La práctica de meditación ha demostrado generar efectos beneficiosos tanto a nivel físico como psicológico. En concreto, la técnica mindfulness lleva a una consciencia plena de la realidad, de aceptación del aquí y ahora, sin quedar aferrado a los pensamientos o emociones que provoca. Por eso, se la considera muy útil para gestionar el estrés y reducir las emociones negativas. En este artículo se explica en qué consiste el mindfulness y cuáles son los beneficios que aporta su práctica.
La meditación es una práctica milenaria que se ha relacionado, tradicionalmente, con una sensación de relajación física y de tranquilidad. Si bien durante muchos años se ha asociado a aspectos místicos, cada vez son más los trabajos científicos que demuestran sus beneficios cognitivos y psicológicos y ponen de manifiesto que tener una buena salud emocional tiene consecuencias positivas en la salud física y mental. En el caso de la práctica del mindfulness, desvinculada de creencias religiosas y filosofías de vida concretas, numerosos estudios relacionan sus efectos con una mejor calidad de vida, capaz de adaptarse a distintos contextos y entornos.
Cómo practicar mindfulness
La técnica de meditación mindfulness tiene su origen en el concepto budista de consciencia plena. Consiste en tomar consciencia de la realidad para vivir en un estado de atención plena con uno mismo y con el entorno, percibiendo sentimientos, sensaciones y emociones. De hecho, es un ejercicio intelectual cuyo objetivo es concentrarse en un pensamiento de bienestar, un objeto o sonido o en la propia respiración -y liberar la mente de preocupaciones y de otras cargas emocionales- con el fin de conseguir un estado profundo de consciencia para centrarse en el aquí y ahora.
La técnica mindfulness aporta relajación física, reduce emociones negativas y ayuda a gestionar el estrésLo conveniente es dedicar unos 30 minutos al día, por la mañana o por la noche, aunque si se es principiante, basta la mitad del tiempo para empezar. Hay que ser constantes en el entrenamiento hasta que se llegue a incorporar y uno sea capaz de realizar este tipo de meditación bajo cualquier circunstancia (como en un espacio ruidoso).
Es recomendable escoger un lugar sin demasiado ruido (se aconseja apagar todos los dispositivos móviles o cualquier aparato que genere sonido y/o alarma) y que tenga una temperatura agradable. Con ropa que no apriete, la mejor postura es sentados en el suelo o sobre un cojín.
Antes de empezar, conviene hacer un repaso por todas las estructuras musculares, el cuello, los hombros y los brazos, para valorar si están lo suficiente relajados. Los expertos en mindfulness recomiendan centrarse en la respiración. También ayuda visualizar un lugar o situación que produzca bienestar.
A los principiantes se les aconseja que no se frustren si las primeras veces la mente va donde ella quiere. De ser así, hay que frenar el pensamiento, aceptarlo y volver a concentrarse con la respiración. El mindfulness no se consigue dominar en unas pocas sesiones; como cualquier otra práctica, necesita de entrenamiento.
Beneficios del mindfulness
Además de aportar relajación física, ayuda a reducir las emociones negativas como la ira. De ahí que se considere beneficiosa para gestionar el estrés, tal como reconoce Jon Kabat-Zinn, uno de los investigadores que más se ha dedicado a analizar los efectos de la meditación y sus aplicaciones clínicas, fundador del Center for Mindfulness in Medicine, Health Care and Society de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts (EE.UU.).
También se relaciona con efectos sobre el estado inmunológico en personas con ansiedad y depresión. Tal y como refleja un estudio realizado en el Hospital Comarcal de la Axarquía(Málaga), esta técnica mejora los parámetros de su sistema inmune.
La salud del corazón también se beneficia de la meditación mindfulness. Según la Fundación Española del Corazón (FEC), su práctica reduce la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la activación de adrenalina y cortisol (las hormonas del estrés), todos factores de riesgo cardiovascular.
Uno de los principales efectos de la meditación es el de facilitar la capacidad de concentración. La base es la práctica de la atención plena, en estar atentos a la mente e intentar identificar los pensamientos y observarlos con distancia.
En los últimos años, los neurocientíficos también han mostrado interés en la práctica del mindfulness. Según una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Yale (EE.UU), incluso es capaz de modificar el uso de determinadas áreas del cerebro cuyas alteraciones se vinculan con ansiedad, hiperactividad y déficit de atención. Con la meditación, en especial cuando ya se tiene cierta experiencia en practicarla, se activan otras áreas asociadas al control cognitivo y a enfermedades como el autismo y la esquizofrenia. Para los expertos, la capacidad de meditar está relacionada con aumentos en el nivel de felicidad y beneficia el estado general.