Antes eran un artículo que veíamos únicamente en hospitales y centros sanitarios. Ahora, con la crisis del coronavirus, las mascarillas se han convertido en algo cotidiano. Aunque en las primeras fases de la pandemia solo se recomendaba usarlas a quienes tenían síntomas de COVID-19 o atendían a personas contagiadas, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) aprueba el uso de un tipo de mascarilla higiénica reutilizable a toda la población en entornos públicos; eso sí, “como medida complementaria y no como reemplazo de las medidas preventivas establecidas (distanciamiento físico, higiene meticulosa de las manos y evitar tocarse cara, nariz, ojos y boca)”. Ahora bien, de elegir las más adecuadas y hacer un correcto uso de ellas depende que realmente sean eficaces. Te lo contamos todo en las siguientes líneas.
¿Quiénes deben usar mascarilla?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no se muestra partidaria del uso generalizado de mascarillas entre la población sana, ya que pueden crear «un falso sentido de seguridad» y evitar la práctica de las medidas que han demostrado ser más efectivas contra la pandemia, como el frecuente lavado de manos con jabón o una solución hidroalcohólica y el distanciamiento físico. Por eso, según este organismo, las mascarillas están recomendadas para los profesionales sanitarios, los pacientes infectados con el nuevo coronavirus, todos los que estén en contacto estrecho con un paciente con COVID-19 o aquellas personas sanas que presenten tos o estornudos. Sin embargo, extender su uso a otros ciudadanos va cobrando mayor peso, según demuestran las recomendaciones del Ministerio de Sanidad o del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades.
¿Bebés y niños también pueden usarla?
De acuerdo con los expertos en pediatría, los menores de un año no deben usar mascarilla puesto que corren riesgo de asfixia; además, como apunta un informe elaborado por el Ministerio de Sanidad y diversas asociaciones pediátricas, también «por la dificultad para mantener la mascarilla correctamente colocada sobre nariz y boca». Aunque con el confinamiento los niños no pueden salir de casa, si es preciso llevarles al centro de salud, los pacientes pediátricos mayores de esa edad con síntomas de infección respiratoria aguda «deben ponerse una mascarilla quirúrgica, si es posible». En caso de que los pequeños no toleren llevar mascarilla o no sean capaces de usarla adecuadamente, los adultos que los supervisen deberán reforzar medidas de prevención como el lavado de manos y la distancia social, según dictan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos. En cualquier caso, según el informe del Ministerio referido, todos los acompañantes de los menores con síntomas de COVID-19 deberán utilizar esta protección facial.
¿Debo ponerme mascarilla en todos los espacios cerrados?
El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades considera apropiado el uso de las mascarillas entre la población «especialmente cuando se visitan espacios ocupados y cerrados, como centros sanitarios, supermercados o establecimientos comerciales, o cuando se usa el transporte público«. El documento explica que, aunque «no se sabe en qué proporción el uso de mascarillas en la comunidad puede contribuir a una disminución en la transmisión del virus, sí puede servir como medio de control para reducir la propagación de la infección al minimizar la excreción de gotitas respiratorias de individuos infectados que aún no han desarrollado síntomas o que permanecen asintomáticos».
Por su parte, una investigación sobre cómo se propaga el coronavirus a través del aire, llevada a cabo por la Universidad de Aalto, el Centro de Investigación Técnica VTT de Finlandia y el Instituto Meteorológico de ese mismo país, concluye que las partículas de aerosol que transportan el virus pueden permanecer en el aire más tiempo de lo que se pensaba. Por eso, alguien infectado puede toser y alejarse, pero deja tras de sí partículas que llevan el virus, pudiendo acabar en las vías respiratorias de otras personas, si no se va adecuadamente protegido. Mantener la distancia de seguridad, también en casa, y seguir al pie de la letra las medidas higiénicas personales y de nuestro hogar, permite no llevar la mascarilla dentro de él, siempre que no haya ningún miembro de la familia afectado por el virus o con síntomas de que pudiera tenerlo.
¿Es recomendable su uso en espacios abiertos?
Puesto que el confinamiento impide que salgamos a la calle —con la salvedad de ir a comprar productos de primera necesidad, a trabajar o en otras situaciones excepcionales—, siempre que mantengamos la distancia de seguridad con quienes nos encontremos y extrememos las medidas de higiene en manos, ropa y zapatos, así como en otros objetos que usemos fuera de casa, llevar o no protección facial es optativo. De hecho, el propio Ministerio de Sanidad, que recomienda su uso en los desplazamientos hasta el puesto de trabajo en transporte público, ha especificado que no serán necesarias si el trayecto se hace andando.
