Según una investigación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), publicada en 2015, el 15 % de los niños consume bollería en el almuerzo o la merienda, el 21 % come bolsas de snacks y solo un 7 % toma fruta. El mismo estudio señala que, con un 34 %, el rey de los alimentos es el bocadillo o el sándwich. Pero ¿bocadillo de qué? Así como el relleno determinará que sea una opción más o menos saludable, hay otros tentempiés habituales que se pueden mejorar desde el punto de vista nutricional. A continuación ofrecemos cinco ejemplos de cómo darle una vuelta a las opciones más socorridas en los almuerzos y meriendas actuales de los niños.
1. Bocadillo de mortadela: medio sándwich vegetal con pan integral
El bocadillo de mortadela tiene un alto contenido en grasas saturadas (precursoras de colesterol) y en calorías (266 Kcal/100 g de mortadela). Puedes cambiarlo por medio sándwich vegetal con pan integral. Con esta variedad aportamos micronutrientes (vitaminas y minerales) y fibra, que perderíamos con el pan blanco.
2. Bollería industrial: galletas o bollería caseras
Cruasanes y galletas contienen gran cantidad de grasas saturadas y azúcares. La mayoría de estos productos posee una media de 450 calorías por 100 g, y pueden llegar a las 600. Sustitúyelos por unas galletas o bollería caseras. Elaborar estos productos en el hogar te asegura emplear grasas saludables, como aceite de oliva. Además, puedes añadirle fruta y frutos secos.
3. Zumo envasado: pieza de fruta
Aunque hay productos más saludables que otros (como los 100 % exprimidos), la mayoría de los zumos envasados y néctares llevan gran cantidad de azúcares. Si quieres que tus hijos disfruten de todos los beneficios de la fruta, la mejor opción es la fresca. Baja en calorías y rica en fibra, vitaminas y minerales.
4. Bollería con chocolate: bocadillo de pan integral con chocolate negro
Posee un elevado contenido en grasa saturada, calorías y azúcares añadidos. Un dónut, por ejemplo, contiene 200 Kcal, 21 g de azúcar y 12 g de grasa. Puedes sustituir estos productos por un bocadillo de pan integral con chocolate negro. Si se quiere disfrutar del cacao, la mejor opción pasa por unir pan integral con unas onzas de chocolate negro: cuanto más puro, mejor.
5. Lácteo bebible: trozo de queso
Presenta un alto contenido de azúcar e hidratos de carbono de absorción rápida. Además, su efecto saciante es inferior a otros productos, por lo que el niño seguirá teniendo apetito. ¿Alternativas? Si eliges un lácteo, apuesta por un trozo de queso. Para acompañar, unos colines integrales. Otra opción es queso fresco con un puñado de frutos secos.