Las verrugas son infecciones cutáneo-mucosas que se producen por el virus del papiloma humano (VPH), según la Asociación Española de Dermatología y Venerología Clínica (AEDV). Debe distinguirse entre verruga y cualquier otra lesión que sale por encima de la piel como pecas o fibromas. Las verrugas reales son de causa vírica. Si bien pueden aparecer en cualquier zona del cuerpo, lo más común es que lo hagan en las manos, los dedos, los brazos y las plantas de los pies. El artículo explica cuáles son los tipos de verrugas más frecuentes, cómo se contagian y cuál es el tratamiento.
Las verrugas son pequeñas excrecencias cutáneas, rugosas, cuyo origen está en una infección viral de las células que habitan en la capa superficial de la piel y que está causada por el virus del papiloma humano (VPH). La mayoría son del mismo color de la piel y resultan ásperas al tacto, aunque algunas también pueden ser oscuras, planas y suaves. Su forma varía en función de dónde se desarrollan. Las verrugas necesitan para formarse una puerta de entrada, como pequeñas roturas en la piel o en las mucosas, aunque no se transmiten a través de la sangre. Tienen predilección por los lugares tibios y húmedos, como pequeñas cortaduras o rasguños en manos o pies. Se calcula que entre el 10% y el 12% de las verrugas aparecen en edad pediátrica y que el periodo de incubación oscila entre uno y doce meses.
Tipos de verrugas más frecuentes
En la mayoría de los casos, las verrugas son del mismo color que la piel y su aspecto varía en función del lugar o la zona dónde crecen. Hay distintos tipos de verrugas:
Verruga común. Aparece en el dorso de las manos, alrededor de los dedos y uñas, rodillas y codos. Tiene forma de domo, una superficie rugosa con puntos negros, y normalmente no duele.
Verruga plantar. Surge en la planta de los pies y, a diferencia de la común, sí ocasiona dolor. Este tipo de verruga no sobresale a causa de la presión que recibe y que la empuja hacia dentro. Presenta puntitos negros que ayudan a establecer la diferencia en el diagnóstico con los callos.
Verrugas planas. Brota en la cara, en el dorso de las manos o rodillas. Son más pequeñas y suaves que las demás. También se denominan juveniles por el hecho de que aparecen con más frecuencia en los niños que en los adultos. Pueden ser de color de la piel o marrón claro y crecer en grupo.
Verrugas filiformes. Se desarrollan habitualmente en la boca, los ojos o la nariz. De color carne, son delgadas con una forma similar a un dedo de la mano que está unida a la piel por un pequeño pedículo.
Verrugas genitales. Aparecen en la región púbica, los órganos genitales (pene y vulva) y la región perianal o intragenital. Son de muy fácil contagio y constituyen una infección de transmisión sexual.
Contagio y tratamiento de las verrugas
Cuando aparece una verruga, o alguna alteración sospechosa, es importante consultar con el dermatólogo, que es quien hará el diagnósticoLas verrugas se contagian cuando la piel entra en contacto directo -con el virus- o indirecto -a través del suelo, duchas, etc.-, pero el riesgo de contagio es bajo. Hace falta tener una predisposición para infectarse. También tienen más probabilidades las personas con el sistema inmunológico debilitado.
Cuando aparece una verruga, o alguna alteración sospechosa, es importante consultar con el dermatólogo, que es quien hará el diagnóstico. Una vez confirmado, se establecerá el tratamiento más adecuado, en función del tipo de verruga.
En algunos casos desaparecen solas. En otras ocasiones, la eliminación de la verruga será más difícil e incluso será necesario utilizar fármacos (algunos con un componente ácido que ayuda a hacer desaparecer las células cutáneas muertas). Según el documento ‘Verrugas: un talón de Aquiles para la Dermatología’, de José Carlos Moreno, presidente de la AEDV y jefe del Servicio del Hospital Reina Sofía de Córdoba, «no existe un tratamiento único y demostradamente eficaz, sí una gran variedad de terapias que van desde posturas agresivas o abstencionistas». Según este informe, algunos de los más habituales son:
Ácido salicílico. A pesar de que es de lenta actuación, en concentraciones del 10%-20% ha demostrado buenos resultados.
Cantaridita. De aplicación tópica, se usa para eliminar lesiones cutáneas como verrugas o molusco contagioso. Se aplica sobre la lesión y se retira en 3-4 horas; a las dos aplicaciones tiene un 70% de respuesta.
Crioterapia. Es un método doloroso, deja cicatriz y necesita varios tratamientos, pero es rápido.
Electrocoagulación. Es doloroso y agresivo y precisa anestesia y cuidados postoperatorios. También deja cicatriz. Los expertos consideran que su eficacia es relativa.
Imiquimod. Está indicado en verrugas genitales. No hay evidencia de que sea útil en verrugas no genitales. Es un tratamiento caro.
Bleomicina. Se aplica en inyección subcutánea. No está exenta de efectos secundarios. Una alternativa menos agresiva es la escarificación directa sobre la verruga.
Láser de colorante pulsado. Rápido, sin dolor ni cicatriz, es un tratamiento caro.
Retinoides. Al ser un tratamiento con efectos secundarios, debe elegirse bien. Se usa en verrugas grandes y resistentes a otros tratamientos. Es uno de los preferidos para verrugas planas.
Inmunoterapia. El objetivo de este tratamiento es producir una reacción inflamatoria local que elimine la verruga. Se emplea la infiltración con extracto de levaduras o se aplican soluciones de difenciprona o dibutilester del ácido estuárico.
Otros productos como podofilino, podofilinotoxina, glutataldehido o cidofovir, entre otros.
Los remedios naturales ofrecen mil maneras de tratar las verrugas: desde el uso de plantas como el ajo, el plátano o la piña, hasta la sal o la aplicación de productos animales, como baba de babosas, lagartijas u orina de yegua. De entre todos ellos, el que ha demostrado eficacia es el ácido gárlico.