La vuelta a la rutina no es fácil y menos si hay que poner al día la casa, la nevera está bajo mínimos y hay poco tiempo de cocinar. Cuando queda todo por hacer, uno de los primeros pensamientos es comprar la comida preparada: encargar una pizza, bajar al bar, ir a por unas hamburguesas o tirar de alimentos precocinados. Pero hay alternativas muy prácticas y más baratas y saludables. En este artículo te damos varias ideas para mejorar el menú del regreso sin pasarte horas y horas en la cocina. Algunos alimentos son clave.
Contar con un buen fondo de despensa —y de congelador— es muy importante para alimentarse bien y tener opciones saludables al alcance de la mano, sobre todo en los días de más pereza gastronómica. Cuanta mayor sea la variedad de alimentos, mayor será también la diversidad de platos y recetas que podemos preparar. Pero hay unos básicos indispensables que pueden facilitar mucho esta labor. Estos son cinco de ellos:
1. Pasta o arroz
Un paquete de pasta o de arroz, además de tener una larga vida útil, nos puede sacar de un apuro. Ambos son prácticos, económicos y versátiles, de modo que se pueden preparar de muy diversas maneras: solos, con un poco de salsa de tomate o pesto, salteados con trocitos de verduras, con conservas, en sopa, en ensaladas, gratinados al horno con un poco de queso… Tanto la pasta como el arroz son alimentos saludables y saciantes, en especial cuando son integrales.
2. Alimentos y salsas en conserva
Ya sea como acompañamiento, como base o como protagonistas, los alimentos en conserva pueden dar mucha vida en la cocina. Unas sardinas en lata, un poco de atún y unos pimientos asados se convierten con rapidez en unas tostas estupendas y vistosas cuando se combinan con un poco de pan. Las verduras en conserva pueden resolver un salteado o una guarnición, mientras que hay muchas opciones para preparar ensaladas con legumbres en conserva. Las salsas —sobre todo, la de tomate— ayudarán a complementar diversos platos.
3. Ensaladas exprés
Los alimentos de cuarta gama se venden ya preparados para un consumo inmediato. Las ensaladas envasadas en bolsa, lavadas, cortadas y listas para su uso son un ejemplo claro de este tipo de platos. Estas verduras de hoja verde se pueden combinar con legumbres en conserva o con trocitos de atún, unas aceitunas o unos tomatitos cherry. Y si tienes en casa unos frutos secos (sin sal) o unas semillas, podrás mejorar aún más el sabor y la textura de una ensalada rápida.
4. Pan
Puede ser la base de una tosta, el acompañamiento de un plato de verduras, de pasta o de arroz. También puede emplearse tostado en trocitos en una ensalada o untarse con patés saludables, como el guacamole o el hummus. El pan da mucho juego en la cocina y es un alimento nutritivo, en especial cuando es integral.
5. Fruta
Da igual la variedad o el color: la fruta de temporada constituye un alimento clave que siempre debe estar presente en la dieta. Podemos comprar distintas frutas y presentarlas combinadas en trocitos, como una macedonia o en brochetas, enteras o licuadas con un poco de leche. En cualquiera de estos formatos, será el mejor postre posible.