El aborto natural o espontáneo se produce cuando la gestación se interrumpe de forma involuntaria antes de la semana número 22. Muchas veces, la mujer que lo sufre ni siquiera sabía que estaba embarazada, ya que el 80% ocurren en el primer trimestre. El aborto puede producirse por distintas razones, desde anomalías congénitas del feto y problemas en el tracto reproductivo, hasta enfermedades o infecciones. Este artículo detalla las señales para reconocer un aborto, que van desde el sangrado y los dolores abdominales hasta la fiebre y los escalofríos.
Aborto: señales para reconocerlo
El aborto natural viene acompañado de dolores abdominales intensos y hemorragias vaginales
El aborto natural o espontáneo es la interrupción involuntaria de la gestación antes de que se complete la semana 22. Si la pérdida del bebé se produce después de ese punto, pasa a considerarse parto prematuro.
Un aborto natural puede originarse por múltiples causas, como anomalías congénitas del feto, problemas en el tracto reproductivo, enfermedades o infecciones. Pero, a menudo, sus señales se confunden con los síntomas normales del embarazo. Aun así, el Ministerio de Sanidad advierte de que «hay amenaza de aborto cuando se produce una metrorragia», es decir, hemorragia de la matriz fuera del periodo menstrual de intensidad ligera o moderada, acompañada, o no, de contracciones uterinas.
A continuación se explican con detalle las señales del aborto espontáneo.
1. Sangrado vaginal.
El síntoma más habitual de un aborto es el sangrado vaginal, que puede ser indoloro o acompañado de leves dolores gástricos. Sin embargo, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, los sangrados complican el primer trimestre de casi uno de cada cuatro embarazos. Por tal motivo, cuando se produce una hermorragia vaginal, se debe acudir al médico lo antes posible.
Cuando el aborto es inminente o ya se está produciendo, el sangrado y el dolor aumentan. Además, el especialista puede corroborar otros signos, como una dilatación del orificio cervical interno más de ocho milímetros y la presencia de restos ovulares en el mismo orificio cervical o en la vagina.
Algunos abortos espontáneos que generan sangrado vaginal abundante son los embarazos ectópicos, cuando el embrión se desarrolla fuera del útero, o las gestaciones fallidas (o anembrionarias o también llamadas huevo huero), cuando el embrión no alcanza a desarrollarse.
2. Dolores.
El dolor abdominal y en la parte inferior de la espalda suele acompañar al sangrado, aunque, por lo general, si se produce, llega un poco después. Este tipo de dolores, a menudo en forma de calambres o retortijones (como los típicos del periodo menstrual), son un síntoma frecuente del embarazo. Sin embargo, se debe consultar al médico si son muy intensos, se registran en una cantidad excesiva o se acompañan de hemorragias vaginales.
3. Ausencia de síntomas del embarazo.
Si los signos normales de la gestación desaparecen de repente y no se manifiestan durante unas 24 horas, podría ser señal de un aborto espontáneo. Incluso podría producirse una disminución del tamaño del vientre.
Si esto ocurre, se debe acudir al médico con el fin de evaluar si existe algún problema. Una ecografía o un análisis sanguíneo permitirán determinar si el embarazo marcha bien o no. Si la ecografía detecta que el embrión no presenta actividad, es posible que ya se haya producido un aborto espontáneo, aunque no haya hemorragias ni dolores.
4. Fiebre, escalofríos y malestar general.
El llamado aborto séptico se manifiesta con fiebre, escalofríos y malestar general, además de una complicación infecciosa. Junto a estos síntomas, se producen dolor y sangrado vaginal, con frecuencia de aspecto purulento. Requiere la atención inmediata de un profesional, pues pone en riesgo la salud de la mujer.
El aborto natural, no todos son iguales
Imagen: ayleene de monn
Existen varios tipos de abortos naturales. Uno de ellos, llamado aborto retenido, implica la muerte en el útero del embrión o del feto antes de la semana 22 del embarazo pero sin síntomas externos. Según la imagen ecográfica, explica la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), se distinguen dos tipos de aborto retenido: el aborto diferido, en el que se observa un embrión sin latido, y la gestación anembrionada, en la que se contempla un saco de 20 milímetros o más sin identificarse embrión.
Otros tipos de abortos naturales son el incompleto, cuando los productos de la concepción se expulsan de manera parcial, y el completo, cuando la expulsión del tejido embrionario es completa. Este último ocurre en cerca de un tercio de los casos.
El aborto espontáneo clínico se produce en entre el 10% y el 20% de los embarazos. Por el contrario, el 60% de los casos son preclínicos, es decir, pasan antes de que se manifiesten síntomas, por lo que muchas mujeres incluso sufren abortos espontáneos sin haberse enterado de que estaban gestando.
El 85% de los abortos naturales ocurren antes de la semana 12 del embarazo. Si una gestación llega a la séptima semana con una ecografía normal, la probabilidad de perder el bebé de forma espontánea es muy baja; en estas condiciones se produce menos del 5% de los abortos.
Además, el riesgo de aborto natural aumenta con la edad materna: mientras que no llega al 12% de probabilidades en mujeres menores de 30 años, asciende al 15% para la franja de entre 30 y 34 años y al 24,6% para mujeres de 35 a 39 años. A partir de los 40, las cifras se disparan: 51% para mujeres de entre 40 y 44 años y del 93,4% a partir de los 45.