¿Qué tipos de mascarillas homologadas hay en el mercado?
Según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, existen tres tipos de mascarillas industriales en base a su capacidad para filtrar el aire inspirado o espirado, y por tanto, a su capacidad para proteger al usuario y al resto de la población del contagio en caso de una infección de transmisión aérea.
- Las llamadas mascarillas quirúrgicas (las de papel) «ejercen de barrera para evitar la emisión de gotículas respiratorias al estornudar o toser; pueden prevenir la transmisión del agente infeccioso desde una persona infectada a otras sanas, pero su eficacia a la hora de prevenir el contagio al usuario de la misma parece más limitada, con una menor evidencia científica al respecto».
- Un segundo tipo de mascarillas son las filtrantes o autofiltrantes. «Contienen un filtro de micropartículas, gracias al cual pueden proteger al usuario de la mascarilla frente a la inhalación de contaminantes ambientales —en partículas o aerosoles— tales como agentes patógenos, agentes químicos, antibióticos, etc.». Entre ellas, existen varios grados de filtrado: las FFP1 tienen un 78 % de eficacia, protegen de residuos no tóxicos y olores, pero no de virus; los modelos FFP2 presentan un 92 % de eficacia, protegen de sustancias no tóxicas y elementos fibrogénicos, mientras que las FFP3 tienen un 98 % de eficacia de filtración, son capaces de proteger de sustancias tóxicas, aerosoles, humo o esporas de hongos… Estas mascarillas autofiltrantes pueden tener o no una válvula de exhalación para reducir la humedad y el calor dentro de la mascarilla, proporcionando mayor comodidad al usuario. Ahora bien, «si cuentan con válvula no deberían utilizarse en el caso de pacientes con COVID-19, ya que podrían transmitir el virus a través de la válvula, salvo en el caso de que esta estuviera protegida o diseñada para evitar dicha transmisión hacia el exterior».
- El tercer tipo de mascarillas son las higiénicas o de barrera. El objetivo de su empleo en esta pandemia es intentar reducir el riesgo de transmisión del virus desde la boca y la nariz del usuario no enfermo o asintomático, como medida complementaria con otras medidas preventivas aprobadas por las autoridades sanitarias. No obstante, tal y como el Centro Europeo de Control de Enfermedades ha indicado, no hay datos que permitan establecer su eficacia para prevenir la transmisión de la COVID-19.
¿Sirven de algo las mascarillas caseras?
Según informa el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, las mascarillas higiénicas caseras pueden estar fabricadas de muy diferentes materiales y los ensayos e investigación clínica sobre su eficacia son limitados. «La evidencia disponible muestra que las de tela protegerían menos que las mascarillas quirúrgicas e incluso podrían aumentar el riesgo de infección debido a la humedad, la difusión de líquidos y la retención del virus», asegura un informe del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Por tanto, «no se consideran protección frente a virus respiratorios y, en el ámbito laboral, no se debería promover su utilización».
¿Son más eficaces las elaboradas con materiales sintéticos?
La OMS ha avisado de que no existe evidencia científica que demuestre que las mascarillas realizadas con ellos sean más efectivas que las de tejidos naturales como el algodón. A pesar de eso, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades sostiene que «se podría considerar el uso de estas mascarillas faciales no médicas hechas de varios textiles, especialmente si, debido a problemas de suministro, se debe dar prioridad a las mascarillas médicas para su uso como equipo de protección personal por parte de los trabajadores de la salud». Eso sí, es importante insistir en que esta medida no debe implicar una relajación en las recomendaciones básicas de prevención: distanciamiento social, higiene de manos y no tocarse la cara.
Imagen: Christo Anestev
¿Cómo comprobar que son eficaces?
Los ciudadanos de a pie no tenemos a nuestro alcance medidas para comprobarlo, más allá de las recomendaciones de los organismos sanitarios internacionales al respecto. La Asociación Española de Normalización (UNE), en colaboración con los ministerios de Sanidad, Industria, Comercio y Turismo, Consumo y Trabajo y Economía Social, además de entidades privadas (fabricantes textiles, laboratorios y centros tecnológicos) trabajan conjuntamente para establecer los requisitos mínimos que deben cumplir las mascarillas higiénicas en cuanto a los materiales que se utilizan para su elaboración, confección, marcado y uso.
¿Cómo colocárselas con plena seguridad?
La Organización Mundial de la Salud nos recomienda que, antes de ponernos la mascarilla, nos lavemos las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón. Después, debemos cubrirnos la boca y la nariz con ella, sujetándola por las gomas, asegurándonos de que no quede espacio entre la cara y la máscara. Mientras la llevemos puesta, no debemos tocarla; si lo hacemos, es recomendable volver a lavarnos las manos con los productos antes mencionados.
