Con la cuesta de enero llegan los arrepentimientos navideños… y las dietas. Y cuando alguien quiere bajar de peso, lo primero que hace es reducir el número de calorías que consume, a la par que intenta comer más sano. En este contexto aparecen en escena los edulcorantes. ¿Ayudan en la pérdida de peso? En este artículo abordamos esta cuestión, además de explicar los efectos que tiene su uso en la salud.
Los edulcorantes son sustancias que se añaden a los alimentos para darles sabor dulce. Durante años se ha creído que tenían efectos beneficiosos, mientras que el azúcar era señalado por estar fuertemente relacionado con enfermedades como la diabetes, la obesidad e, incluso, con problemas cardiacos y otras muchas afecciones.
En este tiempo, el uso del azúcar ha ido descendiendo, mientras que opciones como la estevia, la sacarina y más de una decena de edulcorantes no azucarados no han dejado de proliferar y ganar adeptos. De hecho, en Estados Unidos, una encuesta nacional sobre el consumo de este tipo de productos elaborada entre 1999 y 2012 por el centro de estudios de Salud Pública de Washington reveló que el empleo de edulcorantes se había incrementado en un 54 % entre la población adulta y hasta en un 200 % entre los niños. En cuanto a los países de nuestro entorno, la Unión Europea autorizó la venta y el uso de la estevia en 2011, y su consumo se triplicó en tan solo cinco años, según la firma investigadora Euromonitor International. Pero ahora las tornas podrían cambiar.
Dudas sobre las bondades de los edulcorantes
Un total de 56 trabajos realizados por más de 14.000 investigadores y publicados en la revista médica British Medical Journal aseguran que no hay pruebas convincentes que demuestren que el consumo de edulcorantes reduzca el sobrepeso. Además, no descartan que su utilización pueda conllevar daños para el organismo. Para llevar a cabo el estudio, los científicos tuvieron en cuenta el peso, el control del azúcar en sangre, la salud bucal, el humor, el comportamiento de los participantes e, incluso, la existencia de enfermedades renales o cardiacas, haciendo una comparativa entre quienes no consumían o consumían pocos productos con edulcorantes alternativos al azúcar y quienes tomaban altas cantidades.
«En general, los edulcorantes no sirven para adelgazar», afirma rotundamente la nutricionista Yolanda García. «Se ha demostrado que en el cómputo general del día las personas que toman edulcorantes consumen las mismas calorías que aquellas personas que consumen azúcar», explica la experta. De hecho, el efecto psicológico que conlleva su ingesta puede llevar a su consumidor a ganar peso, ya que la gente que toma edulcorantes cree que puede excederse en otras comidas, porque ya está haciendo un esfuerzo al eliminar el azúcar de su dieta.
Según datos de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) de Estados Unidos, estas sustancias son entre 100 veces (la planta Luo Han Guo) y 20.000 veces más dulces (el advantamo, un nuevo edulcorante de alta intensidad) que la sacarosa. Por ello, «los edulcorantes hacen que nuestro umbral de dulce aumente, haciendo que nuestro organismo tenga más necesidad de consumir alimentos cada vez más dulces», añade la especialista. En cuanto a sus efectos en la salud, García recuerda que algunos estudios atribuyen a los edulcorantes la capacidad de perjudicar a nuestra microbiota intestinal lo que podría dar lugar a diferentes enfermedades intestinales a largo plazo. Por otra parte, este desequilibrio intestinal puede hacer crecer en nuestro sistema digestivo bacterias no saludables, provocando que no seamos capaces de regular bien la relación entre apetito y saciedad.
Ante la polémica, la Asociación Internacional de Edulcorantes, que reúne a buena parte de la industria, ha reaccionado al estudio y ha asegurado que sí existe conexión entre el consumo de edulcorantes y la pérdida de peso y la higiene bucal. Además, cuestiona que la investigación no haya considerado algunos estudios que tienen en cuenta la relación entre la pérdida de peso, y su mantenimiento, en los jóvenes que beben refrescos edulcorados frente a los que consumen bebidas azucaradas.
Edulcorantes naturales y químicos
Dentro de los edulcorantes podemos encontrar variedades naturales, como la fructosa o la estevia, y edulcorantes artificiales como la sacarina, el aspartamo o la sucralosa. La diferencia está en que los naturales se extraen de los propios alimentos, mientras que los artificiales se fabrican a partir de composiciones químicas. Pero la realidad, tal y como indica Yolanda García, es que, cuando los llamados edulcorantes naturales llegan a los supermercados, están muy procesados. «La mayoría han sido sometidos a procesos químicos dejando de ser un producto natural«, asegura García.