Las verduras congeladas tienen la ventaja de poder consumirse en cualquier momento del año. Sin embargo, conviene conocer cuál es la temporada de cada alimento y en qué época se encuentran en su estado óptimo de recolección, ya que así está asegurado que las vitaminas y los minerales que aportan estén intactos. Algunas de las verduras que se recolectan en invierno son el calabacín, los guisantes, las habas, las judías o los pimientos, si bien, como se comenta en este artículo, desempeñan un papel muy importante las alcachofas, las espinacas y acelgas, la coliflor, las coles de Bruselas y el brócoli.
La naturaleza es muy sabia y, por ello, en cada estación ofrece los alimentos que los humanos necesitan. El invierno es época de proteger el sistema inmunitario, por eso se encuentran frutas y verduras muy ricas en vitamina C. También son productos abundantes en fibra, que equilibra la flora intestinal y es beneficiosa para el organismo, y en potasio, que regula la presión arterial y mejora la salud cardiovascular.
Las verduras congeladas son frescas; se recogen en su punto óptimo de maduración para someterse con rapidez al proceso de ultracongelación. Este método permite que estos alimentos lleguen a la mesa en las mismas condiciones y con la misma calidad con las que son recogidas en la huerta. Todo el proceso de ultracongelación, desde que las verduras son recolectadas del huerto hasta que están envasadas, tarda menos de 24 horas; por tanto, están en su momento óptimo de valor. Además, se pueden conseguir fuera de temporada, ya que están al alcance de todos, durante todo el año.
Algunas de las verduras que se recolectan en esta época del año son el calabacín, los guisantes, las habas, las judías o los pimientos. Las siguientes que se analizan con más detenimiento desempeñan un papel especial:
Alcachofas
La alcachofa se recolecta entre enero y abril. Es una hortaliza rica en fibra, potasio, magnesio y fósforo. Además, contiene un porcentaje muy elevado de agua y aporta pocas calorías. Una de las cualidades de las alcachofas es que se pueden comer crudas -en ensalada, con aceite y sal-, al horno, fritas o hervidas.
Acelgas y espinacas
Estas verduras se recogen durante los meses de invierno y hacen honor a su nombre por el color, verde intenso, que las caracteriza. Este verde oscuro indica que son muy ricas en provitamina A y, en especial, en ácido fólico.
Las acelgas son una de las verduras con mayor contenido de folatos, que intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. Además, presentan un alto contenido en magnesio, sodio, yodo, hierro y calcio. El mineral más abundante es el potasio, necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal.
Las espinacas, si bien se recolectan durante todo el año, son un vegetal que pierde sus propiedades, si no se consume en un plazo corto. Por ello, la versión congelada es la mejor forma de consumirla, ya que así se garantiza que aportan casi todos los nutrientes. Rica en betacaroteno y provitamina A, que previene enfermedades de los ojos, fortalece el sistema inmunitario. También es fuente de ácido fólico, beneficioso para la formación de tejidos y el sistema nervioso, y de vitamina B9.
Brócoli, coles de Bruselas y coliflor
El brócoli, las coles de Bruselas y la coliflor pertenecen a la familia de las crucíferas, que están muy presentes durante los meses de invierno. Estas verduras se caracterizan por su olor cuando son cocinadas, derivado de sus altos compuestos de azufre a los que se atribuyen le propiedades saludables.
El brócoli es una verdura de muy corta duración, pues pierde sus nutrientes en pocos días, por lo que siempre es mejor comprarlo y conservarlo congelado. El brócoli es rico en fibra, vitamina C, vitamina A y niacina. Además, también contiene minerales como el potasio y, en menores cantidades, calcio, sodio y magnesio. Se puede preparar de muchas maneras y se dice que es uno de los alimentos más saludables.
La coliflor se trata una verdura de la que solo se come la cabeza. Su principal componente es el agua, aunque también presenta un alto contenido en potasio y un bajo aporte en sodio, lo que favorece la eliminación de líquido del organismo. Los ácidos grasos omega 3 y la vitamina K que posee ayudan a prevenir la inflamación crónica que desencadena condiciones como artritis y dolor crónico.
Las coles de Bruselas constituyen la mayor fuente de vitamina C respecto de las verduras de su misma familia. Son una fuente interesante de folatos y, en menor proporción, de beta-caroteno y vitaminas del grupo B. Entre los minerales destaca la presencia de potasio, fósforo y yodo, así como cantidades discretas de zinc, calcio (de pobre absorción), magnesio y sodio. El contenido de fibra insoluble es elevado, lo que favorece la sensación de saciedad y el tránsito intestinal. Además, las coles son ricas en ácido cítrico, que potencia la acción beneficiosa de la vitamina C.
Con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la necesidad de incorporar las verduras en la dieta diaria como hábito de vida saludable, la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC) cuenta con un espacio en Internet que permite conocer con profundidad y rigor el mundo de las verduras congeladas. En la página se puede ver el proceso de fabricación de las verduras congeladas, las zonas españolas donde se recogen las diferentes variedades, consejos de salud y hasta el mejor tratamiento y uso en la cocina para elaborar deliciosos platos.