Siete de cada diez niños de entre 5 y 14 años montan en bicicleta. Por ello, y por los riesgos que su utilización implica, es fundamental que los padres se aseguren de que los pequeños respeten todas las medidas de seguridad, pero no solo para protegerlos, sino también para que las incorporen a sus hábitos de vida. Este artículo aporta detalles acerca del uso de la bici en España y da consejos a los menores que andan en este medio de transporte. También destaca la importancia del casco y de otras medidas de seguridad, así como del rol del ejemplo de los adultos.
El uso de la bicicleta en España
España se encuentra todavía bastante por debajo de la media europea en el uso de la bicicleta. El empleo de la bici como medio de transporte en la movilidad diaria en el continente alcanza el 8%, pero entre los españoles apenas llega al 3%. Así lo revelan los últimos datos al respecto del Eurobarómetro, difundidos en 2014.
Sin embargo, el uso de la bici ha crecido mucho en los últimos años en nuestro país. El ‘Barómetro de la Bicicleta en España‘ -realizado por la Red de Ciudades en Bicicleta- indicó que en 2015 este vehículo era utilizado por más personas y con mayor intensidad que cuatro años antes, cuando se había hecho el estudio anterior. Las conclusiones de este barómetro arrojan datos interesantes: la mitad de los españoles son usuarios de bicis, uno de cada diez la emplea a diario y tres cuartas partes de la población tiene al menos una bicicleta en su casa.
Es probable que España tarde todavía mucho en alcanzar niveles como los de Holanda (36%), Dinamarca (23%) y Hungría (22%), pero si la tendencia se mantiene, este vehículo seguirá ganando terreno. Por eso, es importante tener presentes ciertas normas de seguridad, sobre todo cuando se trata de los más pequeños, no solo para cuidarlos sino también para que las incorporen desde bien pronto y las hagan parte de sus vidas en el futuro.
Consejos para niños que montan en bici
En el rango de entre los 5 y los 14 años de edad, más del 70% de los niños montan en bicicleta, según datos del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Y en la ‘Guía para padres sobre la prevención de lesiones no intencionadas en la edad infantil‘, editada por el mismo comité, se enumeran una serie de consejos básicos para ellos:
- Utilizar siempre el casco.
- Moderar la velocidad al acercarse a un cruce. Si es necesario, detenerse.
- No circular con cascos de música.
- No circular con un pasajero.
- No hacer competiciones.
- Instalar en la bicicleta luces frontales, piezas reflectantes delanteras, traseras y en las ruedas, así como prendas reflectantes o cintas reflectantes pegadas a la ropa.
El casco, protección fundamental
Cuando se anda en bici, el empleo del casco es la medida de seguridad más importante. De acuerdo con datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), uno de cada cinco muertos de entre 10 y 14 años había usado la bicicleta, y la principal causa del fallecimiento había sido una lesión en la cabeza. Por eso, el uso de casco en menores de 16 años es obligatorio, tanto en vías urbanas como interurbanas.
Y no es solo que deben utilizarlo, sino que deben hacerlo de manera correcta. Esto quiere decir -apuntan los expertos de la AEP- que el casco debe estar homologado por los organismos competentes. Esto significa que debe ser duradero, ligero, bien ventilado y fácil de poner y quitar, debe permitir su uso con gafas y no interferir en la capacidad de oír el ruido del tráfico. Además, tiene que estar en perfecto estado, tener el tamaño adecuado y estar bien colocado: ajustado con firmeza y de manera que cubra la parte superior de la cabeza, desde uno o dos dedos por encima de las cejas.
También es obligatorio el uso del casco por parte de los niños que viajan como pasajeros en asientos adicionales homologados. La edad máxima para poder ser llevados de esta manera es de siete años, y el conductor del vehículo, tal como especifica el Reglamento General de Circulación, debe ser mayor de edad.
Otras medidas de seguridad para los niños
El casco no es el único elemento obligatorio para la seguridad. La ‘Guía para usuarios de la bicicleta‘, publicada por la DGT en 2015, apunta que también lo son la luz y el catadióptrico (el reflectante) en la parte trasera, ambos de color rojo, así como la luz blanca delantera y el timbre. Otros accesorios no obligatorios pero sí recomendados por el organismo para ser visible durante la noche son los chalecos reflectantes y los catadióptricos rojos en las ruedas.
Por lo demás, es fundamental inculcar a los niños la idea de que, así como los ciclistas tienen derechos, también tienen obligaciones. Los conductores de bicis deben respetar las señales de tráfico, incluidas las limitaciones de velocidad, y en los puntos señalizados de cruce de peatones deben cederles la prioridad. Siempre que circulen por una vía que cuente con carril bici deben usarlo. La DGT, de hecho, aconseja buscar itinerarios que incluyan carriles bici, aunque esto suponga dar algún rodeo, y aun cuando se viaje por estas sendas específicas, hay que hacerlo con prudencia para evitar riesgos.
En caso de circular por la acera, se debe ir a la velocidad de los peatones y dejar al menos un metro de distancia entre la bicicleta y las personas. Y si esto no es posible, lo correcto es bajarse y continuar el camino a pie, llevando la bici sujeta por el manillar.
Además de enseñar a los niños las normas de seguridad y de asegurarse de que las respeten, es fundamental que los adultos comiencen por respetarlas ellos mismos. “El primer medio educador y socializador para una persona es la familia”, señala la guía del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la AEP. “Por eso es importante predicar con el ejemplo”, puntualiza. El documento enfatiza que “nuestros hijos repiten las conductas de sus padres, así que también somos su referente en la educación vial“. Y esto no compete solo a las bicicletas, sino también a los coches.
La DGT señalaba en una campaña de 2013, titulada ‘El futuro viaja en bici‘, que “la siniestralidad relacionada con ciclistas es la única que no disminuye y el número de lesionados aumentan cada año, al contrario de lo que ocurre con el resto de los medios de transporte”. El reto es incrementar los niveles de prevención y educación, desde la infancia, para que esa tendencia se revierta.