La salsa bechamel es una salsa de leche engordada con un roux (mezcla de mantequilla y harina).
Las proporciones de mantequilla y de harina son iguales y variarán dependiendo del tipo de bechamel que queramos elaborar.
Elaboración de la salsa bechamel
Ponemos a calentar la leche en un cazo; por otra parte, deshacemos la mantequilla en una cazuela y cuando está deshecha añadimos la harina dejando que se fría, pero sin que coja color.
Una vez formada una masa con la mantequilla y la harina (hemos elaborado el roux) vertemos poco a poco la leche caliente sin dejar de remover para que no se formen grumos. Finalmente ponemos a punto de sal y ya estará lista para consumir. Esta salsa combina muy bien con verduras, queso, trozos de carne cocida, embutidos, marisco, etc.
Proporciones de harina y mantequilla por litro de leche dependiendo del uso que le demos
Bechamel salsa: 40 g de mantequilla y 40 g de harina por litro de leche.
Bechamel crema: 60 g de mantequilla y 60 g de harina por litro de leche.
Bechamel para fritos: 90 g de mantequilla y 90 g de harina por litro de leche.
Bechamel para croquetas:
110 g de mantequilla y 110 g de harina por litro de leche. Cuando vayamos a hacer la bechamel para la masa de las croquetas la debemos dejar espesar, así evitaremos que se deshagan al freírlas. El secreto está en dejarla al fuego un poco más tiempo que las demás bechameles. Mientras la dejamos enfriar, la cubrimos con papel celofán transparente de cocina para evitar que se forme esa capa dura de encima y lograremos con ello que las croquetas estén más jugosas. Esta salsa puede conservarse algunos días en la nevera pero siempre bien cubierta, o en el congelador hasta 3 meses.
Bechamel sin grumos
El secreto está en rehogar primero la mantequilla con la harina hasta conseguir que se desprenda de las paredes del recipiente. A continuación, se añade de golpe la leche hirviendo y se remueve constantemente con una cuchara de madera hasta que la mezcla espese y sea homogénea.