Al buscar financiación no siempre acudimos a las vías oficiales, es decir, a las entidades bancarias de toda la vida que ya conocemos. Ya sea porque nuestro perfil de cliente no es el mejor y queremos dar con otras alternativas o porque preferimos evitar a los bancos, podemos terminar cayendo en una estafa que nos haga perder dinero. Con Internet han proliferado estos engaños y son mucho más fáciles de llevar a cabo. Por ello, si estamos en proceso de búsqueda de financiación, hay algunas señales a las que debemos estar atentos para evitar caer en una estafa. Te damos cinco consejos para saber identificarlas con facilidad.
Diferenciar las estafas de las legítimas ofertas de créditos al consumo es vital para poder conseguir una financiación de manera segura. Toma nota de estos consejos para evitar sorpresas y reconocer las señales de que algo no va bien:
1. Nunca pagues dinero por adelantado
Bajo ninguna circunstancia, ninguna entidad legítima pedirá que le paguemos por adelantado. Así, si un prestamista nos exige abonar una cantidad antes de firmar un contrato o traspasar el dinero del crédito a nuestra cuenta, debemos dudar.
Lo más común es que soliciten el pago de alguna comisión relacionada con el préstamo, aunque en la actualidad estas excusas varían: abonos por concepto de redacción del contrato, por el análisis de los datos o, incluso, por la traducción del contrato. En estos casos sabremos que se trata de una empresa ilegítima y nunca, bajo ningún concepto, pagaremos el dinero que nos exigen.
2. Comprueba que la web es segura
Hoy en día, cualquier empresa que ofrezca préstamos personales tiene presencia online, por lo que analizar su página web nos permitirá saber si es una compañía fiable.
Lo primero en lo que hay que fijarse es en que la web sea segura, ya que muy probablemente debamos introducir nuestros datos personales y financieros en el proceso de contratación. Esto podremos saberlo si al lado de la dirección web aparece un candado verde y la URL comienza por «https». Con esta información ya podemos cerciorarnos de que la página cumple con los requisitos técnicos para salvaguardar nuestros datos.
Pero, para mayor seguridad, buscaremos el «Aviso legal» en la web, un documento que indica toda la información de la empresa y las leyes a las que debe atenerse. Si la página no tiene ninguno de estos dos parámetros, debemos dudar de su legitimidad.
3. Busca opiniones de otros usuarios
Un buen modo de comprobar si una entidad es legítima consiste en buscar opiniones online de otros usuarios sobre esa empresa. Una rápida búsqueda con el nombre del prestamista puede ofrecernos varios testimonios de sus clientes.
Pero aunque constituya una forma rápida y fiable de diferenciar las estafas de compañías legítimas, hay que saber distinguir entre clientes no satisfechos y personas víctimas de un delito como este.
4. No te fíes ni de las redes sociales ni de los correos electrónicos
Es común para personas o empresas ilegítimas promocionar sus falsos productos a través de comentarios en redes sociales o foros o directamente a través de correos electrónicos. Por lo general, vienen acompañados de experiencias personales y unas condiciones demasiado buenas como para ser verdad. Además, estos mensajes están escritos en un español que parece sacado de un traductor online y plagados de faltas ortográficas. Si nosotros no hemos solicitado financiación en la propia página web de la supuesta compañía, entonces debemos dudar de que sea una entidad legítima.
5. Solicita toda la información por escrito
Por último, y no por ello menos importante, la empresa que nos presta dinero debe darnos, por ley, todas las condiciones por escrito antes de comprometernos a contratar cualquier producto.
Si no tenemos las condiciones por escrito y firmamos un documento que nos compromete a reembolsar el crédito, podrán cambiarnos en cualquier momento las condiciones que nos dijeron en un principio.
En definitiva, ante cualquier duda o cualquier procedimiento que nos genere sospechas, hay que parar la solicitud hasta estar seguros de que nos hallamos ante un prestamista seguro y legítimo. Si no es así, tendremos que comunicarlo a las fuerzas policiales con la mayor brevedad posible.