne, mejillones cocidos y para reforzar el sabor de sopas de pescado y de cocido.

• Pica cebolla, puerro, ajo y tomate.
• Sofríelos en una cazuela con un par de cucharadas de aceite de oliva.
• Cuando comiencen a cocinarse, agrega una cucharadita de pimentón y un par de cucharones de caldo de pescado.
• Deja reducir para que la verdura adquiera el sabor del caldo de pescado.
• Pon a punto de sal, enfría y congela.

• 💡 Este sofrito es idóneo para añadir a pescados asados o escalfados, arroces marineros y paellas, así como para unas patatas guisadas con pescado.

• Pon al fuego una cazuela amplia con un poco de aceite de oliva.
• Cocina a fuego lento una cebolla troceada, un par de dientes de ajo, jengibre rallado y un tallito de citronela.
• Cuando la verdura esté dorada, agrega un par de cucharadas de azúcar moreno y una de miel, zumo de naranja y un par de cucharadas de vinagre y deja que el sofrito siga cocinándose durante un par de minutos hasta que comience a homogeneizarse.
• Por último, añade salsa de tomate, pon a punto de sal, deja que se enfríe y congela.

• 💡 El sofrito de barbacoa es estupendo para la elaboración de asados de aves o para agregar a unas costillas guisadas o asadas.