El acoso escolar es toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre escolares de forma reiterada y a lo largo del tiempo. Y, lejos de desaparecer (uno de cada tres alumnos afirma que en su clase existen situaciones de acoso), ha traspasado el centro educativo y ha llegado a las redes sociales. El ciberbullying, que puede ser perpetrado las 24 horas desde el anonimato con móviles, ordenadores o tabletas, va in crescendo. Lo advertía el II Estudio sobre bullying y ciberbullying realizado por la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña: de 2015 a 2016 creció un 87,7 %. Y en 2017, aunque se han registrado menos casos -pero más virulentos-, la proporción sigue siendo la misma: uno de cada cuatro fue de ciberacoso. A continuación vemos quiénes sufren más el acoso escolar, las causas y consecuencias de este problema y ejemplos de cada tipo de bullying.
No todos sufren este maltrato entre iguales de la misma manera. «Los alumnos gais, lesbianas, bisexuales o transgénero tienen entre dos y siete veces más posibilidades de verse acosados por otros compañeros», apunta Christophe Cornu, especialista principal del proyecto de la Unesco, a raíz de la publicación ‘Poner fin al tormento: enfrentando el acoso de la escuela al ciberespacio‘. Alumnos inmigrantes, con discapacidad, poco abiertos o algo frikis, así como los estudiantes brillantes o con cierto atractivo físico, tampoco se libran. Como recoge el estudio ‘Acoso y ciberacoso en estudiantes de altas capacidades: prevalencia y afectación psicológica‘, de la Universidad Internacional de La Rioja, el 55,1 % de los alumnos con altas capacidades sufre acoso escolar y el 25 % cree que el profesor ha influido.
Por eso, las causas de este fenómeno hay que buscarlas en cada uno de los sujetos implicados y su entorno familiar o escolar, como apunta la maestra y pedagoga Nélida Zaitegi: «Un niño acosa porque no tiene empatía, le faltan valores de justicia y solidaridad, tiene un grado de agresividad descompensado o una autoestima baja o muy alta. La víctima puede que tenga una autoestima muy baja o que necesite estar debajo de alguien que le diga por dónde tiene que ir. ¿Y los observadores pasivos? No tienen sentido de la justicia, ni de la empatía, ni de cuidarse unos a otros».
El impacto del acoso escolar tampoco es el mismo. «No es un juego de niños y tiene consecuencias muy graves en su salud física y mental, llegando en algunos casos a provocar el suicidio», recuerdan en Save the Children. Otros problemas en la víctima son ansiedad, depresión, estrés, menor calidad de vida, problemas en la socialización, autolesiones… Los acosadores pueden dar así los primeros pasos hacia conductas delictivas, fracaso escolar y otras relaciones problemáticas, mientras que los espectadores silenciosos pueden llegar a insensibilizarse ante otros acosos o agresiones y a aprender a no reaccionar ante las injusticias.
Tipos de bullying
Pero para poder ponerle freno, hay que tener claro qué es el bullying. Son conductas continuadas, intencionadas y que generan indefensión en la víctima. Según ‘Yo a eso no juego. Guía de actuación frente al acoso y el ciberacoso para padres y madres’, de Save the Children, y la Universidad Internacional de Valencia, se manifiesta así:- Bullying verbal: insultos, descalificaciones, motes ofensivos, desprecios, difundir rumores, bromas insultantes…
- Acoso psicológico: amenazas, intimidaciones, persecución, chantajes…
- Bullying físico: empujones, patadas, zancadillas, golpes, palizas, robos…
- Exclusión social: rechazo manifiesto a la participación en actividades en grupo, ignorándolo, aislándolo y excluyéndolo del resto.
- Acoso sexual físico: tocamientos, intimidación o abuso sexual, difusión de rumores o cotilleos de la misma temática o relacionada con el comportamiento u orientación sexual, comentarios y verbalizaciones groseras de carácter sexual…
- Ciberacoso: cualquier conducta de maltrato y violencia psicológica efectuada utilizando las tecnologías de la información. La lista es inmensa: enviar mensajes dañinos o desagradables; publicar una fotografía sin autorización de quien aparece; apropiarse de información privada de otra persona y difundirla en la Red; insultar, despreciar, vejar o amenazar en Internet; crear falsos rumores sobre una persona y difundirlos; ridiculizar a algún jugador durante un videojuego online o expulsarle del mismo. En la web Tú decides en Internet, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) explica que leer los mensajes de alguien sin su permiso y luego emplear esa información para humillarle o descalificarle es ciberbullying, al igual que hacer fotos u obligar a hacerlas o mandarlas.