No tiene que buscar mucho en Internet para encontrar muchas dietas que se presentan como dietas anticáncer o “la cura para el cáncer que la industria no quiere que conozcas” y que prometen curar milagrosamente esta enfermedad. Todas estas dietas tienen un elemento en común: no tienen ningún tipo de evidencia científica que las respalde ni existen pruebas de que funcionan. En el siguiente artículo se aborda esta cuestión.
¿A qué se le llama dieta anticáncer?
Qué comer cuando se padece cáncer es una de las grandes preguntas que se hace una persona después de su diagnóstico. Hay muchas teorías sobre los alimentos para combatir el cáncer y dietas anticancerígenas. El problema de este tipo de dietas es que afecta de manera negativa a todas las células del organismo, lo que puede provocar un estado de malnutrición y hasta menguar la masa muscular del cuerpo. Esta situación debilita físicamente a la persona, que tendrá más dificultades para afrontar la enfermedad y los tratamientos.
La única dieta que ha demostrado ser beneficiosa para la salud es la dieta mediterránea. Es más, muchas dietas milagrosas pueden suponer un perjuicio para la persona e interferir en su salud de forma negativa.
Falsas dietas milagro que no ayudan
- Dieta alcalina. Le dirán que comer algunos alimentos, como por ejemplo miel, huevos o pollo, entre otros muchos, hará que la sangre esté más ácida, lo que desequilibraría el pH del cuerpo y provocaría algunas enfermedades, como el cáncer. Por lo tanto, seguir una dieta opuesta le curaría del cáncer. No se crea nada, es falso.
- Dietas cetogénicas. Los que promueven este tipo de dieta apuestan por el consumo de grasas, proteínas y omega 3 y por no tomar carbohidratos ni alimentos con muchas calorías. No solo no está demostrada su eficacia, sino que estudios recientes han demostrado que ciertos tipos de células tumorales mamarias podrían alimentarse a partir de grasa.
- Dieta macrobiótica. Las personas que siguen esta dieta hablan más de un estilo de vida, en el que buscan el bienestar físico y emocional a través de la alimentación. No tiene nada que ver con curar o modificar la evolución del cáncer.
Mitos y otras teorías de falsas curas del cáncer
- La cura del bicarbonato. Se relaciona también con la falsa creencia de que tomar ciertos alimentos genera un pH alcalino y esto cura el cáncer. Es falso.
- El azúcar alimenta el cáncer. Todas las células del cuerpo se alimentan de glucosa. Tomar azúcar no quiere decir que las células cancerígenas crecerán más rápido. El azúcar debe siempre moderarse debido a que el sobrepeso y la obesidad sí están relacionados con mayores probabilidades de varios tipos de cáncer, pero afirmar que el azúcar alimenta el cáncer es falso y desproporcionado.
- La cura de la vitamina C. Esta teoría sostiene que la vitamina C cura el cáncer. La vitamina C es muy beneficiosa para la salud, pero no cura el cáncer.
- La cura del cartílago de tiburón. Este es un mito muy exótico: «el cartílago de tiburón cura el cáncer». Curioso y exótico… pero falso.
- El agua con limón en las mañanas. La idea de que beber agua con limón por las mañanas cura el cáncer es otro mito; es falsa. El agua con limón es rica, pero no cura el cáncer.
- Los suplementos nutricionales. Los suplementos nutricionales no son necesarios en personas que lleven una dieta equilibrada y no padezcan enfermedades. A día de hoy, no se cuenta con evidencia científica que compruebe que los suplementos nutricionales disminuyen el riesgo de cáncer.
- Los superalimentos. Los llamados superalimentos son productos muy ricos en nutrientes y beneficiosos para la salud. Cuando estos alimentos se toman en dietas equilibradas, disminuye la probabilidad de tener cáncer. Pero bajo ningún concepto esto se debe confundir con que curan o eliminan esta enfermedad.
En ese sentido, vale la pena decir que, en la mayoría de casos, quienes promueven este tipo de dietas anticáncer confunden el concepto de prevenir el cáncer con el concepto de curar, y que la mayoría de estas dietas milagrosas tampoco contribuyen a prevenirlo. Prevenir se refiere a disminuir el riesgo de que una persona sana enferme, mientras que curar hace alusión a eliminar la enfermedad cuando ya existe. En lo que se refiere a curar el cáncer, lo que hasta el día de hoy se ha probado que funciona mejor es la terapia convencional (quimioterapia, radioterapia, cirugía).
La alimentación está muy relacionada con nuestra salud presente y futura. Eso no significa que las enfermedades oncológicas se puedan llegar a prevenir a través de una dieta específica o que si se ha desarrollado algún tipo de tumor la causa esté en la manera de comer.
Es difícil asociar el consumo de un alimento natural con la enfermedad, pero lo que sí se conoce, que está respaldado por evidencia científica y organismos internacionales, es que hasta el 50 % de los casos de cáncer se pueden prevenir con un estilo de vida saludable. Esto significa mantener un peso adecuado para la talla y edad, no fumar, no beber alcohol y seguir una alimentación equilibrada y saludable.
¿Y existen dietas que puedan causar cáncer?
Sí. Una dieta poco saludable puede aumentar el riesgo de hasta seis tipos distintos de cáncer. Existen alimentos directamente relacionados con el incremento de riesgo de cáncer, como el caso de la carne procesada (cualquier tipo de carne que ha sido transformada con salazón, curado, fermentación, ahumado u otros procesos para mejorar el sabor y preservar el alimento). Y también hay alimentos que contribuyen al sobrepeso y la obesidad (grasas saturadas y alimentos altos en calorías), lo que incrementa también hasta 13 tipos distintos de cáncer.
A continuación, se presentan dos infografías que ayudarán a aclarar las ideas con respecto a las dietas que pueden causar cáncer.
Las dietas poco sanas pueden incrementar seis tipos de cáncer
El sobrepeso puede causar hasta 13 tipos distintos de cáncer
Mejore su alimentación
Coma más frutas, verduras y alimentos ricos en fibra. Coma menos carnes rojas y procesadas y alimentos altos en calorías. Y recuerde: si tiene cáncer, jamás debe reemplazar el tratamiento médico por ningún tipo de dieta o terapia alternativa. Consulte siempre con su oncólogo.