El 77% de los españoles ya usa sus teléfonos para controlar las finanzas con operaciones como consultar el saldo de la cuenta o hacer transferencias. No obstante, cuando se trata de emplear el móvil para realizar pagos, aunque más de la mitad de los datáfonos ya están adaptados, la seguridad es la principal preocupación entre los usuarios. En este artículo se explica cómo utilizar el teléfono como una tarjeta bancaria de forma segura.
Móvil como forma de pago: ¿es seguro?
Nueve de cada diez españoles quieren comenzar a utilizar sus teléfonos para pagar en vez de sus tarjetas, según el informe ‘VISA Pagos Digitales 2017’. Pero conocer las medidas de seguridad con las que cuenta este sistema es imprescindible para que se lancen a los nuevos pagos digitales.
Si se desea usar el móvil como sustituto de las tarjetas bancarias, lo primero que se debe hacer es perderle el miedo a esta forma de pago y saber más de la seguridad que ofrecen estas aplicaciones. En la actualidad se puede emplear una gran cantidad de apps para abonar con el teléfono, desde la propia del banco hasta las de empresas como Apple o Vodafone. Aunque son muchas las entidades que brindan sustituir las tarjetas, todas ellas cuentan con medidas de seguridad muy similares.
En primer lugar, para poder acceder a estas aplicaciones se tiene que introducir un código PIN o una contraseña específica, a pesar de que algunos de los dispositivos más nuevos también dejan entrar a través de la huella dactilar. De esta manera se sabrá que, aunque roben el teléfono, nadie podría entrar a la app sin esta contraseña. Además, si la aplicación no está en funcionamiento, la tecnología contactless para realizar el pago con los móviles no estará activada.
Una vez desbloqueada la cartera digital y haber pasado el teléfono por el datáfono, se tiene que confirmar de nuevo que se quiere llevar a cabo ese abono; en general, esta verificación se hace volviendo a poner el número PIN o la huella dactilar.
Otra de las medidas de seguridad que es importante tener en cuenta es que, en caso de pérdida o robo, la gran mayoría de estas carteras digitales permiten ser desactivadas de manera remota desde otro dispositivo con conexión a Internet y con el usuario y la contraseña.
Además, por ley todas las entidades deben incluir un seguro antifraude en las tarjetas que cubrirá al usuario, tanto si hace el abono con el propio «plástico», así como con el teléfono, por lo que se estaría cubierto.
¿Cómo usar el móvil como una tarjeta?
Lo primero que hay que hacer es asociar las tarjetas al teléfono para probar qué tal son estas aplicaciones y ver si sus medidas de seguridad convencen. Hacerlo es muy simple: se debe descargar una aplicación que sea compatible con el banco o proveedor de tarjeta. Hay una gran variedad de apps que se pueden usar, como la de la propia entidad o de otras compañías. Si es con la del banco, solo se podrán vincular sus tarjetas, pero si es con una aplicación de otra empresa, se podrán vincular varias tarjetas de varios bancos.
Después, se deberá hacer una foto a la tarjeta y verificar que el número del «plástico» coincide. A partir de aquí el teléfono ya se habrá convertido en una tarjeta y se podrá utilizarlo en todos los datáfonos que permitan el pago contactless.
Para realizar los abonos, habrá que identificarse en la aplicación, acercar el móvil al datáfono y, si es una compra superior a 20 euros, introducir el PIN en el propio teléfono o confirmar la identidad de la persona con el lector de huella digital.