Compramos más de lo que podemos comer. En el planeta se producen cerca de 4.000 millones de toneladas de alimentos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pero una tercera parte de ellos acaba en la basura. Una cifra bochornosa: mientras que unos 800 millones de personas pasan hambre en el planeta, 1.300 millones de toneladas de alimentos se despilfarran. Por suerte, cada vez hay más proyectos e iniciativas que luchan contra el desperdicio de alimentos, como los que citamos a continuación.
Mientras que unos 800 millones de personas pasan hambre en el planeta, 1.300 millones de toneladas de alimentos se despilfarran
La suma de los alimentos despilfarrados en Europa llega a los 88 millones al año, es decir, unos 173 kilos por cada europeo. Según el estudio ‘Las cifras del desperdicio de alimentos en la Unión Europea‘, donde más alimentos se tiran a la basura es en los hogares, con un 53 % de ese total. La industria alimentaria (producción y procesamiento de alimentos) supone el 30 % de ese derroche y a restaurantes y servicios alimenticios les corresponde el 12 %, mientras que comercios y distribución suman el 5 %.
Este despilfarro que también tiene un impacto sobre el medio ambiente. Las estimaciones indican que la energía perdida con el desperdicio de alimentos representa más del 10 % del total de la energía global consumida en la producción de comida. Y a esto hay que sumar la huella ecológica por la emisión de gases de efecto invernadero: por cada kilogramo de alimento producido (y despilfarrado), un total de 4,5 kilos de dióxido de carbono (CO2) acaban en la atmósfera.
Proyectos contra el despilfarro de alimentos
Además de revisar bien las fechas de consumo preferente y de caducidad, el consumo responsable es otra clave para frenar el despilfarro: no compre más de lo que sea capaz de comer. Pero también, por fortuna, cada vez hay más personas que ponen en marcha proyectos solidarios para reducir este sinsentido.
Uno de ellos es I am Perfect Food, un supermercado online que vende hasta un 80 % más baratos alimentos que la industria y los establecimientos comerciales descartan por acercarse a su fecha de consumo preferente o porque tienen imperfecciones.
Otro ejemplo es weSAVEeat. Esta aplicación móvil compra a coste muy reducido los excedentes diarios de restaurantes, panaderías y hasta de cafeterías adheridas a la iniciativa. Con este proyecto todos ganan: los establecimientos venden los artículos que iban a acabar en la basura y los usuarios pueden comer a precio de ganga.
Otra app que quiere frenar la llegada de comida a la basura es Ni Las Migas. Para ello, pone en contacto a pequeños y medianos comercios -desde restaurantes hasta fruterías- con posibles clientes, que adquieren comida hasta un 50 % más barata. Y hay más. Eat you later ayuda a los establecimientos a gestionar sus excedentes de comida de manera sostenible, ya que la plataforma les permite vender los alimentos que les sobran a un precio reducido. También está Yo no desperdicio, impulsada por la ONG Prosalus con el objetivo de compartir comida excedente.
E incluso existen plataformas sociales, que trabajan a pie de calle, como la Plataforma de Acción en España del proyecto EU REFRESH o Comida Basura, una iniciativa que recoge alimentos excedentes con los que organiza comidas solidarias.