Hacer la compra es una de las pocas excusas que tenemos para poder romper por unos minutos el confinamiento al que nos hemos visto obligados para contener el contagio del SARS-CoV-2. Pero no por ello debemos abusar de estas salidas. Lo recomendable es limitar las visitas a los establecimientos comerciales a una vez por semana y siempre tomando las precauciones necesarias para hacer la compra con seguridad. Sigue estos consejos prácticos para llevarla a cabo.
Limita tus salidas a la compra
Puedes hacer la compra cada quince días, si dispones de espacio suficiente en tu despensa y, sobre todo, en tu nevera y congelador. Pero con ello no cuenta la mayoría de la población. De todos modos, lo que no es recomendable en estas circunstancias es hacerlo a diario, y menos varias veces al día. Con cada salida te expones al contagio de COVID-19, a pesar de que tomes las medidas de protección pertinentes (mascarillas, guantes, distancia de seguridad, lavado de manos o uso de gel desinfectante).
Por eso, lo idóneo es no hacerlo ni muy seguido ni pasar mucho tiempo en la tienda. Así que intenta que sea una vez a la semana y en un solo comercio, lo más próximo a tu domicilio. Y como recuerda el Ministerio de Consumo en su ‘Guía de buenos hábitos para la cuarentena’, si puedes, aprovecha el viaje para cuidar a otros: mira si hay personas en riesgo cercanas (vecinos, familiares…) a quienes puedas comprar algo y evitarles así salir. Por todo ello, el trabajo de planificación previo a la compra resulta imprescindible.
Planifica los menús, pero con flexibilidad
Antes de hacer la lista de compra, deberás calcular lo que te hará falta a lo largo de la semana según el número de personas y el menú previsto de todas las comidas (desayunos, almuerzos, comidas, meriendas y cenas). ¿Será el cumpleaños de tu hijo? ¿Habrá algún festivo especial? ¿Qué tienes en la nevera y la despensa? Deberás tener en cuenta todo ello, como también “las herramientas y las limitaciones con las que contamos: el espacio de almacenamiento en armarios, frigorífico y congelador, el tiempo disponible para cocinar, los alimentos que ya tenemos, el presupuesto disponible, la disponibilidad de alimentos en el supermercado, etc.”, recuerda Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Y es que no siempre que vamos al súper hay de todo. Si las primeras semanas escaseaba el papel higiénico o la lejía, en las últimas la levadura y la harina para hacer pan o repostería o productos de indulgencia (como bebidas alcohólicas, chocolate o snacks) han sido muy demandados. De ahí que, para no perder mucho tiempo en la tienda, lo recomendable es incluir en la lista ciertas alternativas, por si acaso. Si en ese momento no encontraras pollo, por ejemplo, apunta por qué otra proteína la sustituirías.
Lista de la compra semanal: qué debe incluir
Separa la lista de la compra en grupos de alimentos y droguería (productos de limpieza del hogar y de higiene personal). Y, como aconseja la experta en seguridad alimentaria Gemma del Caño en su cuenta de Twitter, hazla en el orden en que están dispuestos los productos en tu supermercado habitual y, ya en la tienda, síguelo sin retroceder. Así ahorrarás tiempo y te resultará más fácil cumplir la distancia de seguridad con otros clientes. Pero para apuntar todo bien no te olvides de que, en primer lugar, habrá que colocar en la cesta los productos que no necesitan frío, para después seguir con los alimentos perecederos (frutas, verduras y hortalizas) y los que sí precisan de frío (carnes, pescados o yogures) y, por último, terminar con los congelados.
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En la lista de alimentos, por tanto, deberás incluir productos más perecederos para consumir en los primeros días o para cocinarlos y congelarlos. Entre estos alimentos están frutas como fresas o plátanos y carnes y pescados frescos. ¿Y cuánto duran estos frescos? “Deberíamos consumirlos antes de tres días”, recomienda Lurueña. ¿Y el pan? “No necesitamos pan todos los días. Se puede congelar o comprar pan de molde integral”, señala Del Caño. O decantarse por el pan tostado.
Procura fijarte en los aspectos nutricionales de los alimentos: siempre ten en casa los que aporten vitamina C (frutas, patatas) y en especial vitamina D (pescado, lácteos…). También tienes que mirar si tienes, y apuntar en el listado si no dispones de ellos, los alimentos menos perecederos, como huevos, yogures, frutas (manzanas, peras), hortalizas y verduras (zanahorias, patatas, calabacín, puerros, cebollas…). Los de larga vida útil, como leche, legumbres, arroz, conservas, pasta, ultracongelados, frutos secos, queso curado, platos preparados… igual pueden esperar, si es que ya los incorporaste en la anterior compra. Eso sí, repasa que no te falten los imprescindibles para cocinar: aceite de oliva, ajo y sal.
