La nueva etiqueta de eficiencia energética, obligatoria en la Unión Europea (UE), ya no incluirá las clases A+, A++ y A+++ que llevan algunos electrodomésticos, sino que se unificará en una clasificación de la A a la G. Así lo aprobaba hace poco el Parlamento Europeo (PE), para que los ciudadanos tengan una información más clara y real de lo que gastan su lavadora o frigorífico. Gracias a los aparatos más eficientes, los consumidores podrán ahorrar unos 490 euros anuales en electricidad y reducir su impacto ambiental. Este artículo señala siete claves para conocer el nuevo etiquetado de eficiencia de los electrodomésticos: desde cómo identificar los aparatos más ahorradores hasta algunos líos del etiquetado pendientes de resolver.
Clave 1. Etiquetas de energía: las A plus desaparecen
El Parlamento Europeo ha aprobado el nuevo etiquetado energético para que los consumidores puedan escoger los aparatos más eficientes y reducir su gasto eléctrico. Una de sus principales novedades es que las clases A+, A++ y A+++ desaparecerán y se utilizará un sistema de la A (la más eficiente) a la G (la más derrochadora).
Los electrodomésticos deberán llevar las etiquetas adheridas de forma visible y se podrán obtener más detalles en Internet, como mediante códigos QR para comparar distintos aparatos. La Comisión Europea (CE) publicará una base de datos online con los productos del mercado y su eficiencia.
Clave 2. ¿Cuánto ahorran los aparatos eficientes?
El nuevo sistema de eficiencia energética podría ahorrar a cada consumidor unos 490 euros al añoEl nuevo sistema podría ahorrar a cada consumidor unos 490 euros al año, según cálculos de la CE. A nivel europeo, se podrían ahorrar 200.000 millones de kilovatios hora (kWh), el equivalente al consumo energético anual de los países bálticos.
Para poder hacerse una idea del gasto que puede evitar un consumidor, la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos (ANFEL) confeccionó una tabla (en la imagen inferior) con los ahorros anuales estimados (tanto económicos como energéticos) al sustituir antiguos electrodomésticos (de 5 a 15 años) por otros con la clasificación energética más alta (A++ y A+++).
Clave 3. ¿Cuándo llegará la nueva etiqueta a las tiendas?
En principio, las primeras etiquetas llegarán a los establecimientos comerciales a finales de 2019. Sin embargo, en la práctica su uso podría demorarse.
Según una portavoz de la CE en declaraciones a la web especializada en información europea, Euractiv.com, las nuevas etiquetas A-G para televisores, lámparas, lavadoras, frigoríficos y lavavajillas se introducirán a partir de principios de 2020 en adelante.
Para productos como aire acondicionado, secadoras, aspiradoras, hornos, campanas de cocina y unidades de ventilación residencial, muy probablemente entre 2021 y 2025, mientras que para los productos de calefacción, la fecha se retrasará hasta alrededor de 2030.
Sylvia Mauer, directora de políticas de la Organización Europea de los Consumidores (BEUC), cree que el hecho de que «las dos etiquetas coexistan en el mercado durante aproximadamente una década podría confundir a los consumidores».
Clave 4. ¿Qué electrodomésticos llevarán la etiqueta?
El cambio de la etiqueta antigua se aplicará a un total de 15 grupos de productos, incluyendo frigoríficos, lavadoras y televisores. Los responsables europeos todavía están discutiendo nuevas etiquetas para otros grupos de productos, como la refrigeración comercial (por ejemplo, las máquinas expendedoras o las refrigeradores de bebidas), grifos y ventanas. Y una etiqueta para ordenadores podría ser discutida en el futuro.
Clave 5. La etiqueta no siempre es correcta
La etiqueta de eficiencia energética no siempre es correcta, según el estudio MarketWatch, publicado el año pasado por 16 organizaciones civiles de toda la UE, entre ellas la española Ecodes. Sus responsables encontraban todo tipo de deficiencias, en especial en las tiendas por Internet, desde la ausencia de la etiqueta en el aparato hasta un uso indebido. Los autores del informe también apuntaban la falta de inspecciones de las administraciones.
Clave 6. ¿Cómo ayuda la eficiencia energética al medio ambiente y al bolsillo?
El etiquetado energético beneficia a los ciudadanos y al medio ambiente. Los productos de alta eficiencia consumen menos energía y, por tanto, ahorran dinero en la factura, además de generar menos contaminación y menos emisiones de gases de efecto invernadero, implicadas en el cambio climático.
Antonio López-Nava, gerente de la Asociación de Empresas de Eficiencia Energética (A3e), aclara que «hay cierta confusión con el término, que en ocasiones se liga de manera equivocada a las energías renovables. La eficiencia energética tiene que ver con el ahorro de la energía, con su consumo racional. Hay un gran potencial sin alterar el nivel de bienestar. En ocasiones, este ahorro, entre un 20% y un 50% del consumo, se puede conseguir con la inversión de pequeñas cantidades de dinero».
Clave 7. ¿Cuándo y por qué se creó la etiqueta de eficiencia energética?
La etiqueta energética se estableció en 1995 para que los ciudadanos conocieran de un vistazo, gracias a una clasificación de letras y colores, la eficiencia de los electrodomésticos. Tras más de dos décadas, los avances tecnológicos han aumentado la eficiencia de estos aparatos de forma que han hecho necesaria una nueva clasificación. Según los responsables de la CE, tener los mejores resultados en las categorías de la A + a la A +++ «era engañoso y ocultaba posibles diferencias sustanciales en el rendimiento energético».
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