Narices taponadas, ojos llorosos y gargantas irritadas. ¿Quién no tiene miedo a los resfriados en invierno? Tres de cuatro ciudadanos padecen gripe, se resfrían o cogen un catarro al menos una vez al año, dice la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). Los meses de frío, aunque también los cambios de estación, son las épocas del año en que es más habitual resfriarse. Por suerte hay algunos trucos que ayudan a dar esquinazo a los resfriados o, si ya es tarde, al menos recuperarse pronto y que sus molestos síntomas pasen cuanto antes.
✅ 1. Dormir bien
El sueño reparador tiene muchos beneficios, entre los que se encuentran ventajas como lucir un cutis envidiable o mantener la mente ágil y en forma. Pero dormir bien, repiten los expertos, también ayuda a protegernos contra los resfriados.
Un estudio realizado por la Universidad de California (EE.UU.) revela que las horas de sueño son un factor determinante para caer enfermo y que pueden suponer la diferencia entre coger un resfriado o no. Según esta investigación, las personas que duermen menos de seis horas diarias tienen más posibilidades de resfriarse. Y la diferencia no es menor: quienes se dejan acoger menos horas por Morfeo (el dios griego de los sueños) tienen hasta cuatro veces más riesgo de resfriarse que quienes descansan a pata suelta al menos siete horas cada noche.
✅ 2. Cuidarse: hacer ejercicio con regularidad y comer bien
Los estudios sugieren que llevar una vida activa, con ejercicio físico regular, puede ayudar a evitar infecciones en las vías respiratorias. Pero es que, además, no fumar, reducir el consumo de alcohol, así como seguir una dieta saludable, son otras formas de cuidarse mientras que uno ahuyenta al temido resfriado.
«Cuidar tu salud con ejercicio moderado y comer de forma adecuada son precauciones que ayudan a tener el sistema inmune a pleno rendimiento», afirma el doctor de atención primaria Javier Sánchez. Y estos sencillos hábitos, dice, pueden ahorrar el malestar típico del resfriado y la gripe.
✅ 3. Lavarse las manos
Aunque ni nos suene su nombre, los rinovirus son muy familiares para todos nosotros. Estos minúsculos seres -hay al menos 160 distintos- son los patógenos más frecuentes para los seres humanos. Y, sí, están detrás de los dichosos resfriados que nos acechan cada invierno.
La buena noticia es que cualquier cosa que hagamos para protegernos y evitar estar en contacto con estos seres diminutos, pero dañinos, reducirá las posibilidades de caer bajo su influencia, y resfriarse. Por eso, no es casualidad que la mayoría de las asociaciones y sociedades médicas recomienden lavarse las manos con frecuencia y usando agua y jabón.
Pero además, es aconsejable no tocar la nariz o boca con las manos sucias, ya que si están en contacto con los virus, estos entrarán de forma directa en el cuerpo y el riesgo de resfriado crece de manera exponencial. Y, el mantra que todos sabemos: intentar mantenerse lejos de otras personas que ya estén malas. «El aire y los objetos contaminados son las principales vías de propagación de estos virus, por lo que si alguien en nuestro entorno enferma, hay que extremar las precauciones», apunta el médico José Antonio Quintano. Así que para protegerse, nada de compartir vasos, cubiertos o la toalla con alguien que esté resfriado.
✅ 4. Mantenerse lejos de los niños, si es posible
Los resfriados son muy frecuentes en los niños. De hecho, son el motivo de consulta más habitual por el que los padres acuden con sus hijos al médico, apunta la Asociación Española de Pediatría. ¿Por qué se acatarran tanto? «Primero, porque tienen quien les pase los virus, porque están en contacto con otros niños que les transmiten los virus del resfriado en la guardería, colegio o parque», comenta el pediatra Juan Bravo.
Pero hay otro motivo. Los menores, asegura, «están verdes» inmunológicamente hablando, por lo que su sistema de defensa desconoce estos microbios, y esto hace que para los virus sea más fácil infectarlo.
Mientras que un adulto coge uno o dos resfriados al año, un niño puede resfriarse unas cinco o seis. Por eso, los padres que tienen hijos pequeños corren mayor riesgo de tener un catarro. Para los que no sea el caso, mantenerse lejos de ellos puede ser una forma eficaz para evitarlos.
✅ 5. Ahorrarse dinero
Existe poca evidencia científica que confirme que los remedios populares contra el resfriado, entre ellos la equinacea o la vitamina C, de verdad sirvan para algo. Y por si fuera poco, suelen ser caros.
Los expertos recomiendan olvidarse de antibióticos, ya que no solo son poco efectivos para los catarros, sino que, además, pueden convertir al cuerpo en resistente a ellos y, por tanto, serán menos eficaces cuando se necesiten realmente.
A cambio, podemos tomar un descongestionante (con prescripción médica o del farmacéutico) solo o acompañado de un analgésico que quite el malestar. Para los niños son especialmente recomendables los lavados nasales.
✅ 6. Y tomárselo con calma
Por mal que nos sintamos, no hay que olvidar que los resfriados son un mal pasajero. El sistema inmunológico de una persona sana está perfectamente preparado para recuperarse del catarro. Y, por muy molestos que sean sus síntomas, el cuerpo tiene herramientas para enfrentarse a los patógenos, por lo que, con un poco de reposo, cuidados y paciencia, nos repondremos.