Y si quieres comprar alimentos para congelar ¡ten cuidado! Ni se te ocurra hacerlo con la carne picada. Miguel Ángel Lurueña no te lo recomienda. “Durante la descongelación podría aumentar el riesgo de crecimiento de bacterias patógenas”, señala. Otros productos que desaconseja congelar en casa, porque perderían su calidad organoléptica, son: pasta, arroz, patatas, lechuga, espinacas, huevos crudos, emulsiones…
En resumen, no hagas acopio de productos como si se acabara el mundo (deja para los demás) y ten en consideración estas recomendaciones del Ministerio de Consumo:
- Elige productos frescos de temporada y duraderos. En abril hay espinacas, puerro, remolacha, cereza, fresa, albaricoque…
- Prioriza la dieta mediterránea.
- Reduce grasas, bollería, azúcar, pastelería y bebidas azucaradas.
- Evita procesados y productos con alto contenido en sal, azúcar y grasas.
- Cuida la salud del planeta. Elige preferentemente alimentos que puedan ser comprados a granel o con el envasado mínimo y huye de aquellos con exceso de plásticos. Y si tienes que adquirir alimentos envasados, que sea en los materiales más sostenibles: muchos de ellos son reutilizables y más fácilmente reciclables.
Por supuesto, no se te ocurra pasar por alto los productos de limpieza del hogar y de higiene personal básicos en esta crisis sanitaria: alcohol y lejía para desinfectar superficies, detergente para lavar la ropa entre 60 y 90 ºC, jabón para el lavado frecuente de manos y crema hidratante de manos.
Y si ves difícil hacer tu propia lista de la compra semanal, toma nota de las siguientes apps, que pueden ayudarte en esta tarea: LiShop y Buy me a pie para iPhone, ListOn para Android y Out of Milk para ambos sistemas operativos.
Antes de ir a la compra, no te olvides de…
Además de tu kit higiénico habitual (gel hidroalcohólico, pañuelos de papel y, si tienes, mascarilla), en el momento de salir a comprar lleva siempre encima: las llaves de casa, el DNI, la tarjeta bancaria para pagar (o si no, dinero en efectivo desinfectado) y tus propias bolsas. ¿Y el móvil? Dentro de la tienda, con los guantes que te tendrás que poner a la entrada, la mascarilla (que no te puedes tocar), la cesta de la compra… no podrás hablar por teléfono. Así que, si no puedes dejarlo en casa, siléncialo y guárdalo en el bolso.
¿Y cuándo ir? Las tiendas han cambiado o reducido sus horas de apertura al público por el estado de alarma. Infórmate de sus horarios y de cuándo suelen registrar menos afluencia para decidir el mejor momento. No siempre ir lo más temprano posible podría ser lo más adecuado.
Ya en el supermercado
Si antes de ponerte los guantes desechables que quizá te faciliten a la entrada del supermercado te limpiaras las manos con gel desinfectante, ten en cuenta que deberás esperar unos segundos para que se sequen antes de ponértelos. Ya dentro, intenta andar por la parte central del pasillo, respetando en todo momento la distancia de seguridad (también en la frutería, carnicería y pescadería), no toques los productos que no vayas a llevarte, en la frutería usa siempre guantes (otros distintos) y, aunque te pique, no te toques jamás la cara.
Para Gemma del Caño, un sitio “crítico” del súper es la zona donde se dejan los productos para meterlos en bolsas. “No hables mientras los metes en las bolsas. Y si le dices al personal de caja que vas a pagar con tarjeta: hazlo fuera de esa zona”, recomienda en su cuenta de Twitter.
Para pagar, y así evitar posibles contagios, puedes hacerlo con tarjeta bancaria, pero también hay otras fórmulas, como te contamos aquí.
¿Y qué hago con la compra en casa?
Ya en casa, además de dejar los zapatos y los objetos, como cartera o llaves, en la entrada, deberíamos lavar la ropa por higiene. Y antes de meternos de lleno con los productos que traemos de la compra, nos lavaremos bien las manos.
Respecto a la comida, que no transmite la COVID-19, como explica en esta entrevista el experto José Fernández Romojaro “desinfectaremos los envases (por ejemplo, con agua y lejía, o debajo del grifo con agua y jabón, según de qué se trate) y luego meteremos los productos en la parte de atrás de la nevera o la despensa, para no consumirlos inmediatamente, ya que al coronavirus le matan dos cosas: el desinfectante y el tiempo (entre cuatro horas y tres o cuatro días, dependiendo de la superficie)”. Y en el caso de las frutas y verduras, pueden lavarse con agua y jabón; pero si no es posible, comenta el especialista, conviene sumergirlas en agua, no con vinagre, sino con lejía apta uso alimentario (al menos 30 ml por cada litro de agua) de 5 a 15 minutos, antes de aclararlas bien.