La expansión del coronavirus ha trastocado la vida de millones de personas. La facilidad de contagio, unida al desconocimiento específico del SARS-CoV (por ser un virus nuevo), ha llevado a que las autoridades de distintos países tomen medidas extraordinarias para proteger a la población de la enfermedad COVID-19. El aislamiento forzado de toda Italia es una de las decisiones más drásticas, a la que se suman otras, como la cancelación de ferias y congresos en distintos puntos de Europa, el cierre de centros educativos en la comunidad de Madrid, en Vitoria y Labastida (Álava) o la restricción de visitas a las residencias de ancianos. El impacto del coronavirus en la vida cotidiana y en la economía global es, a día de hoy, innegable. Y para que no se extienda, los contagiados menos graves deben pasar por un aislamiento domiciliario. Te explicamos en qué consiste esta cuarentena, desde la higiene hasta la comida.
La prevención es clave para reducir el número de contagios de la COVID-19, que en España han superado ya el millar de casos, según los datos más recientes del Ministerio de Sanidad. En este sentido, una de las medidas más eficaces para frenar la expansión del nuevo coronavirus, además de evitar las aglomeraciones en entornos cerrados y de lavarse correctamente las manos, es la cuarentena. Pero ¿qué implica, en la práctica, una cuarentena? ¿Cuándo se recomienda? ¿Quiénes la deben hacer? ¿Cómo hay que alimentarse y manipular los alimentos en estos casos? Con ayuda de Carlos Fernández Escobar, experto en Medicina Preventiva y Salud Pública; Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos; y Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos y dietista-nutricionista, respondemos a estas y otras dudas.
¿Qué es el aislamiento domiciliario?
El aislamiento domiciliario es una medida fundamental para evitar contagiar a otras personas. “Lo debe determinar un profesional sanitario, y se utiliza para casos en investigación o confirmados de coronavirus que no requieran atención sanitaria urgente, pues, de otro modo, serían trasladados al hospital —explica Fernández Escobar—. Hablamos de personas que están bien de salud, pero que deben separarse del resto para evitar que el virus se siga transmitiendo y ponga en peligro a otras personas más vulnerables”. Por esta razón, no se recomienda hacer aislamiento en el domicilio si se comparte vivienda con personas vulnerables: que sean de una edad avanzada, que tengan enfermedades crónicas, que estén inmunodeprimidas o embarazadas.
¿Cómo se hace una cuarentena por coronavirus?
El aislamiento respiratorio requiere tomar una serie de medidas concretas. Dichas pautas se pueden consultar directamente en las webs del Ministerio de Sanidad y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque Carlos Fernández Escobar nos explica las más importantes. “Ante todo, la persona en aislamiento debe permanecer en su domicilio sin salir de él, hasta que se le indique lo contrario”, señala. Además, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- No debe recibir visitas durante ese periodo.
- Debe permanecer en una habitación de uso individual y mantener la puerta cerrada siempre que sea posible.
- La habitación debe estar bien ventilada con ventanas hacia la calle.
- En esa habitación deberá colocarse un cubo de basura que se abra con pedal y, dentro, una bolsa de plástico que cierre herméticamente para los residuos (por ejemplo, pañuelos desechables). El objetivo es evitar que haya contagio por el manejo de la basura.
- Si por necesidad otra persona debe entrar en la habitación, es recomendable registrar quién ha entrado, para facilitar el seguimiento posterior de esas personas.
- Tampoco se debe tocar a las mascotas.
COVID-19: higiene de manos y mascarillas
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“La higiene de manos es realmente importante, como nos recuerdan las autoridades a cada momento —continúa el experto en Salud Pública—. Esto es así porque el virus se puede transmitir por el contacto con las manos. Debe realizarse de forma frecuente, especialmente antes y después de comer, y después de usar el baño. La higiene de manos puede hacerse con soluciones hidroalcohólicas o con agua y jabón. Cuando las manos estén visiblemente sucias, hay que lavárselas con agua y jabón”. También hay que tener en cuenta las medidas de higiene respiratoria: al toser y estornudar debemos cubrirnos la boca y la nariz con pañuelos desechables o con el codo flexionado, nunca con las manos. Y, sí, aunque tomemos estas precauciones, hay que lavarse las manos inmediatamente después.
¿Y si la persona infectada tiene que salir a las zonas comunes de la casa? “En ese caso, deberá realizar higiene de manos al salir de la habitación, llevar puesta una mascarilla quirúrgica (de tela) y permanecer al menos a dos metros de distancia del resto de convivientes”, responde Fernández Escobar, quien también explica el porqué: “El virus también se puede transmitir por la emisión de pequeñas gotitas al hablar, respirar o toser, que pueden viajar hasta uno o dos metros”. Además, muy importante, “¡No hay que tocarse la mascarilla mientras se lleve puesta! Y justo después de quitarse la mascarilla, hay que volver a hacer higiene de manos”. La mascarilla debe usarla la persona que está infectada (o que cree que puede estarlo).
Cómo limpiar la casa si hay coronavirus
Según detallan distintas investigaciones, los coronavirus pueden sobrevivir varios días fuera del cuerpo humano sobre diversas superficies. La limpieza de espacios y objetos resulta, por tanto, fundamental, en especial si en casa hay una persona infectada. El experto en Medicina Preventiva aconseja, en primer lugar, que las zonas comunes de la vivienda también estén bien ventiladas, puesto que “el cambio de aire reduce la cantidad de virus que pudiera haber y hace menos probable el contagio”.
