En su afán para modernizarse y adaptarse a los gustos y costumbres de los clientes más jóvenes, los bancos han encontrado en el sector de los medios de pago un filón para atraer a los menores de 30 años, más conocidos como millennials. Muchas entidades han creado sus propias aplicaciones de pago a través del smartphone y han ideado nuevos aparatos que permiten adquirir con el teléfono sin tener que llevar una tarjeta encima. Pero hay más. ¡Hasta pulseras y gafas de sol pujan por jubilar a las tarjetas en las compras! En este artículo se enumeran los dispositivos con los que se quiere acabar con las tarjetas, y también por qué no terminan de asentarse en España.
Las innovaciones tecnológicas han abierto un nuevo mundo de posibilidades dentro del sector de los medios de pago alternativos a las tarjetas físicas, sobre todo las basadas en el contactless (sin contacto). Bancos y compañías fintech (de pago a través del móvil) han utilizado la denominada tecnología de pago sin contacto para crear nuevos dispositivos que permiten efectuar cualquier compra como si fueran tarjetas de débito o de crédito: desde smartphones o pulseras hasta objetos algo más exóticos, como anillos o gafas de sol. Pero, ¿cómo son y cómo se emplean estos nuevos medios de pago?
Pagar con el teléfono móvil
Desde hace varios años, los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta capaz de efectuar pagos gracias a la tecnología NFC (comuninación de campo cercano). En estos casos, el terminal se vincula a una o más tarjetas de débito o de crédito. Al realizar la compra, el usuario solo debe elegir con qué tarjeta quiere hacerla y acercar el smartphone al datáfono para que el aparato registre el abono. En el caso de las tarjetas contactless, si la adquisición no supera los 20 euros, no es necesario introducir el código PIN.
¿Abonar las compras con pulseras y anillos?
Pulseras y anillos también funcionan como si fueran un duplicado de una tarjeta física. Llevan incorporado un chip contactless, así que para realizar los pagos solo hay que acercar la pulsera o el anillo al datáfono.
Gafas de sol como medio de pago
La emisora de tarjetas Visa ha lanzado hace poco tiempo unas gafas de sol que también tienen un chip contactless. Sin embargo, en este caso, el dispositivo está asociado a una cuenta de una entidad bancaria, por lo que no es necesario vincularlo a una tarjeta.
Tarjetas virtuales para las compras por Internet
Tampoco hay que olvidar que muchos bancos disponen de tarjetas virtuales con las que pueden efectuarse todo tipo de compras online. Estos productos no tienen comisiones y, por lo general, funcionan como una tarjeta prepago que puede recargarse mediante transferencias o a través de cajeros automáticos.
Imagen: FootMassagez
El pago por móvil, poco popular entre los españoles
Estos dispositivos, sin embargo, todavía no gozan de mucha popularidad entre los consumidores españoles, que prefieren utilizar los medios de pago tradicionales. Según los últimos datos publicados por el Banco de España, el número de tarjetas físicas en circulación no ha dejado de crecer durante el último lustro: en 2016 llegaron a los 74,51 millones de unidades. De entre todos estos «plásticos», más de 11 millones incorporaban la tecnología contactless, que sí tiene una gran aceptación.
En cambio, según el Informe Tecnocom sobre Tendencias en Medios de Pago 2016, aunque más del 90% de los españoles dispone de teléfono móvil, menos del 20% puede utilizarlo como medio de pago y menos del 5% lo ha usado alguna vez para efectuar una compra. Además, el porcentaje de consumidores que prefieren el abono con el smartphone antes del pago con tarjeta física es de poco más del 10%.
El estudio refleja que el poco éxito de los nuevos medios de pago se debe a que la oferta bancaria de nuevos dispositivos tecnológicos, pese a ser muy variada, aún es difusa a ojos del consumidor, que además todavía no se ve en la necesidad de recurrir a instrumentos alternativos a los tradicionales (efectivo o tarjetas físicas). Por ello, desde Tecnocom destacan que las entidades tendrán que «intensificar la búsqueda de servicios de valor añadidos que atraigan a la demanda y se conviertan en objeto de preferencia de los usuarios», si quieren que sus nuevos medios de pago compitan contra las tarjetas bancarias convencionales.