Entrantes ricos y saludables con verduras para cocinar en familia

Las recetas basadas en vegetales cargan con el mito de ser «tristes» y con el sambenito de que apenas sacian el apetito, pero nada más lejos de la realidad. Las preparaciones con legumbres y hortalizas son muy variadas y coloridas, y hasta pueden ser contundentes. Utilizar verduras en la alimentación cotidiana es siempre una buena idea. Estas son algunas propuestas:

Una idea muy útil para un picoteo informal es presentar las cremas y sopas en formato vasito, tipo degustación individual. Se pueden tener los vasitos preparados con antelación y servirlos como cremas frías o templadas, o hacerlas al momento sirviéndolas en caliente y acompañándolas de algún elemento de guarnición como un salteado de verduras o con trocitos de panes fritos.

• Primero hay que pelar una cebolleta, cortarla en juliana y cocinarla a fuego suave en una cazuela con un poco de aceite caliente.
• Cuando comience a dorarse la cebolleta, agrega la parte blanca de un puerro cortada en rodajas finas, además de dos dientes de ajo pelados y también cortados en láminas finas.
• Rehoga todo durante 30 segundos y, a continuación, añade una zanahoria pelada y en rodajas, junto con unas patatas también peladas y cortadas en rodajas.
• Cubre con agua, justo hasta sobrepasar las verduras y la patata. Y, una vez que el conjunto comience a hervir, agrega una pizca de sal y tapa la cazuela. Deja hervir a fuego suave durante 40 minutos.
• Después, tritura con la batidora hasta conseguir una crema suave y uniforme. Pon a punto de sal, dale un ligero hervor para que se unifiquen los sabores y deja templar.
• Vierte la porrusalda en los vasitos y corónalos con queso cremoso batido para que adquiera textura fina, de modo que se asemeje a un capuchino. Por último, decora con trocitos de puerro salteado y una pizca de pimienta 5 bayas.

Una tempura, unos chips de verduras, unas patatas… Los fritos son los reyes de cualquier picoteo informal, aunque tienen el inconveniente de que hay que preparar los alimentos con antelación. Por eso son idóneos para una reunión que ya se tiene prevista. No obstante, también se puede tener un «fondo de congelador» para las reuniones espontáneas; si surge la ocasión, solo se tendrá que ir al congelador y freír los alimentos preparados.

• Primero hay que preparar la masa de croquetas. Para ello se necesita una cazuela baja donde sofreír 100 gramos de mantequilla, un chorrito de aceite, un trocito de cebolla y un diente de ajo.
• Una vez que estos comiencen a dorarse, añade las setas cortadas en brunoise (picadito pequeño en cuadraditos). Cuando las setas estén blanditas y cocinadas, agrega un manojo de espinacas limpias, rehógalas y añade 100 gramos de harina.
• Remueve para que se deshagan los grumos de la harina, vierte la leche caliente (medio litro y un poco más) y no dejes de remover hasta que espese.

Hay que apartar del fuego la masa bechamel resultante y dejarla enfriar durante unas dos horas, hasta que esté manejable. Después:

• Dale forma a las croquetas con la ayuda de una cuchara. Para un empanado perfecto, rebózalas primero con harina, luego con huevo batido y, por último, con pan rallado.
• Fríelas en abundante aceite y ponlas en una bandeja con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite de la fritura.
• Sin dejar que se enfríen, sácalas de la bandeja con papel de cocina y sírvelas en una bandeja más decorada, pinchando cada croqueta con un palillo colorido.

Con la misma idea de servir aperitivos coloridos, se puede presentar una pequeña ensalada en boles individuales que casi quepan en la palma de la mano. Presentar las ensaladas en frascos y tarros (en este caso, de tamaño pequeño) es una manera muy cómoda y sencilla de servir y de evitar que los comensales sufran por mancharse con la salsa de acompañamiento.

• En primer lugar, hay que preparar las verduras para marinar. Para ello, lava el tomate y el calabacín, y pela una cebolleta fresca. Corta todo en cuadraditos muy pequeños y marínalo durante 20 minutos con un chorro de aceite de oliva, una cucharadita de vinagre y una pizca de sal.
• Mientras, cuece la quinoa durante 15 minutos con agua hirviendo, un poco de aceite de oliva y sal. Escúrrela y mézclala con las lentejas ya cocidas y escurridas, que pueden ser de conserva.
• Después, añade las verduritas marinadas y coloca el conjunto en boles individuales con una base de lechugas variadas lavadas y troceadas.
• Aliña al final con unas cucharadas de mayonesa ligera y unos brotes de lentejas, que darán un toque muy vistoso a la ensalada.

Puede no parecer un entrante, pero sí lo es. La idea es preparar una cazuelita de arroz cremoso, tipo risotto, y luego servirlo en cucharitas individuales. La presentación se puede completar con un trocito de tomate cherry y unas virutas de queso parmesano.

• Para preparar este entrante, primero hay que picar una cebolleta en daditos y sofreírla a fuego moderado. Cuando esté casi dorada, añade un diente de ajo fileteado y una calabaza pelada y cortada en daditos.
• La verdura se debe cocinar durante unos 20 minutos a fuego suave, hasta que la calabaza esté muy blanda y casi se deshaga.
• Después, agrega el arroz tipo arbóreo y rehoga un poco con las verduras. Vierte un cucharón de caldo de verduras y, poco a poco, se van mojando y removiendo según pida el arroz.
• Como el arroz debe quedar cremoso, no seco, añade el caldo según se evapora.
• Cuando termine el cocinado del risotto, en unos 16 minutos, sácalo del fuego y lígalo con el queso parmesano. Añade cebollino recién troceado y un toque de pimienta.
• El risotto se presenta en cucharitas de servicio individuales y se termina decorando con un trocito de tomate cherry y unas virutas de queso parmesano.