Tener un bebé no es excusa para abandonar una de las aficiones más saludables para la familia: montar en bicicleta. A partir del año de edad, los pequeños pueden acompañar a sus padres en los paseos en este medio de locomoción, gracias a distintos asientos y soportes que se pueden acoplar a la bici del adulto. En este artículo se detallan las alternativas más prácticas para transportar a los niños en la bicicleta: portabebés trasero y delantero, remolque y barra para remolcar la bici infantil. Se explican también las normas de circulación que se deben respetar en los paseos familiares con este medio y las recomendaciones para que el bebé viaje con total seguridad.
Montar en bicicleta es una afición que cada vez gana más adeptos en nuestro país. Siete de cada diez españoles tienen al menos una bici en casa, casi 1,5 millones de españoles la utilizan cada día para ir al trabajo o a su centro de estudios y 20 millones la emplean también con frecuencia. Así lo recoge el último ‘Barómetro de la Bicicleta en España‘ de la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Red de Ciudades por la Bicicleta (RCxB).
Este medio de locomoción no representa solo una opción para desplazarse, es también una alternativa divertida y saludable para disfrutar del tiempo de ocio activo con los niños y bebés. Los pequeños podrán acompañar a sus padres con su propia bicicleta en cuanto adquieran la habilidad para manejarla por sí mismos, en torno a los cuatro o seis años, y tengan el aguante suficiente para dar un largo paseo.
Mientras que llega este momento, los padres pueden optar por transportar en su bici a sus bebés e hijos pequeños. Gracias a distintos dispositivos, los niños tienen la oportunidad de desplazarse con los adultos y disfrutar junto a ellos de un divertido paseo.
1. Silla trasera para la bicicleta
En España, el Reglamento General de Circulación permite a los mayores de edad transportar a un menor de hasta siete años en un asiento adicional, siempre que esté homologado.
Una posibilidad es el portabebés trasero. Este sencillo dispositivo consiste en una silla infantil firme y ligera que se acopla a la bicicleta justo detrás del sillín del ciclista con distintos sistemas de sujeción, en función del modelo. Está concebido para transportar a niños desde nueve meses hasta unos cinco años (22 kilos), aunque el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda esperar al menos hasta que el bebé tenga un año. A esta edad, el pequeño posee la suficiente fuerza muscular para sostener firme la cabeza en caso de una frenada brusca.
Las sillas están equipadas con un sistema de correas, para mantener sujeto al niño, y con un reposapiés, para evitar que sus pies se enganchen a las ruedas de la bicicleta. Algunos modelos tienen el respaldo reclinable, con el fin de facilitar el descanso y sueño del bebé, en caso de que se quede dormido durante el paseo.
2. Portabebés delantero para la bici
Este sistema de transporte es similar al portabebés trasero. La diferencia estriba en que este dispositivo se coloca en la parte delantera de la bicicleta. Estas sillas están recomendadas para los más pequeños (entre 9 y 15 kilos), porque la posición frontal, cara a la marcha, permite al adulto verlo y controlar su bienestar en todo momento.
Otra de las ventajas del portabebés delantero es que el niño tiene un ángulo de visión mucho más amplio que cuando va detrás de la espalda del adulto y, por tanto, el paseo será para él mucho más entretenido.
3. Remolque de bicicleta para niños
Los remolques de bicicleta adaptados para transportar niños en su interior son una alternativa cómoda y segura para que los pequeños acompañen a los adultos en sus paseos en bici. Una de sus principales ventajas es que, en este habitáculo, el pequeño permanece protegido de las inclemencias del tiempo.
La legislación vigente no permite el uso de estos dispositivos en vías interurbanas y limita su utilización al ámbito urbano, es decir, a lo que dispongan las ordenanzas municipales correspondientes.
La mayoría de los remolques para niños son dobles y permiten transportar dos menores siempre que el peso de ambos en conjunto no supere los 25 kilos. Están diseñados con asientos individuales en su interior, cada uno con su propio sistema de sujeción con correas que evita que el pequeño se mueva del asiento.
El remolque se ancla a la bicicleta del adulto y se mantiene estable durante la marcha. Algunos modelos incluyen una barra en la parte posterior que permite utilizar el remolque como una sillita infantil cuando se desacopla de la bici.
4. Barra remolque para montar en bici con niños
A partir de los cuatro o cinco años, el niño ya está preparado para desplazarse en su propia bicicleta. Sin embargo, es probable que por su corta edad no aguante la marcha en desplazamientos un poco más largos y se canse a mitad de camino.
La opción más recomendable para estos casos es acoplar a la bici del adulto una barra remolcadora que permite conectar la infantil (de 16 o 20 milímetros), de modo que el mayor es el que tira de ella durante el paseo.
Esta barra se engancha al manillar de la bici del niño, por lo que la rueda delantera queda algo elevada del suelo. Esta posición evita que el pequeño mueva el manillar durante la marcha y le deja elegir entre pedalear o descansar mientras que el adulto le remolca.
El reglamento obliga a ciclistas (y pasajeros) a utilizar casco de protección homologado. Por eso, la Asociación Española de Pediatría aconseja a los padres que también lo hagan para dar buen ejemplo a sus hijos.
El casco debe estar homologado, tener el tamaño adecuado a la cabeza del niño y colocarse de forma correcta.
Además, conviene utilizar la vestimenta adecuada cuando se circula en bicicleta, con prendas reflectantes al anochecer. Y llevar una luz trasera de color rojo en la bici y otra blanca en la parte delantera.