Las mujeres españolas tienen una esperanza de vida, de media, cinco años superior a la de los hombres, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE): en 2017, se situaba en 80,37 años en el caso de los hombres y 85,73, en el de las mujeres. En otro indicador de salud, como es el peso, también se registran datos más favorables entre las mujeres, puesto que, según la Encuesta Nacional de Salud 2017, el 62,5 % de los hombres tiene sobrepeso u obesidad, mientras que entre las mujeres esta cifra se sitúa en el 46,8 %. Y en el caso de la diabetes, también hay diferencias, como veremos a continuación.
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En el ámbito de la diabetes, que es el que ocupa la labor de la Federación Española de Diabetes (FEDE), los datos varían en función de los tramos de edad: hasta los 75 años se registra, a nivel general, una mayor prevalencia en hombres, de acuerdo con los datos del estudio Di@bet.es, mientras que, a partir de esta edad, el porcentaje de mujeres con diabetes se posiciona en el 41,3 %, por encima del 37,4 % en los hombres.
Por supuesto, no existe una única explicación para estas cifras, ya que detrás de las estadísticas se encuentran múltiples factores que pueden afectar a la salud de las mujeres y los hombres, como los hábitos de vida o las diferencias a nivel biológico entre los dos sexos. Esto hace, por ejemplo, que la diabetes influya también de una forma muy distinta a las mujeres y a los hombres. Por eso, hace dos años, la Federación Internacional de Diabetes (IDF) optó por dedicar el Día Mundial de la Diabetes al tema «Diabetes y Mujer». Hoy, con motivo de la reciente celebración del Día Internacional de la Mujer, observamos algunos de los factores que explican estas diferencias.
Hormonas y desarrollo de diabetes
En los últimos años, se han desarrollado múltiples estudios dirigidos a examinar la relación entre el desarrollo de la diabetes tipo 2 y los procesos hormonales en las mujeres a lo largo de su vida. En concreto, el doctor Serafín Murillo, miembro del equipo investigador del Hospital Clinic de Barcelona, señala tres etapas en las que el control de los niveles de glucosa en sangre puede resultar más complejo, debido a los cambios hormonales que se producen:
- Pubertad. La llegada de la menstruación supone importantes fluctuaciones en los niveles de estrógenos y progesterona, hormonas que influyen en las variaciones de los niveles de glucosa en sangre, que pueden elevarse por encima de lo normal en los días previos.
- Embarazo. Tanto para las mujeres que padecen diabetes gestacional como para las mujeres embarazadas con diabetes, se recomienda un control regular de los niveles de glucosa en sangre, en especial a partir del segundo trimestre de embarazo, en el que puede aumentar la resistencia a la insulina.
- Menopausia. Los cambios hormonales en esta etapa se relacionan con una reducción de los estrógenos y cambios, no siempre previsibles, en la glucemia, que pueden dificultar el control de la diabetes y acentuar los síntomas de la menopausia.
Complicaciones cardiovasculares
Entre las complicaciones derivadas de la diabetes, las de carácter cardiovascular son las más habituales y también las que perjudican con mayor intensidad a las mujeres. Algunos profesionales sanitarios relacionan el aumento del riesgo cardiovascular en las mujeres con diabetes con la llegada de la menopausia, puesto que influye en el funcionamiento del metabolismo y, en algunas mujeres, puede dificultar el control del peso, la tensión arterial y los niveles de colesterol y triglicéridos.
Además, las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares pueden afectar de forma más intensa a las mujeres y presentar un pronóstico menos favorable porque, al manifestar una sintomatología distinta a la de los hombres, son infradiagnosticadas e infratratadas inicialmente, como se alerta desde la Fundación Española de Corazón. A este respecto, la doctora María Ángeles Martínez, jefa de Endocrinología del Hospital San Pedro de Logroño, señala que «las mujeres presentan unos síntomas de enfermedad coronaria más atípicos o casi inexistentes y acuden a los servicios de urgencias de forma más tardía, complicándose con el hecho de que las pruebas para el diagnóstico son menos precisas que en los varones».
Estos son solo algunos de los elementos que hacen que las mujeres y los hombres vivan de una forma muy distinta su diabetes. Por eso, desde FEDE apuestan por un impulso de la educación terapéutica, en la que se informe sobre estos factores diferenciadores y el establecimiento de pautas individualizadas para cada paciente. Además, invitan a las mujeres con diabetes a priorizar el control de su salud y su diabetes, a través de cambios saludables en sus hábitos de vida, como la práctica regular de ejercicio físico, una alimentación equilibrada y ajustada a sus necesidades nutricionales en cada momento de la vida; y el control regular de sus niveles de glucosa en sangre, tensión arterial, peso, entre otros indicadores de salud, para prevenir y detectar de forma precoz el desarrollo de complicaciones.