165.959 intentos de estafa al seguro en 2017, “casi uno cada minuto”. Es la cifra que arroja el informe ‘El fraude al seguro español. Año 2017‘ publicado por Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras (ICEA). ¿En qué ramos se comete más fraude? ¿Se pueden evitar? ¿Hay alguna penalización para quien engañe? Los intentos de estafa al seguro del coche son los más extendidos, seguidos por los de hogar. Y, sí, los pillos a veces tienen suerte… pero ¡cuidado! Como apuntamos a continuación, si se demuestra que un cliente ha estafado al seguro, puede haber incluso consecuencias penales.
Engañar al seguro: crece la tasa de fraude
El 94 % de la población española tiene contratado algún tipo de seguro, sobre todo de automóvil (es obligatorio circular con seguro), seguido de las pólizas de hogar y de deceso. En todos ellos, hay intentos de fraude de diversa consideración y cuantía, prácticas que perjudican a todos los asegurados, pues no se debe olvidar que «estafar al seguro es un perjuicio económico para todos», explica Vicente Martínez, abogado de Voyadefenderte.com. Entre otras cosas, porque tiene efectos directos sobre el precio de las pólizas. Conviene destacar, sin embargo, que quienes utilizan estos engaños para obtener un beneficio que no es lícito son una pequeña minoría.
Pero ¿qué se considera fraude? Este tipo de estafa consiste en «realizar actos u omisiones conscientes que persiguen el engaño para obtener un beneficio económico de un tercero». Los intentos de fraude a las aseguradoras varían en cantidad a lo largo de los años y, según concluye el ‘V Mapa Axa del Fraude en España‘ de 2018, la tasa de fraude nacional crece: pasa de menos del 1 % en 2012 al 1,73 % en 2017. Pero hay más cifras. En nuestro país 2015 hubo 306.000 intentos de estafa a compañías aseguradoras, con un impacto de 550 millones de euros, según datos de la Asociación Empresarial del Seguro (UNESPA), y en 2017 «un intento de fraude por minuto».
¿En qué ámbitos del sector seguros se producen más engaños? «Los casos de intento de estafa más numerosos son los relacionados con el sector del automóvil«, como señala Eduardo González, desde UNESPA. Más de la mitad (el 63,6 % de los casos) se da en este ramo. La línea de diversos (hogar, comercio, comunidades, pymes y responsabilidad civil) ocupa el 29,4 % de los intentos de fraude y casi un 6 % se registra en las pólizas de vida, accidentes y salud, según recaba el informe de ICEA.
¿Cómo evitar estas prácticas? Las aseguradoras destinan bastantes recursos a la investigación de estos casos, que les hacen ahorrar mucho dinero, y hay incluso un Concurso sectorial de detección de fraudes, donde aparecen los casos de intentos de fraude evitados por el seguro, algunos sorprendentes.
Los intentos de engaño más frecuentes al seguro
El sector de automóvil es uno de los más afectados. Entre los intentos de fraude destaca la simulación de robo de vehículos (4 de cada 100 casos). Otras veces, se aprovecha la realidad de un siniestro para introducir daños preexistentes. En este último caso, en general, es un fraude inferior a 600 euros.
«Si se demuestra un delito de estafa, se puede penar con entre tres meses y seis años de cárcel»
A veces, los asegurados tratan de agravar los daños o lesiones corporales producidos en un accidente. La explicación del auge de este fraude se encuentra en que las indemnizaciones por esta causa son importantes. Y los ramos de seguro de vida y el de hogar tampoco se libran: en este apartado se intentan «colar» daños extra en los casos de un accidente eléctrico, si hay daños por agua o los derivados de un robo.
Según los expertos, en los últimos años han aumentado los intentos de fraude de pequeño importe y, además, han aparecido nuevas formas de estafa, como las falsas intoxicaciones alimentarias o las relacionadas con los móviles. Por ejemplo, según el informe de Axa, «en las semanas previas al lanzamiento de dos nuevos modelos, se produjeron los repuntes de declaraciones más importantes del año».
Engañar al seguro: si hay delito de estafa podemos ir a prisión
Fingir una lesión en una pierna y estar, mientras, trabajando en el campo o intentar que nos paguen golpes y averías previas del coche cuando tenemos un percance, son acciones reprobables desde un punto de vista moral. Pero, además, intentar timar a una aseguradora puede tener consecuencias de mayor calado. ¿Cuáles?
Si se llegara a probar el fraude, en primer lugar tendría lugar la rescisión inmediata de la póliza. Esta acción se acompaña, por lo general, de la inclusión del tomador del seguro en una base de datos que se comparte con otras aseguradoras. De este modo, todas estarían advertidas de la condición de defraudador del asegurado en caso de que pretendiera contratar un producto con ellas.
Por supuesto, estafar a la aseguradora implica también perder todo el derecho a las indemnizaciones. Y, además, puede haber consecuencias más graves de tipo penal. Si se demostrara que existe un delito de estafa, punible, según la gravedad puede incluso llegar a ser castigado con prisión. Las penas que se establecen en estos casos son de entre tres meses y seis años.