Correr, andar más, apuntarse a ballet o probar con el yoga. Estos propósitos tienen un beneficio que va más allá de mantenerse en forma o lucir músculos. Como veremos a continuación, el deporte protege el corazón, mejora las capacidades mentales, aleja el riesgo de sufrir una enfermedad neurodegerativa como el Alzheimer e incluso puede hacer que nos sintamos más felices.
1. Tu salud te lo agradecerá… más allá de los kilos
Para quienes les preocupe su salud, la ciencia les recomienda que se pongan el chándal. Y es que hacer ejercicio físico implica beneficios más allá de mantenerse en forma. Los expertos repiten que dedicarle más de 30 minutos diarios durante cinco días a la semana aleja el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la diabetes o el cáncer.
Pero es una evidencia que va más allá de las palabras. De hecho, el estudio ‘Actividad física y prevalencia de patologías en la población española‘, realizado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, revela que existe una diferencia notable entre la salud de quienes practican deporte con regularidad y quienes no. Y muestra que la incidencia de enfermedades se incrementa, e incluso se duplica, entre quienes son poco amigos de las zapatillas.
2. Cuida tu corazón… y más
No es nuevo: el deporte protege el corazón. El ejercicio regular permite controlar las enfermedades cardiovasculares, como los infartos o la hipertensión. Y los beneficios se multiplican, si practicamos deporte a largo plazo y con una intensidad moderada.
Pero no toda la actividad física fortalece de igual modo este músculo tan importante. Según un estudio publicado en The British Journal of Sports Medicine, los deportes que más reducen el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón son los de raqueta (tenis, pádel o bádminton), natación y los ejercicios aeróbicos, como bailar y gimnasia.
Y sus beneficios no acaban ahí: el deporte regular tiene una influencia favorable en las enfermedades articulares y las respiratorias. También sirve para mejorar la salud de los huesos, aumentar la autonomía de los ancianos y alargar la vida.
3. Aumenta tu concentración
Al hacer ejercicio, el cerebro trabaja y desencadena miles de reacciones químicas y neuronales. Una actividad que ayuda a mantener la atención y la concentración, y cuyos efectos se extienden más allá del momento del entrenamiento, concluye un estudio llevado a cabo por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de Cádiz (UCA).
El motivo es que la actividad física influye sobre la fuerza muscular, la capacidad cardiorrespiratoria y la habilidad motora, unos procesos que afectan a «la transmisión cognitiva, la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva» y que, finalmente, ayudan a mejorar el rendimiento académico.
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4. Protege tu cerebro
Incluso puede prevenir enfermedades neurodegenerativas, como el mal de Alzheimer. Pero para notar los efectos del entrenamiento en el cerebro, los expertos recuerdan que debe ser prolongado en el tiempo y practicado con frecuencia. «El deporte frena el deterioro cerebral y mejora las funciones neuronales de las personas sanas«, explica Juan Gondra del Río, profesor de Medicina en la Universidad del País Vasco. Según este experto, practicar unos 150 minutos de deporte cada dos días aleja el riesgo de padecer Alzheimer, en especial cuando el entrenamiento es constante y prolongado en el tiempo.
5. Aleja la depresión
La actividad física también es una medicina barata que previene la depresión. El motivo es que la práctica deportiva ayuda a segregar hormonas como la testosterona, la adrenalina, el cortisol y las endorfinas, que actúan como neurotransmisores capaces de generar una sensación de relajación y felicidad. Estas sustancias químicas hacen que nos sintamos más relajados y contentos, mientras que ahuyentamos el estrés.
Aunque los científicos aún estudian la repercusión del ejercicio físico sobre la salud mental, «sí sabemos que el deporte actúa sobre el sistema nervioso central, estabilizando algunas proteínas importantes y alejando la aparición de enfermedades desencadenadas por el desequilibrio de estas sustancias», apunta Miguel del Valle, médico y catedrático de la Universidad de Oviedo.
En otras palabras: la mejora del equilibrio mental que provoca el deporte tiene una base fisiológica. Pero ¡ojo! Una cosa es que el ejercicio ayude a combatir los síntomas de la ansiedad y aumente nuestro bienestar emocional, y otra, que resuelva la causa del estrés. El entrenamiento no aclara el origen del malestar ni de la depresión, si estos problemas se producen por otros motivos.