¿Y cómo debemos retirarlas sin riesgo alguno?
Para quitarse la mascarilla, la OMS recomienda retirarla por detrás, sin tocar la parte delantera; en caso de no ser reutilizable, hay que desecharla inmediatamente en un recipiente cerrado; después, hay que lavarse las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
¿Se pueden reutilizar las mascarillas?
Tanto las mascarillas quirúrgicas como las filtrantes, se consideran no reutilizables. Según información publicada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, con carácter general, «los equipos de protección respiratoria filtrantes utilizados frente a riesgo biológico deberían desecharse después de su uso». Si se trata de mascarillas quirúrgicas, las recomendaciones de los fabricantes aconsejan no exceder 6 horas de uso. Para las autofiltrantes, ese periodo de tiempo puede llegar a 12 horas. En el caso de las mascarillas higiénicas reutilizables, tendrán que seguir la normativa vigente, según la cual deberá poder aguantar, al menos, cinco ciclos de lavado y secado manteniendo sus prestaciones. Y una advertencia: la posible reutilización de las mascarillas siempre tiene que ser realizada por la misma persona.
¿Cómo desinfectar las que compramos en farmacias?
Siempre que se empleen mascarillas higiénicas reutilizables, desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos recomiendan lo siguiente:
- evitar el contacto entre una mascarilla sucia y la ropa limpia.
- que la persona a cargo del lavado se proteja para manejar las mascarillas sucias.
- no utilizar productos abrasivos que puedan degradar o dañar los materiales y que disminuyan su capacidad protectora.
- que la mascarilla se seque completamente dentro de las dos horas posteriores al lavado.
- no secar o higienizar con un horno microondas.
- tanto durante el secado, como en el almacenaje posterior de la mascarilla, se deben evitar los ambientes en los que la mascarilla se pueda volver a contaminar.
- después de cada ciclo de lavado, se debe realizar una inspección visual (con guantes de protección o manos lavadas), y si se detecta algún daño en ella (menor ajuste, deformación, desgaste), desecharla en un recipiente cerrado.
¿Y cómo desinfectar las mascarillas caseras?
Imagen: Christo Anestev
Como en el caso de las mascarillas higiénicas reutilizables que venden en farmacias, si empleamos algún posible método de desinfección para su reutilización —sobre los que todavía no hay suficiente evidencia para recomendarlos, según advierte el Consejo General de Colegios Farmacéuticos—, se debe llevar a cabo sobre cada mascarilla individualmente.
Podemos lavarlas con agua y jabón; y, para mayor seguridad, utilizar agua caliente (a más de 60 ºC), como recomienda el Ministerio de Sanidad para el resto de la ropa y textiles. Eso sí, tras su lavado y secado, hay que comprobar que la mascarilla no se ha deformado ni ha perdido fibra que reduzca su capacidad de filtrar.
Si me las puedo quitar y volver a poner después, ¿cómo debo conservarlas?
Lo más apropiado es guardarla, ya desinfectada, en un envase de cristal o plástico que no haya estado en contacto con una zona posiblemente contaminada. Después, hay que cerrarlo. Y siempre debemos conservarlas de manera individual.
¿Dónde adquirir mascarillas industriales homologadas?
Las farmacias y las ferreterías son los establecimientos donde, habitualmente, se pueden adquirir este tipo de productos. Ahora bien, dado que el comercio general está cerrado y que hay desabastecimiento de mascarillas en los despachos farmacéuticos —que el Ministerio de Sanidad prevé revertir en los próximos días—, también pueden comprarse en tiendas online.
¿Cuál es el precio máximo de una mascarilla?
El precio máximo de venta para una mascarilla quirúrgica es de 0,96 euros por unidad, impuestos incluidos, según ha establecido la Comisión Interministerial de Precios. En las últimas semanas, la escasez de mascarillas homologadas había hecho que muchas farmacias tuviesen que buscar nuevos proveedores, que las ofrecían a precios desorbitados, según explicaba el Colegio de Farmacéuticos de Madrid. Por esta razón, el Gobierno anunció el pasado fin de semana que fijaría un precio máximo de venta para las mascarillas y otros productos sanitarios (como guantes y soluciones hidroalcohólicas). Este Real Decreto, impulsado por el Ministerio de Sanidad y recogido en el Boletín Oficial del Estado (BOE), tiene como objetivo principal garantizar el acceso de la población a los productos de uso recomendados como medidas higiénicas para la prevención de contagios por la COVID-19.