La hora de la comida puede resultar un tormento para muchas personas. Ser alérgico a alguna sustancia se traduce en revisar siempre la lista de ingredientes de cada comida (y de cada compra) y vigilar las trazas de los alimentos. Si tienes alguna alergia alimentaria o crees que puedes tenerla, presta atención a las siguientes líneas. Conocerás, entre otras cosas, cuáles suelen ser las casusas, los síntomas y cómo actuar ante ellos.
¿Alergia alimentaria? Ante la duda, diez claves
1. Quién la padece. Unos 17 millones de europeos sufren alguna alergia alimentaria, según la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica. Estos trastornos afectan al menos al 4-7 % de los niños y el 20 % de las reacciones alérgicas ocurren en los colegios.
2. Alimentos con más riesgo. Más de 120 productos están registrados como causantes de alergias. Las reacciones más frecuentes ocurren por consumir leche o huevo, en los menores de 5 años, y frutos secos, en los mayores de esa edad.
3. Primeras señales. Las reacciones alérgicas aparecen en las dos horas siguientes a la ingesta del alimento, por lo general en tan solo 30-60 minutos. Estos síntomas iniciales pueden implicar a uno o varios órganos: la piel, el tracto digestivo, el respiratorio y el sistema cardiovascular.La gravedad de la reacción depende de la respuesta inmunológica del paciente, de la reactividad del órgano afectado y de las características físico-químicas del alérgeno (su resistencia o no a la digestión).
4. Cuidado con… El ejercicio, ingerir alcohol o algunos antiinflamatorios pueden hacer más intensas las alergias alimentarias. Por ejemplo, hay personas que pueden consumir un alimento y no presentar reacción o que esta sea leve, pero, si realizan ejercicio físico, sus síntomas pueden hacerse más agudos.
5. Síntomas. Las alergias alimentarias se manifientan con mayor frecuencia en la piel, generalmente en forma de urticaria. Los picores localizados en la boca y la garganta (también conocidos como síndrome de alergia oral) son los segundos más comunes, sobre todo en adultos con alergia a alimentos vegetales asociada a la del polen. En tercer lugar, están los síntomas vinculados con el aparato digestivo, que incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. Los alimentos también pueden inducir manifestaciones respiratorias en forma de rinitis (estornudos y congestión) y broncoespasmos. Todas estas reacciones pueden aparecer aisladas (más frecuente en las cutáneas) o combinadas.
6. Cómo actuar. Ante una reacción alérgica tras la ingestión de un alimento, aunque antes no se haya producido ningún episodio, es esencial acudir al médico de familia o al pediatra, para que chequee la situación y desvíe al paciente, si fuera necesario, al alergólogo.
7. Diagnóstico. Un estudio alergológico se basa en la evaluación de la historia clínica, la elaboración de diarios dietéticos, un examen físico, pruebas cutáneas y de laboratorio, análisis de sangre y prueba de provocación oral con alimentos.
8. Cómo se tratan. El tratamiento principal consiste en evitar el alimento, lo que supone una vigilancia continua de la alimentación y una alteración de la calidad de vida. Al ocurrir con frecuencia reacciones alérgicas accidentales, los pacientes deben disponer de medicación de rescate, incluida adrenalina autoinyectable si se hallan en riesgo de anafilaxia.
9. Cuándo se convierte en una urgencia médica. La reacción más grave de una alergia es la anafilaxia. Aparece minutos después de consumir el alimento, incluso al ingerir trazas de este, y progresa con mucha rapidez. Este efecto puede ir acompañado de picor generalizado, urticaria, hinchazón, inflamación en la lengua, labios o laringe, constricción de las vías respiratorias, broncoespasmo, dolores abdominales, vómitos, diarrea, arritmias cardíacas, hipotensión y choque (shock). Requiere de atención médica urgente.
10. El futuro de las alergias alimentarias. En las últimas décadas han comenzado a desarrollarse tratamientos específicos que intentan modificar la respuesta del sistema inmunitario para inducir una tolerancia oral a los alimentos en pacientes que presentan alergias persistentes. Se conocen con el nombrede desensibilizaciones orales o inmunoterapia oral, y existe ya una experiencia prometedora con leche, huevo y cacahuete. Estas nuevas vías de tratamiento harán que en los próximos años se disponga de diferentes alternativas terapéuticas que permitan cambiar el curso de esta patología, curarla y, en todo caso, mejorar la calidad de vida de los afectados.