Para tomar una sauna con seguridad hay que seguir con cuidado los pasos de un ritual que incluye hidratarse, no entrar con el estómago vacío ni sobrepasar el tiempo recomendado. Los comentamos en las siguientes líneas. Pero también hay situaciones en las que es mejor abstenerse, ya que su uso está desaconsejado para niños (su sistema respiratorio aún es inmaduro), algunas embarazadas (siempre hay que preguntar al médico antes) y personas mayores, sobre todo con problemas de salud. También puede ser peligrosa en caso de problemas cardiocirculatorios, presión demasiado alta o baja, problemas renales, de corazón o de bronquios. Por eso, los expertos insisten: antes de meterse en una sauna, siempre hay que consultar con el médico.
El ritual completo de una sauna ronda entre 20 y 40 minutos. En el caso de la sauna seca, este se divide en uno o dos ciclos (máximo) de unos 10 minutos cada uno, aunque debe ser cada usuario el que determine su tiempo de estancia, siempre bajo indicaciones médicas. Por el contrario, el del baño turco es mayor e incluye un único ciclo, de entre 20 y 25 minutos.
Fase 1: preparación
Aunque la sauna tiene beneficios, también puede ser peligrosa si no se utiliza con precaución. Por ello, antes hay que prepararse. No entres con el estómago vacío ni demasiado lleno. Pero sobre todo hay que beber, ya que es importante que el cuerpo tenga una buena reserva de líquidos para favorecer el sudor. Puedes tomar agua, una infusión o bebida sin azúcar, sin gas y, sobre todo, sin alcohol.
Antes de usar la sauna, además, dúchate con agua caliente. «Esto irá preparando la piel y el cuerpo para que no haya un choque térmico importante», explica Alfredo Pérez, presidente de la Asociación Española de Wellness Spa. Los pies también tienen que estar calientes. Sécate bien y entra en la cabina desnudo, con un traje de baño holgado o cubierto con una toalla de fibras naturales (como el algodón) seca y limpia para no limitar la transpiración del cuerpo.
Fase 2: calentamiento
En el caso de la sauna seca, esta fase dura un máximo de 15 minutos y la temperatura escogida será en función de la edad y las condiciones físicas, «pero encima de 95 ºC o 98 ºC es desaconsejable en cualquier caso», dice Pérez. Sin embargo, este paso se prolonga entre 20 y 25 minutos para el baño de vapor (de nuevo, en función de la edad y condición). Ya que la temperatura es inferior, puedes estar más tiempo y la sesión se hace de corrido (una sola).
En la cabina permanece tumbado o sentado. En el caso de la húmeda, hay quien anda un poco, ya que activa la sudoración. «Pero en la finlandesa es mejor no hacer actividad física, ya que la alta temperatura del aire en los pulmones te puede afectar», añade el experto. Intenta estar tranquilo y relajarte.
Cuando te queden dos minutos para terminar el calentamiento, siéntate de forma habitual, con los pies más abajo. Esta postura te ayudará a recuperar la circulación de la sangre a la posición recta. Tras esto, sal de la sauna despacio para evitar bajadas de presión y marearte.
Un apunte si usas la sauna finlandesa: durante los primeros minutos de esta fase, deja que el aire sea seco y, después, puedes poner agua sobre las piedras calientes de la cabina para aumentar la humedad relativa.
Fase 3: enfriamiento
El método finlandés clásico dice que esta fase incorpora un chapuzón rápido en agua helada, generalmente, en un lago. Con este fin, algunos gimnasios y centros de spa tienen un pozo frío que permite hacer contraste térmico y subir la tensión. No obstante, este baño puedes sustituirlo con una ducha de agua fría de unos tres o cuatro minutos. En cualquier caso, espera uno o dos minutos desde la salida de la sauna antes de mojarte.
Si tu opción es la ducha, empieza por los pies y sube hacia el tronco. La clave es evitar que lo primero en enfriarse sea la cabeza, ya que podrías marearte. También tómate unos minutos de reposo en una tumbona y espera a que tu cuerpo deje de sudar.
Fase 4 (solo para la seca): repite las fases 2 y 3
Después, si estás tomando la sauna seca, puedes repetir el ciclo anterior calentamiento-enfriamiento y entrar otra vez en la cabina otros 10 o 15 minutos. Aunque también puedes saltarte este paso, ya que un solo ciclo es suficiente. Eso sí, nunca tomes más de dos saunas. Y, por supuesto, finaliza siempre el ciclo con una fase de enfriamiento, en el cubo helado o ducha fría.
Fase 5: recuperación
El ritual de la sauna termina con un tiempo de relajación que además permita a tu cuerpo recuperar la presión sanguínea normal de forma escalonada y sin riesgo. Para ello, puedes tumbarte en una tumbona unos 10 minutos.
Si luego tomarás una ducha, usa agua templada o fría, y si utilizas jabón o gel de ducha, escoge uno suave y natural para no irritar la piel, ya que estará sensible.
Además, es importante devolver al organismo el líquido y las sales minerales perdidas en la sauna bebiendo agua o infusiones. No hay reglas. Hay que dejarse guiar por la propia sensación de sed de cada uno. Pero sí, aunque no tengas sed, conviene beber al menos medio vaso de agua. Y si te apetece, también puedes tomar un alimento saludable y ligero, como una pieza de fruta, por ejemplo un plátano o una manzana, para equilibrar los minerales. Y si tienes más hambre, elige un aperitivo salado ligero, como un panecillo salado con un trozo de queso.