Ahora que estamos las 24 horas del día en casa, lo más importante es cuidar la higiene personal, ventilar bien la casa y mantener una limpieza a fondo y continua, pero sin obsersionarse y sin mezclar productos. Pero el hogar, muchas veces, es la extensión de nuestro propio cuerpo, donde vivimos, nos relacionamos y, sobre todo, respiramos. Si nuestro olfato envía mensajes positivos a nuestro cerebro, los aromas pueden convertirse en aliados perfectos de nuestro bienestar, produciendo en muchos casos sensación de calma y, en casos extremos, pueden ser remedios para reducir la ansiedad.
Los olores agradables mejoran nuestra calidad de vida, sin duda, y podemos elegir entre muchos productos diversos como plantas naturales, ambientadores, aromatizadores, velas, aceites esenciales e incluso humidificadores. “La aromaterapia es un mundo amplio a descubrir. En España conocemos, sobre todo, las propiedades de la lavanda, que es calmante, y las del eucalipto que es balsámico”, comenta Nieves Paz, farmacéutica por la Universidad Complutense de Madrid.
Aceites esenciales para despertar el ánimo
Paz regenta una parafarmacia en la capital española, donde vende aceites esenciales para usos muy variados con mezclas que mejoran los estados anímicos y que comercializan distintas empresas y laboratorios. “Estos aceites esenciales son dos en realidad: los que tienen como base una vela que evapora el aroma y los que tienen base de agua y funcionan modo de vaporizador”, continúa.
Muchos estudios avalan el uso terapéutico de las plantas medicinales y sus activos. “Sobre todo hay evidencia de sus resultados cuando usamos preparados farmacéuticos en pastillas, porque los productos están controlados y certificados y se establece una posología personalizada para cada persona”, aclara María Luz García Toro, farmacéutica de Arkopharma Laboratorios y colaboradora del Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO). “También es innegable que la aromaterapia es eficiente, no tiene tanta base científica, pero aporta mucho a nuestro bienestar. Un masaje con aceite esencial de lavanda nos ayuda a rebajar el estrés y la ansiedad”, concluye.
Imagen: monicore
Lo que sí parece probado es que los aceites esenciales puros, los que se venden en farmacias y parafarmacias, son compuestos de muchas moléculas en un solo producto con beneficios para las vías respiratorias y los estados emocionales. “Estos aceites contienen muchos fenoles y terpenos, que son desinfectantes y purifican el aire. Está demostrado que también tranquilizan y despiertan el animo”, afirma Valérie Aucouturier, aromaterapeuta y directora de Sentidea, una academia de productos naturales y aceites esenciales.
Para esta época de confinamiento, Aucoutourier recomienda la inhalación, directamente desde el frasco o en un pañuelo, de lemongrass, una planta muy utilizada en la cocina asiática, que no debemos confundir con la citronela, su nombre botánico es Cympopogon citratus. “Cumple las dos funciones: calmante y respiratoria. Para conseguir un olor cítrico muy agradable y eficaz para relajar las tensiones emocionales. Yo recomiendo la siguiente fórmula: 5 gotas de lemongrass, 10 gotas de pomelo (porque es un buen antiséptico aéreo) y 10 gotas de naranjo amargo (porque calma y levanta el ánimo al instante)”, concluye esta especialista.
Hace diez años llegó al mercado español una firma de ingredientes naturales, renovables y ecológicos dedicada a mezclar y complementar cosmética para el cuerpo y para el hogar. En el catálogo de aromas de Rituals tienen barritas aromáticas, velas y ambientadores que perfuman al instante cualquier estancia. Incluso cuentan con una colección dedicada en exclusiva al hogar para convertirlo en un santuario sensorial: “Todas tienen un nexo en común; la sofisticación del aroma en el hogar”, explica Raquel Álvarez, directora de Marketing de Rituals Ibérica. “No se trata de productos para que simplemente huela bien, sino que son composiciones olfativas creadas como el mejor perfume, con acordes privilegiados”, continúa Álvarez.
Las plantas estrella de los aceites esenciales
- Lavanda. Es el símbolo de la pureza y su aroma posee un gran poder relajante contra los efectos del estrés. La encontramos en perfumes, jabones y, al natural, incluso sirve para perfumar los armarios.
- Romero. Posee muchas propiedades. Es un gran aliado de nuestro bienestar tanto físico como mental. Es una planta fitoterápica que nos ayuda a descansar y fomenta el buen humor. Ayuda en los agotamientos y mejora la memoria, entre otros beneficios.
- Eucalipto. El aceite esencial de las hojas de eucalipto es usado como descongestionante nasal y para combatir infecciones respiratorias.
- Jazmín. El jazmín sirve para calmar la ansiedad y favorece el optimismo. Su perfume rebaja las tensiones y reduce la ansiedad.
Imagen: Couleur
Otros productos para lograr un buen olor en el hogar
- Ambientadores caseros. Podemos hacer ambientadores en casa, como muestran numerosas páginas webs y tutoriales de YouTube. Entre sus ventajas destacan la creatividad, poder hacer aromas a nuestro gusto y emplear el tiempo en manualidades. ¿Sus inconvenientes? Debemos tener especial cuidado con las mezclas de productos y los procesos para evitar accidentes domésticos.
- Ambientadores naturales. Los cítricos son unos de los más eficaces y frescos para mantener un aroma dulce y equilibrado en casa. El más recomendado es la naranja partida por la mitad al que se le incrustan unos clavos como especia. Además del buen olor, conseguiremos alejar a los insectos.
- Ambientadores para enchufar. Son muy prácticos, ofrecen variedad de aromas y muchos permiten regular la frecuencia de aspersión (para que duren más tiempo). Entre sus desventajas está que no siempre son baratos y consumen energía eléctrica.
- Pulverizadores. Funcionan con presión manual y no perjudican al medio ambiente, ya que no contienen aerosoles. Se realizan fácilmente con agua y aceites esenciales. El problema es que el olor desaparece con rapidez.
- Espráis. Aportan un aroma inmediato en las estancias del hogar que dura más que los pulverizadores. El problema está en que tienen componentes químicos y pueden tener un efecto tóxico, si la pulverización cae sobre algún alimento, o pueden dejar manchas en los muebles, si se utiliza sobre ellos.