“Lo ideal es que la habitación tenga baño propio, pero si el baño es compartido deberá limpiarse con lejía cada vez que lo utilice. La lejía elimina el virus de las superficies; debe desinfectarse el baño y el retrete al menos una vez al día, y también las superficies de contacto frecuente (mesas, pomos de puertas, teléfonos, etc.)”, explica Fernández Escobar.
“Evidentemente, no deben compartirse utensilios de aseo (cepillos de dientes, esponjas, toallas, sábanas…) y tampoco los productos para la higiene de manos. La persona en aislamiento debe tener los suyos propios”, indica. Lo mismo ocurre con los platos y cubiertos: “Después de usarlos, se deben lavar con agua y jabón o detergente, y se pueden reutilizar (el jabón o detergente también acaba con los virus)”.
¿Y qué hacer con la ropa, sábanas y toallas de la persona en aislamiento? “Deben guardarse en una bolsa hasta el momento de lavarse en lavadora, a 60 ºC – 90 ºC con detergente habitual. Hay que dejar que se sequen bien, y cambiar las toallas periódicamente si están húmedas. Después de tocar la ropa de esta persona también hay que lavarse las manos”, insiste el médico.
Lista de la compra en caso de cuarentena
La inquietud de la población y la sensación de alarma ante la COVID-19 ha desatado desde bulos sanitarios (como que existen “batidos anticoronavirus”) hasta compras compulsivas de alimentos y de enseres “por si acaso”. Estas ‘cestas apocalípticas’ —que han sido noticia en Italia, en el Reino Unido y, más recientemente, en Madrid— incluyen desde alcohol en gel y papel higiénico hasta pasta seca y vegetales en lata. Sin embargo, en nuestro entorno no tiene sentido salir a comprar provisiones como si no hubiera un mañana. Ni siquiera si tenemos que hacer cuarentena.
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Ahora bien, si nos encontrásemos en aislamiento, además de cuidar la higiene, también habrá que alimentarse. Pero… ¿cómo? “Teniendo en cuenta que no nos estamos preparando para el fin del mundo, sino para pasar unos días en casa, lo primero será pensar en el espacio con el que contamos. Si tenemos un frigo grande o un congelador tipo arcón, será más fácil dejar alimentos congelados. Gran parte de los frescos se pueden congelar, y también podemos cocinar y congelarlos en porciones del tamaño de la ración que vayamos a consumir”, razona la dietista-nutricionista Beatriz Robles.
¿Qué alimentos deberíamos tener en casa? “La elección dependería, sobre todo, del tiempo que tuviésemos que pasar aislados”, apunta el experto en Ciencia y Tecnología de los Alimentos Miguel Ángel Lurueña. En su opinión, y a modo de ejemplo, si tuviésemos que pasar 15 días en casa, podríamos comprar sin problema alimentos como los siguientes:
- Frutas poco perecederas: manzanas, naranjas, peras inmaduras, plátanos inmaduros (aunque estos difícilmente llegarían a pasar de la semana).
- Verduras y hortalizas: zanahorias, patatas, calabaza, calabacín, pimientos, puerros, cebollas, ajos.
- Yogures.
Y, como señala, hay otros alimentos que duran mucho más tiempo todavía. Por ejemplo:
- Carne y pescado: para congelar o ya congelado.
- Verduras ultracongeladas: guisantes, judías verdes, etc.
- Legumbres: lentejas, garbanzos, alubias, etc.
- Frutos secos.
- Arroz, pasta, harina.
- Aceite, sal, azúcar, vinagre.
- Conservas: de pescado, de verduras, de legumbres, etc.
- Platos precocinados esterilizados: lentejas, albódigas, etc.
- Leche.
- Queso curado.
- Bacalao salado.
- Pan tostado.
A esta lista, de por sí extensa y variada, Beatriz Robles añade los huevos. “Tienen fecha de consumo preferente de cuatro semanas tras la puesta, así que también son una buena opción para esas semanas (y no ocupan mucho sitio en el frigo)”, explica, si bien insiste en que sí o sí deben guardarse en la nevera.
Sobre la fruta fresca, además de escoger las variedades menos perecederas, Robles apunta que “si estamos escasos de espacio en la cocina o en la despensa, hasta podemos dejarla en la terraza”, pero siempre “en cajas de cartón o madera, nada de bolsas de plástico”.
“Las conservas —continúa la dietista-nutricionista— van a ser nuestra ‘salvación’, pero no pensemos exclusivamente en latas de atún. Podemos comprar todo tipo de conservas vegetales, legumbres, pescado… Incluso hay conservas que incluyen varios ingredientes (garbanzos con espinacas) y que nos pueden servir como plato único”.
Es decir, en España tenemos una gran cantidad opciones sencillas al alcance de la mano que se parecen —y mucho— a las que nos hacen la vida más fácil de manera cotidiana, al margen del coronavirus. Además, podemos hacer la compra de alimentos frescos por Internet o encargarlos por teléfono, pagando por transferencia bancaria. En todo caso, “habría que tener en cuenta los aspectos nutricionales —recuerda Lurueña—. Por ejemplo, necesitaremos vitamina C, que podemos encontrar en frutas o patatas, pero también en zumos-purés de frutas esterilizados, alimentos enriquecidos o suplementos alimenticios”.
Y, por supuesto, es muy importante ser cuidadosos con la manipulación de los alimentos, pero sin entrar en pánico. “Las recomendaciones, de hecho, son las de siempre”, dice el experto en seguridad:
- Lavar manos, utensilios y alimentos que vayamos a comer crudos.
- Separar alimentos sucios de los que ya están listos para consumir.
- Calentar suficientemente cuando cocinamos o cuando recalentamos las sobras.
- Enfriar los alimentos perecederos (los que están crudos o las sobras).
- Respetar las fechas de duración de los alimentos.